La parricida de Palma ingresa en un hospital con un fuerte choque emocional
M¨®nica Kreiger, la joven viuda alemana de 25 a?os que el pasado lunes mat¨® a sus dos hijos en un chal¨¦ de Porto Colom, en Mallorca, fue ingresada ayer en un hospital de Palma de Mallorca por indicaci¨®n del juez de Manacor, Antonio Oliv¨¦. El ingreso de la presunta parricida en un centro m¨¦dico no obedec¨ªa a las heridas que M¨®nica Kreiger se hab¨ªa causado al cortarse las venas tras matar a sus hijos, sino al fuerte choque emocional que padec¨ªa. La tragedia pudo tener su origen en la depresi¨®n que, al parecer, padec¨ªa la joven tras la muerte de su esposo hace dos a?os.
El resultado de la autopsia de los ni?os, de siete y cinco a?os, permaneci¨® ayer en secreto por orden judicial, aunque todo parece indicar que la mujer mat¨® a sus hijos suministr¨¢ndoles una fuerte dosis de Valium mezclado con alcohol, y no inyect¨¢ndoles aire en las venas, como hab¨ªa declarado tras ser detenida."Yo examin¨¦ los brazos, las piernas y las orejas de los ni?os y no vi pinchazo alguno, creo que murieron a causa del Valium", coment¨® ayer Josep Orriols, el m¨¦dico que atendi¨® a la parricida y descubri¨® el cad¨¢ver de los ni?os. "Me avisaron a las 8.45 horas del lunes y al flegar a la casa encontr¨¦ a la mujer tendida en el suelo con cortes en sus dos mu?ecas". Seg¨²n Orriols, que est¨¢ al frente del dispensario de la Seguridad Social en Porto Colom, las heridas eran superficiales. En opini¨®n del m¨¦dico, M¨¦nica Kreiger "estaba muy afectada por el alcohol, aunque su estado pod¨ªa deberse tambi¨¦n al consumo de barbit¨²ricos".
Orriols explic¨® que, en su opini¨®n, "inyectar aire en las venas a unos ni?os ser¨ªa muy diricil, incluso para un experto". El m¨¦dico coment¨® que, cuando hall¨® los cad¨¢veres, los cuerpos estaban muy fr¨ªos, "hab¨ªan muerto hac¨ªa varias horas y no ten¨ªan pinchazos ni se?al alguna de haber muerto violentamente". Los cuerpos de Daniela y Robert estaban tendidos sobre sus camas.
El juez Antonio Oliv¨¦, de 27 a?os, se mostr¨® reacio a dar informaci¨®n sobre el caso. "Los padres de la detenida y el c¨®nsul alem¨¢n me han pedido que la Prensa est¨¦ al margen", coment¨® el juez.
Estado lamentable
M¨®nica Kreiger prest¨® declaraci¨®n ayer por la ma?ana en presencia de su abogado. Su estado ps¨ªquico era lamentable. A¨²n llevaba las mu?ecas cubiertas por gasas ensangrentadas. Su padre estaba completamente abatido y sus sollozos y temblores alarmaron en m¨¢s de una ocasi¨®n a los polic¨ªas que custodiaban a su hija."Siempre n¨²raba a los ni?os de M¨®nica porque eran preciosos", explic¨® Araceli Santiago, una vecina de la familia Kreiger, que "nunca hubiera imaginado que esto hubiera podido pasarles a ellos". Sor Joana Villalonga, directora del parvulario al que acud¨ªa el peque?o Robert, tampoco se explicaba el drama. "Era una madre mod¨¦lica, les quer¨ªa y les cuidaba mucho". Seg¨²n el relato de la monja, "los Kreiger no pasaban apuros econ¨®micos, a juzgar por la puntualidad de sus pagos, pero M¨®nica parec¨ªa triste, y una vez incluso, cuando record¨® a su difunto marido, se puso a llorar". El esposo de M¨¢nica Kreiger falleci¨® hace dos a?os en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Su muerte provoc¨® que su esposa se trasladara a vivir a Mallorca. Ni los padres ni el abogado de la detenida quisieron explicar ning¨²n detalle relativo a la vida de M¨®nica antes de su llegada a Espa?a ni sobre la causa de la muerte del marido.
M¨®nica Kreiger fue encontrada el pasado lunes por la ma?ana en el comedor de su chal¨¦, llamado Seis Rodes, situado en la calle de la Ni?a, en Porto Colom, a 70 kil¨®metros de Palma. La mujer fue hallada por su compa?ero, un alem¨¢n afincado en la isla, que sol¨ªa llevar a los ni?os al colegio cada ma?ana. Las relaciones entre M¨®nica y su compa?ero eran, al parecer, estables.
Una depresi¨®n causada por la muerte de su esposo, y la soledad en la que se encontraba, a pesar de hallarse rodeada por sus hijos, padres y amigos, pudo ser la causa de la tragedia.
Ayer, los peque?os gatos de los Kreiger buscaban comida infructuosamente en el jard¨ªn del chal¨¦, cuyos tendederos a¨²n estaban repletos de ropa de ni?o.
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