P¨¢nico en la Bolsa de Nueva York ante la p¨¦rdida de m¨¢s de 500 puntos en el ¨ªndice Dow Jones
La Bolsa de Nueva York, term¨®metro de la econom¨ªa norteamericana, vivi¨® ayer horas de p¨¢nico y locura con el ¨ªndice Dow Jones de Wall Street cayendo 507,99 puntos al cierre, al situarse el ¨ªndice Dow Jones en la cota 1.738,74, y los expertos pregunt¨¢ndose si ¨¦ste es el final de cinco a?os de subida ininterrumpida de la bolsa o, peor a¨²n, la se?al de una crisis de confianza en la econom¨ªa norteamericana y un s¨ªntoma de la precariedad en la que vive el sistema econ¨®mico mundial.Todo el mundo quer¨ªa vender ayer, los inversores institucionales (fondos de inversi¨®n), los inversores extranjeros y los ciudadinos de a pi¨¦, en un ritmo fren¨¦tico que hac¨ªa pensar, al cierre de esta edici¨®n, que el volumen de negocio superaba los 550 milloncs de acciones intercambiadas, un nuevo r¨¦cord hist¨®rico. El siste na electr¨®nico de la bolsa no est¨¢ programado para un volumen diario de m¨¢s de 412 millones de valores.
Hubo un momento en que m¨¢s de dos millones de t¨ªtulos por minuto estaban cambiando de manos y hasta los ordenadoreis ten¨ªan dificultad para seguir lo que estaba pasando. La informaci¨®n procedente de los tradicionales teletipos estaba retrasada m¨¢s de hora y media respecto a la situaci¨®n real del mercado.
"El fin del mundo"
Esta jornada fren¨¦tica en un ambiente calificado por un observad,ar de "locura", m¨¢s propia para ser reflejada en las p¨¢ginas de sucesos que en las de econom¨ªa, se produce despu¨¦s de que Wall Steet cerrara el pasado viernes la spmana m¨¢s catastr¨®fica de los ¨²ltimos cinco a?os. Una p¨¦rdida de 235,48 puntos en el ¨ªndice Dow Jones, lo que significa un 10% en porcentaje del valor total de la bolsa y, m¨¢s facil de entender: el total de los valores val¨ªan el viernes 300.000 millones de d¨®lares menos que el lunes anterior. "Es el fin del mundo", comentaba derrotado el viermes un agente de cambio. Pero no pod¨ªa imaginar lo que ocurrir¨ªa ayer, donde, en alg¨²n momento, las p¨¦rdidas de un d¨ªa eran superiores a las del total de una semana ya negra.
Ronald Reagan dijo el domingo que "los expertos me dicen que s¨®lo es una correcci¨®n". El comportamiento de las principales magnitudes econ¨®micas no explica realmente este desastre. Este reajuste brutal en Nueva York hizo bueno ayer el principio de que cuando Wall Street se constipa el resto del mundo enferma gravemente. Las bolsas en Londres, Francfort, Hong Kong y Tokio se desmoronaron en un efecto mundial. En los pr¨®ximos d¨ªas, predicen los expertos, se va a asistir a un prueba de la confianza de los inversores mundiales en el d¨®lar y en la econom¨ªa norteamericana. La retirada de inversiones extranjeras, con las que EE UU est¨¢ enjugando su enorme d¨¦ficit presupuestario, ser¨ªa catastr¨®fica para este pa¨ªs.
El mercado de valores est¨¢ "seria si no, mortalmente herido aunque nadie espere un desplome como el de finales de los a?os 20", afirmaba ayer el Wall Street Journal. Esta crisis afecta a un mercado en el que muchos de sus protagonistas, una raza de j¨®venes y ambiciosos yuppies que se han hecho multimillonarios vendiendo y comprando empresas, jugando con dinero de papel y con informaci¨®n confidencial, no han conocido m¨¢s que los vacas gordas. "No han conocido nunca una bolsa enferma y muchos de ellos esperaban que ayer subiera. otra vez 100 puntos", comentaba, un analista financiero.
Otros expertos aseguran que: no debe cundir el p¨¢nico y sugieren que este es un aviso para que las naciones industrializadas coordinen de una vez sus pol¨ªticas econ¨®micas y EE UU se enfrente al d¨¦ficit fiscal. "No creo que haya raz¨®n para la alarma, pero si para la preocupaci¨®n", dijo ayer David Rockefeller, e), presidente del Chase Manhattan Bank.
La desastrosa ca¨ªda de la bolsa, que trae a la imaginaci¨®n el p¨¢nico de: 1929, se inici¨® la semana pasada como una reacci¨®n a una cifras m¨¢s negativas que lo esperado de la balanza comercial norteamericana: 15.700 millones de d¨®lares en agosto para un total anual de 188.000 millones.
El desequilibrio comercial puede alimentar leyes proteccionistas, lo que estimular¨ªa las presiones inflacionistas a nivel mundial. Las cifras comerciales negativas presionaron tambi¨¦n al d¨®lar a la baja, lo que provoc¨® a su vez las subidas de los tipos de inter¨¦s en EE UU anticipando un rebrote de la inflaci¨®n. Lo que m¨¢s temen los mercados de valores son la.s subidas de los tipos de inter¨¦s.
Ante este panorama, el Gobierno norteamericano, por boca del secretario del tesoro, James Baker, ti-at¨® de calmar a la op-Ini¨®n p¨²blica asegurando que no hay sinos de que se reavive la infiaci¨®n (de hecho s¨®lo aument¨® 0,3% enagosto), y que la Reserva Federal no considera necesario aumentar el tipo de inter¨¦s b¨¢sico. No hay una recesi¨®n a la vista, el desempleo est¨¢ en su nivel hist¨®rico m¨¢s bajo y a¨²n conf¨ªa en crecer un 3% este a?o.
Pero las garant¨ªas no fueron suficientes y a pesar de estos datos positivos comienza a pensarse que con 150.000 millones de d¨¦ficit fiscal y 180.000 de d¨¦ficit comercial, la econom¨ªa norteamericana est¨¢ encaminada a un desastre a medio plazo y una recesi¨®n que acabar¨ªa con los cinco a?os de crecimiento ininterruinpido, algo desconocido desde 1945. Una recesi¨®n en 1988 acabar¨ªa con las posibilidades de los republicanos de mantenerse en la Casa Blanca.
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