Otra sugerencia
Quisiera contestar a una carta publicada por ustedes el d¨ªa 3 de septiembre de 1987, de don Jos¨¦ Luis Serrano Cerro, de Madrid, titulada Una sugerencia. Y con esto quiero contestar a tantas y tantas otras que no hacen otra cosa que dale que dale al tema de que Felipe Gonz¨¢lez tiene que cambiar el pa¨ªs a toda costa, y este se?or y otros ignoran que no se puede cambiar ni en cinco ni en 20 a?os algo que est¨¢ impreso en el alma espa?ola desde hace 505 a?os (1470-1975) y m¨¢xime cuando somos cada uno de nosotros los que no queremos o no podemos cambiar. De manera que ni las bendiciones de san Felipe, ni las de san Fraga nos van a cambiar, si todos y cada uno de nosotros no somos m¨¢s honrados en todos los aspectos de la vida social. Veamos lo que escribe el padre Fern¨¢ndez Navarrete en el siglo XVII:"La mayor parte de los espa?oles no hacen cosa: los unos, so pretexto de nobleza; otros, porque prefieren mendigar, las calles de Madrid ofrecen singular espect¨¢culo. H¨¢llanse henchidas de vagabundos y haraganes, que pasan el d¨ªa jugando a los naipes, aguardando la hora de la comida a la puerta de los conventos, o se salen al campo a saquear las viviendas. Y, lo que es peor, no es ya la vida de holganza que han adoptado, sino el que las plazas verbenean de aventureros y vagos, cuyos vicios corrompen las ciudades y pueblan los hospitales. La fauna picaresca era variadisima, sin distinci¨®n de sexo, jerarqu¨ªa, ni clase social. No s¨®lo profesaba en la picard¨ªa el hambriento hamp¨®n de ignorado o de bajo origen. Hab¨ªa p¨ªcaros estudiantes, funcionarios, c¨®micos, curiales, galeotes, soldados, ermita?os y hasta arist¨®cratas de raza".
"Lleg¨® a tenerse tan torcido concepto del deber, que la puntualidad en pagar, el no hacer estafas y piller¨ªas o el decir la verdad se conceptuaba opuesto a la verdadera, nobleza".
"Los oficios mec¨¢nicos eran mirados con desprecio por un general prejuicio, y quien ten¨ªa s¨®lo una gota de sangre hidalga en su m¨¢s lejana ascendencia, aunque no comiese, hubiera estimado como deshonra coger un instrumento manual. Pero si era demasiado el trabajo manual, no lo eran la mendicidad y el ocio. La mala administraci¨®n y el arbitrario sistema de impuestos, fomentaban la desigualdad, contriyendo a dividir a los espa?oles potentados y menesterosos".
Yo s¨®lo quiero hacer una pregunta, despu¨¦s de lo le¨ªdo: ?Puede alguien cambiar a un pueblo que lleva en su alma metida picaresca m¨¢s atroz y el racaneo m¨¢s profundo.
Yo creo que no.-
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