El 'Irangate' franc¨¦s salpica a seis pa¨ªses europeos
El Irangate franc¨¦s puede esconder un Irangate europeo y tener conexiones con el propio esc¨¢ndalo norteamericano, en el que la Administraci¨®n de EE UU permiti¨® la exportaci¨®n ilegal de armas para obtener la libertad de sus rehenes y utiliz¨® los beneficios para ayudar a la contra nicarag¨¹ense. Seg¨²n algunas publicaciones que se est¨¢n dejando las u?as en la investigaci¨®n de este esc¨¢ndalo, existen trazas del tr¨¢fico ilegal de armas como m¨ªnimo en B¨¦lgica, la Rep¨²blica Federal de Alemania, Suecia y Dinamarca, adem¨¢s de Espa?a, aunque por el momento no exista evidencia de implicaciones de los respectivos Gobiernos.
La obsesi¨®n de buen n¨²mero de los periodistas franceses ocupados en la investigaci¨®n de este comercio de armas es averiguar si los negocios prosiguieron despues de la llegada de los conservadores de Jacques Chirac al Gobierno. El Irangate franc¨¦s afecta a la venta ilegal de materia, b¨¦lico mientras los socialistas estuvieron en el poder y en ¨¦l no exist¨ªan motivaciones humanitarias como en el Irangate original, seg¨²n subraya la Prensa conservadora francesa.El informe del inspector general del Ej¨¦rcito, Jean-Fran?ois Barba, asegura que se hizo la vista gorda con las exportaciones de armas de la sociedad Luchaire por razones econ¨®micas y sociales, es decir, para impedir la caida de la producci¨®n de la empresa fabricante. Una parte del tr¨¢fico, sin embargo, afecta a material fabricado en Estados Unidos, lo que permite afirmar al semanario L' Ev¨¦nement du Jeudi que "en este caso el asunto no ser¨ªa, m¨¢s que un aspecto suplementario del Irangate, que afecta a todos los pa¨ªses europeos".
Las investigaciones realizadas por La Presse de la Manche, el peri¨®dico local de Cherburgo que destap¨® el esc¨¢ndalo Luchaire se orientan hacia la misma direcci¨®n. Con el Gobierno conservador, el puerto de Cherburgo ha sido, seg¨²n La Presse, punto de partida, como m¨ªnimo, de seis barcos cargados de material b¨¦lico belga con destino a Ir¨¢n. El trafico de Cherburgo fue paralizado cuando se descubri¨® el esc¨¢ndalo Luchaire y en su lugar se empez¨® a utilizar el puerto belga de Zeebrugge. Una investigaci¨®n parlamentaria abierta en B¨¦lgica habr¨ªa obligado, aparentemente, a utilizar de nuevo el puerto de Gherburgo.
Estas noticias coinciden con la publicaci¨®n el mi¨¦rcoles, en el diario alem¨¢n Die We1t, de otra informaci¨®n sobre comercio ilega1 en 1984 y 1985, esta vez desde, la Rep¨²blica Federal de Alemania, a cargo de Scandinavian Commodities, la misma empresa que realiz¨® el tr¨¢fico a trav¨¦s de Espa?a gracias al pedido a la Empresa Nacional Santa B¨¢rbara.La venta de material b¨¦lico a Ir¨¢n por parte de la sociedad Luchaire fue desvelada en enero de 1986, pero hasta ahora no hab¨ªa suscitado el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica. El contenido del informe Barba, clasificado como confidencial hasta el pasado mi¨¦rcoles, hab¨ªa sido resumido por un semanario a principios de 1987. Ha sido necesario que se insinuara el cobro por el Partido Socialista de una comisi¨®n de tres millones de francos (unos 60 millones de pesetas), que se apuntara a la responsabilidad del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, y que se asegurara que uno de los explosivos vendidos a Ir¨¢n pudo haber vuelto a Francia y haber sido utilizado en los atentados de Par¨ªs de 1986 para que lo que era un esc¨¢ndalo desactivado entrara con una tremenda fuerza en la campa?a para las elecciones presidenciales. De todos estos datos, el ¨²nico indiscutible es la responsabilidad ¨²ltima del presidente de la Rep¨²blica, como jefe de los ej¨¦rcitos y de la diplomacia.Las otras acusaciones, sin base documental, quedar¨¢n ahogadas en la instrucci¨®n judicial de la denuncia contra Luchaire presentada, parad¨®jicamente, por el ministro de Defensa socialista, Paul Quil¨¦s, en marzo de 1986. Quedar¨¢ en pie, en cambio, la cobertura desde la Administraci¨®n y quiz¨¢ desde el Gobierno de un tr¨¢fico de armas expl¨ªcitamente prohibido y contradictorio con los intereses franceses.
Lo que sab¨ªa Mitterrand
Fran?ois Mitterrand, seg¨²n el informe Barba, fue informado por el almirante Yves Lacoste, jefe de la Direcci¨®n General de la Seguridad Exterior, de la existencia del tr¨¢fico ilegal, y el presidente de la Rep¨²blica le indic¨® que hablara con el ministro de Defensa, Charles Hernu.Para el diario conservador Le Figaro, esta afirmaci¨®n, que debe ser confirmada ante el juez, demuestra que "el jefe del Estado ha permitido, con pleno conocimiento de causa, una venta de armas totalmente contraria a los compromisos de Francia". ". Su actitud no es acaso m¨¢s condenable que la de Reagan?", se pregunta el articulista. Y se conteste. "No ha quedado establecido en el Irangate que el presidente norteamericano fuera previamente informado del mercadeo en curso".
La mayor¨ªa conservadora no ha llegado tan lejos como el peri¨®dico que la apoya, pero ha apelado a Mitterrand para que explique su papel en el esc¨¢ndalo. El portavoz del Gobierno, Alain Jupp¨¦, afirm¨® el mi¨¦rcoles que este esc¨¢ndalo afecta "a las m¨¢s altas instancias del Estado", para diferenciarlo de los otros esc¨¢ndalos en curso en estos meses previos a las elecciones presidenciales. El presidente de la comisi¨®n de exteriores del Senado, Jean Lecanuet, dijo: "El presidente de la Rep¨²blica no es responsable ante el Parlamento. No podemos poner en duda su papel, pero seg¨²n la Constituci¨®n es el jefe de los ej¨¦rcitos y tiene. un papel capital en la conducci¨®n de los asuntos diplom¨¢ticos".
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