La colecci¨®n Sonnabend, un recorrido ejemplar por 40 a?os de vanguardia pict¨®rica
El Centro de Arte Reina Sof¨ªa alberga una colecci¨®n privada excepcional
Dif¨ªcilmente se puede hallar una exposici¨®n m¨¢s oportuna para el todav¨ªa vac¨ªo Centro de Arte Reina Sof¨ªa. Estoy pensando no s¨®lo en la importancia art¨ªstica en s¨ª de la colecci¨®n Ileana Sonnabend o en el valor ejemplar de la actitud cr¨ªtica de esta c¨¦lebre galerista, que ha sabido acertar en casi todas sus apuestas a lo largo de 40 a?os de vanguardia, sino, sobre todo, en la significaci¨®n a?adida que todo ello tiene para nuestro naciente museo, que provisionalmente se nos muestra lleno de obras emblem¨¢ticas del mejor arte de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Entre Par¨ªs y Nueva York, ejes vertebrales de la comunicaci¨®n intercontinental entre Europa y Am¨¦rica, I. Sonnabend se ha caracterizado por presentar los nuevos valores de la vanguardia americana en Europa, y viceversa, constituy¨¦ndose as¨ª en un privilegiado punto de enlace, cuyos frutos son los de una visi¨®n completa, equilibrada, sin que ese equilibrio suponga la ausencia de tensiones y contradicciones polares muy ricas.Jean-Louis Froment, director del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Burdeos (CAPC) y experto conocedor y promotor del arte joven espa?ol, ha planteado, como comisario de la muestra, un recorrido selectivo a trav¨¦s de las obras m¨¢s representativas de la colecci¨®n Sonnabend. Se inicia el mismo con una sala dedicada a Jaspers Johns, Robert Rauschenberg, Robert Morris, Claes Oldenburg y Cy Twombly, un grupo impresionante de americanos pertenecientes a una misma generaci¨®n, que, desde los a?os cincuenta, mediante f¨®rmulas diferentes, dieron la r¨¦plica al entonces triunfalista expresionismo abstracto de la Escuela de Nueva York. Potent¨ªsimo foco de ideas y experiencias, all¨ª debemos reconocer el nacimiento del llamado arte de assemblage (la conexi¨®n art¨ªstica de objetos preexistentes), el happening, el pop, el minimal. Enfrentados a la idea de la abstracci¨®n pura, la incorporaci¨®n de objetos y figuras se llev¨® a cabo conservando, sin embargo, las refinadas t¨¦cnicas pictoricistas del expresionismo.
Inmediatamente contigua a la anterior, otra sala, esta vez con la presencia de los grandes maestros del pop, a los que se accede mediante el punto de conexi¨®n de Jim Dine. En este espacio nos encontramos con Warhol, Lichtenstein, Wesselmann y Rosenquist, los cuales, como los anteriores y, en realidad, como pr¨¢cticamente la totalidad de los artistas seleccionados en la muestra, representados con obras de primer rango y significaci¨®n. En una y otra sala, por lo dem¨¢s, Froment ha querido subrayar con unas notas precisas ese cruce de perspectivas intercontinentales que caracteriza la historia personal de la Sonnabend, y lo ha hecho situando, por una parte, a Mario Schifano y, por otra, a Jannis Kounellis, que act¨²an de contrapuntos.
La reacci¨®n europea frente al expresionismo abstracto y el informalismo tuvo su espec¨ªfica plataforma en el llamado nuevo realismo, que est¨¢ aqu¨ª representado con piezas de Christo, Arman, Spoerri, Manzoni, Broodthaers y Pistoletto. As¨ª, a trav¨¦s de este fascinante engarce dial¨¦ctico, en el que se entremezclan las vanguardias americanas y europeas, est¨¢n representadas las tendencias sucesivas del minimalismo, el arte povera, el arte conceptual, hasta Regar al neoexpresionismo de los ochenta.
Dentro de este espectacular despliegue, merece llamar la atenci¨®n sobre las salas de los minimalistas y de los povera, sin duda entre las m¨¢s logradas, no s¨®lo por las bellezas de las piezas en s¨ª y por el acierto del montaje, sino por lo bien que quedan emplazadas en el Reina Sof¨ªa, cuyas salas, muy ingratas para colgar cuadros convencionales, han demostrado, una vez m¨¢s, su idoneidad para instalaciones.
En esta segunda parte est¨¢n artistas de la categor¨ªa de Judd, Flavin, LeWitt, Bochrier, LeVa, Morris, Serra, Nauman, Sarkis, Sonnier, o los italianos Anselmo, Zorio, Merz, CalzolarL De ah¨ª pasamos a lo que muy acertadamente Froment llama "un espacio para la memoria", con Paolini, Boltanski, Anne y Patrick Poirier. Y como culminaci¨®n de un recorrido, que sigue las huellas de la historia mediante muchos de sus hitos m¨¢s notables, terminamos con Acconci, Baldessari, Gilbert and Georges, etc¨¦tera; con Baselitz, Kiefer, Penck, Immendorf, B¨®nimels, H?ckelmann y A. Gehlen; con Yarber, Winters, Dunham, Dokoupil; o, en fin, con Halley, Vaisman, Koons, Steibach, Bikerton, dentro del ¨²ltimo arte neoyorquino.
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