Un premio para la paz

AL CONCEDER el Premio Nobel de la Paz al presidente de Costa Rica, ¨®scar Arias, el Parlamento noruego ha tenido uno de sus grandes aciertos en la historia de ese galard¨®n, instituido en 1901, a los cinco a?os de la muerte de su creador, Alfred Nobel. Este premio, fundado para distinguir a personas que han dado, o dan, una contribuci¨®n excepcional a la causa de la paz en el mundo, recompensa este a?o a una figura pol¨ªtica cuya labor ha sido decisiva para poner en marcha un proceso concreto de pacificaci¨®n en Centroam¨¦rica. Por ello, la concesi¨®n del Nobel tiene en 1987, adem¨¢s de su alto valor moral, un significado m¨¢s directamente pol¨ªtico, que no se puede disimular: es un respaldo para el plan Arias, que se plasm¨® el 7 de agosto pasado en el Acuerdo de Esquipulas 2, suscrito por los presidentes de las cinco rep¨²blicas de Am¨¦rica Central, y cuya puesta en pr¨¢ctica se halla hoy en un momento delicado y decisivo.Aunque con mayor frecuencia el Premio Nobel ha sido otorgado a personalidades que hab¨ªan despuntado en diversos aspectos de la lucha por la paz, el desarme y los derechos humanos, no es la primera vez que su concesi¨®n tiene una incidencia evidente con una gesti¨®n pol¨ªtica o diplom¨¢tica concreta, ligada a situaciones de trascendencia para la causa de la paz. Cabr¨ªa citar, entre otros ejemplos, el premio de 1919 al presidente de EE UU, Wodrow Wilson, promotor de la Sociedad de Naciones despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial. El que recibieron conjuntamente en 1926 Briand y Streesman, art¨ªfices del primer intento serio, en este siglo, de acercamiento franco-alem¨¢n. El otorgado en 1973 a Kissinger y Le Duc Tho en el momento de las negociaciones para poner fin a la guerra de Vietnam. Y en 1978, a Sadat y Begin, cuando el primer acuerdo ¨¢rabe-israel¨ª.

En el momento actual, Centroam¨¦rica es, sin duda, uno de los lugares del mundo en que se juega la suerte de la paz. Y la puesta en pr¨¢ctica de lo que en su origen fue el plan Arias, la condici¨®n esencial para la pacificaci¨®n de la zona, para la reconciliaci¨®n de poblaciones asoladas por contiendas civiles y para la consolidac¨®n de la democracia. Magna tarea sembrada de obst¨¢culos.

Al lanzar su iniciativa, ¨®scar Arias demostr¨® unas dotes excepcionales de independencia, firmeza y sabidur¨ªa pol¨ªtica. No es casual que su plan haya obtenido el respaldo del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo, y asimismo de los principales gobiernos europeos. Ni siquiera Reagan se ha pronunciado abiertamente contra ¨¦l, si bien su voluntad de seguir apoyando a la contra representa, hoy por hoy, el principal obst¨¢culo para la realizaci¨®n de lo estipulado en el Acuerdo de Esquipulas 2.

?scar Arias ha dado siempre una importancia primordial, en su acci¨®n pol¨ªtica internacional, al reforzamiento de los lazos entre Centroam¨¦rica y Europa, tanto en el terreno diplom¨¢tico como en las relaciones econ¨®micas, tecnol¨®gicas y cient¨ªficas. Y singularmente con Espa?a. Un motivo m¨¢s para saludar con alegr¨ªa la concesi¨®n del Nobel al presidente de Costa Rica.