Emocionante Espartaco

La emoci¨®n de toro y del torero jug¨¢ndose las piernas borr¨® casi todo lo que est¨¦ticamente bello se vi¨® antes de que saliese a la arena el sexto toro, para Espartaco. El torero hab¨ªa estado como en su casa con el primero, blandito, sin carita, "para figuras". Cuando sali¨® el ¨²ltimo, apuntado a "marrajo", sacando mansedumbre y evidente peligro podr¨ªa no haberse dado un duro por lo que el matador fuese a hacer. Pero la plaza acab¨® boca abajo. Espartaco se calent¨® de tal manera, le hirvi¨® el pundonor de tal forma, que acobard¨® al toro, se jug¨® las femorales, emocion¨® a todo el mundo, que le gritaba "?Torero!".La corrida hab¨ªa sido terciada, con poca cara, mucha blandura, un par de toros aceptables, primero y quinto, pero carentes de emoci¨®n. Todo el mundo pudo ver torear "casi" como de sal¨®n. Roberto Dom¨ªnguez, con su buen gusto caracter¨ªstico, cort¨® una oreja tras una pulcra faena. Ortega Cano tore¨® a placer al quinto, con cadencia y mimo.