De Kourou a Madrid

Si el Ariane, inmovilizado durante un a?o, hubiese fallado su lanzamiento; si el programa Eureka, en la conferencia de Madrid, no hubiese encontrado su segundo impulso, la lenta y dificil construcci¨®n europea hubiese recibido un duro golpe.Los tratados, los acuerdos formales, conservan su importancia; pero no son los debates pol¨ªticos los que hacen avanzar a Europa. En este aspecto, el Ariane es simb¨®lico.

Con algunos a?os de diferencia, el programa Eureka se parece al de Ariane. Una misma ambici¨®n en su inicio: la independencia tecnol¨®gica europea, con una puesta en marcha un poco vacilante. Pero la idea fuerte de Eureka consiste en haber dado la iniciativa a los industriales, imponi¨¦ndoles ¨²nicamente el encontrar socios en varios pa¨ªses. En 1985 se hab¨ªan aprobado s¨®lo 10 proyectos. En Madrid lo han sido otros 58, elevando el total a 165. Un verdadero cambio de escala se est¨¢ produciendo, lo que origina adem¨¢s algunos problemas financieros.

Este entusiasmo tiene que ver con los primeros resultados de los proyectos iniciados hace dos a?os. Pero sobre todo a la toma de conciencia de los jefes de empresa de que la Europa tecnol¨®gica es necesaria.

El movimiento est¨¢ iniciado, y era vital que los ego¨ªsmos nacionales no viniesen a frenarlo. Madrid ha demostrado que ciertos Gobiernos, al principio esc¨¦pticos, han comprendido ahora el envite.

17 de septiembre