De objetor a desertor
Una decena de desertores puede ir a la c¨¢rcel tras la reciente sentencia del Tribunal Constitucional
Enrique Gim¨¦nez, de 22 a?os, habla desde una cabina en un lugar desconocido. Hace 16 meses que desert¨® del servicio militar. Por el mismo motivo, X. B. y J. P. se ocultan, uno en Francia y otro en una ciudad mediterr¨¢nea. Xavier Roca y Miquel Rodr¨ªguez est¨¢n pendientes de procesamiento tras haber pagado con c¨¢rcel su intenci¨®n de ser objetores de conciencia cuando ya estaban en la mili. Son algunas de las personas que, tras la reciente sentencia del Tribunal Constitucional, se enfrentan a una posible c¨¢rcel militar.Al menos ocho personas que intentaron objetar cuando cumpl¨ªan el servicio militar se enfrentan a posibles sentencias de entre uno y seis a?os de c¨¢rcel, en virtud del art¨ªculo 127 del C¨®digo de Justicia Militar, tras la resoluci¨®n del Tribunal Constitucional (TC), conocida el viernes, que desestima todos los recursos presentados, seg¨²n abogados de los implicados. La ley de Objeci¨®n de Conciencia (LOC), en vigor desde el 26 de diciembre de 1984, que ha sido ahora convalidada por la sentencia, desarrolla el derecho a la objeci¨®n, pero no reconoce la posibilidad de invocarlo mientras dure el servicio militar, lo que se conoce como objeci¨®n sobrevenida.
Otros desertores est¨¢n en situaci¨®n de clandestinos, escondidos en distintos puntos de Espa?a y Europa. Varios m¨¢s esperan ver reconocida su condici¨®n de objetor por haberse incorporado a filas antes de que entrase en vigor la LOC, como ya ha ocurrido en algunos casos.
"La objeci¨®n de conciencia es, m¨¢s que un derecho, una excepci¨®n a un deber", dec¨ªa recientemente el subsecretario de Justicia, Liborio Hierro. El defensor del pueblo, Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, opina, en cambio, que "(...) no es meramente la exenci¨®n de un deber, sino el reconocimiento de un derecho b¨¢sico de la persona humana de rango constitucional y garantizado por la tutela m¨¢xima -el recurso de amparo- que la propia Constituci¨®n establece para los derechos fundamentales...", expresaba en su recurso ante el TC.
Miquel Rodr¨ªguez, de 21 a?os, es un objetor sobrevenido en libertad provisional. Se hab¨ªa incorporado a filas en la Semana Santa de 1985. "Cuando llegas a la mili no sabes muy bien; despu¨¦s te encuentras con todo eso, con un sistema que va contra tu conciencia. Yo llevaba dos meses en la mili, en Cartagena, pese a que tengo una lesi¨®n de espalda, cuando decid¨ª objetar. Me present¨¦ vestido de paisano y me pas¨¦ tres meses en el calabozo. Me soltaron y, cuando no me lo esperaba, me volvieron a encerrar durante otros cuatro. Tras 21 d¨ªas de huelga de hambre, me dejaron en libertad provisional". Al conocer que la sentencia del TC no reconoce la objeci¨®n sobrevenida se plantea "hacer las maletas".
Clandestino
Enrique Gim¨¦nez desert¨® cuando llevaba seis meses de mili. "No pude aguantar m¨¢s", declara desde una cabina telef¨®nica, "te tratan como a un animal. Me juego seis a?os de c¨¢rcel por algo que yo no considero un delito. Vivo de las ayudas de los amigos. No estoy dispuesto a realizar ning¨²n tipo de servicio, ni civil ni militar, despu¨¦s de lo que estoy pasando".Desde que entr¨® en vigor la citada ley, 24.059 personas han visto reconocida su condici¨®n de objetor; 988 de ellas, en situaci¨®n de reserva despu¨¦s de haber cumplido el servicio militar. Veinticuatro solicitudes han sido denegadas por ser sobrevenidas.
Ninguna de estas personas ha hecho a¨²n el servicio civil sustitutorio, porque no hay reglamento, pese a que la ley de 1984 daba un plazo de tres meses. El Ministerio de Justicia espera que el pr¨®ximo a?o presten el servicio civil unos 3.500 objetores.
Una veintena de objetores sobrevenidos se ha librado por el momento del calabozo. Alegaron que cuando se incorporaron a filas a¨²n no hab¨ªa entrado en vigor la LOC, por lo que han podido ser declarados objetores. Xavier Roca fue el primer beneficiado, ya que ingres¨® en la mili pocos d¨ªas antes de que la ley se hiciese vigente. Pero antes pas¨® ocho meses clandestino en Francia y, posteriormente, seis meses en el calabozo, tras ser sorprendido al regresar a Espa?a.
Tras conocer la sentencia, los colectivos defensores de la objeci¨®n sobrevenida manifestaban un profundo des¨¢nimo. "No lo esper¨¢bamos", declara Xavier Rius, uno de los que presentaron ante el Defensor del Pueblo la solicitud del recurso.
"La sentencia convierte la objeci¨®n en un problema permanente. Va a seguir habiendo gente opuesta a la realizaci¨®n de cualquier tipo de servicio sustitutorio. Pienso que han existido presiones militares". La asociaci¨®n Justicia y Paz de Catalu?a se plantea recurrir ante el Tribunal de Derechos del Hombre de Estrasburgo.
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