Un joven tetrapl¨¦jico lucha con la burocracia desde 1981 para conseguir un piso
Andr¨¦s Serrano Rodr¨ªguez, de 24 a?os, inv¨¢lido de la cintura para abajo a consecuencia de la rotura de dos v¨¦rtebras que sufri¨® cuando ten¨ªa 16, lleva m¨¢s de seis a?os pele¨¢ndose con la Administraci¨®n para conseguir que se le adjudique un piso adaptado a sus condiciones f¨ªsicas. Dos veces le han comunicado que sus papeles se han extraviado. Hace unas semanas decidi¨® encadenarse frente al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) hasta conseguir ser recibido. Ahora espera nuevamente una decisi¨®n administrativa.
Andr¨¦s Serrano empez¨® a trabajar con 14 a?os en una tienda del mercado de Maravillas. A los 17 a?os sufri¨® el accidente que le marcar¨ªa para toda la vida: al tirarse de cabeza a una piscina se rompi¨® dos v¨¦rtebras, la sexta y la s¨¦ptima, lo que en un principio se tradujo en inmovilidad de ah¨ª para abajo y, tras dos operaciones y rehabilitaci¨®n, se ha quedado en par¨¢lisis total desde la cintura y afectaci¨®n de las manos. Ahora tiene una pensi¨®n de 56.000 pesetas (150% del salario) de la Seguridad Social.Los padres de Andr¨¦s Serrano hab¨ªan llegado a Madrid en 1967 con sus siete hijos desde Talarrubias (Badajoz), cuando ¨¦l ten¨ªa cuatro a?os. Al principio viv¨ªan en un s¨®tano en el barrio del Pilar, y el padre trabajaba en la construcci¨®n. Despu¨¦s del accidente, un general consigui¨® al padre un empleo en Automovilismo y el piso alquilado, de 50 metros cuadrados, en el que viven con los tres hijos que siguen solteros, un bajo en unos bloques militares en el mismo borde de la carretera de Andaluc¨ªa.
"El piso es tan peque?o que con la silla de ruedas no me puedo mover, y tengo que estar en un sill¨®n o en la cama", dice. "No puedo salir a la calle, dependo las 24 horas del d¨ªa de mi familia".
"No pido limosna"
"Por eso ped¨ª un piso de protecci¨®n oficial, de los que est¨¢n adaptados para personas como yo, m¨¢s grande, y me consta que hay algunos disponibles". "No estoy pidiendo una limosna", insiste Andr¨¦s, "podemos pagar el piso, pero si nos dan facilidades".Su primera solicitud, dirigida al Ministerio de Obras P¨²blicas en 1981, se extravi¨® tras dos a?os de viajes por los vericuetos administrativos. Otra petici¨®n, concedida verbalmente a su padre por el de Defensa, nunca se concret¨®.
El pen¨²ltimo intento, despu¨¦s de dos a?os de papeleos, termin¨® en junio con una atenta carta del Ivima lamentando la p¨¦rdida de sus documentos e invit¨¢ndole a presentarlos de nuevo. En septiembre, y tras vanos esfuerzos para ser recibido por el director, Andr¨¦s decidi¨® cambiar de m¨¦todo y se instal¨® frente al edificio encadenado y con una pancarta que dec¨ªa: "Burocracia no, eficacia s¨ª. Director, ?por qu¨¦ no me quieres recibir?". Los dos directivos que lo hicieron fue para convencerle de que volviera a presentar los papeles, y que "era mejor que pidiera el piso para m¨ª solo, porque nos pasamos de ingresos", afirma.
Con aire animoso y sin pizca de autocompasi¨®n, dice que s¨®lo necesita, que le quiten "algunas barreras". "Quise sacar el graduado escolar, hacer trabajos manuales, pero as¨ª no puedo trabajar". "Yo no estoy acomplejado ni mucho menos", asegura.
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