El 'Irangate', obra de "una camarilla de fan¨¢ticos"
La investigaci¨®n parlamentaria sobre la venta de armas a Ir¨¢n y el desv¨ªo de parte de los fondos a los rebeldes nicarag¨¹enses concluy¨® ayer con la publicaci¨®n de un voluminoso informe elaborado por un comit¨¦ conjunto de la C¨¢mara y el Senado norteamericanos en el que se afirma que el presidente Ronald Reagan tiene la "responsabilidad ¨²ltima" sobre un asunto en el que sus ayudantes han violado la ley estadounidense, han elaborado una pol¨ªtica exterior secreta y, posteriormente, han tratado de esconder sus errores. Sin embargo, el informe no aclara si el presidente ten¨ªa conocimiento de que los fondos obtenidos por la venta de armas a Ir¨¢n se desviaban a la contra.
Ronald Reagan, a pesar de sus alegaciones de ignorancia, es el m¨¢ximo responsable del esc¨¢ndalo Irangate, viol¨® su obligaci¨®n constitucional de hacer que se cumplan las leyes y permiti¨® que "una camarilla de fan¨¢ticos" subvirtieran el proceso democr¨¢tico. Esta es la abrumadora conclusi¨®n pol¨ªtica final del esc¨¢ndalo m¨¢s importante desde el Watergate hecha p¨²blica ayer por los comit¨¦s del Congreso, que durante diez meses y a lo largo de 11 semanas de audiencias p¨²blicas han investigado la venta secreta de armas a Ir¨¢n y el desv¨ªo de fondos a la contra.Las acciones y omisiones "del presidente, el abandono de sus deberes constitucionales, no son sin embargo suficientes para justificar su procesamiento, concluye el informe parlamentario que fue calificado ayer por sus autores, que interrogaron a m¨¢s de 500 testigos y vieron medio mill¨®n de documentos, de "justo, equilibrado y completo". Su efecto, descontado ya, no ser¨¢ demoledor para Reagan, que, abrumado por m¨²ltiples problemas econ¨®micos y pol¨ªticos y con el Congreso en manos de la oposici¨®n, se enfrenta ya a los ¨²ltimos 14 meses en la Casa Blanca como un presidente crecientemente irrelevante.
Como una gu¨ªa telef¨®nica
El documento, 700 p¨¢ginas con tapas marrones que recuerdan por su densidad y grosor a una gu¨ªa telef¨®nica, admite que no puede concluir con certeza si el presidente sab¨ªa que se estaba desviando dinero a los antisandinistas procedente de los beneficios realizados con la venta de armamento al r¨¦gimen de Jomeini. Pero establece que "el presidente cre¨® o al menos toler¨® un ambiente en el que los que sab¨ªan del desv¨ªo cre¨ªan absolutamente que estaban realizando la pol¨ªtica presidencial". Reagan es acusado de tolerar un encubrimiento de operaciones ilegales y, secretas y de permitir la "privatizaci¨®n" de la pol¨ªtica exterior, con desastrosas consecuencias para "la credibilidad de Estados Unidos en el interior del pa¨ªs y en el extranjero".
"No fue s¨®lo un problema de estilo de gobernar -tal como estableci¨® el informe Tower- sino de incumplimiento por parte del presidente de su deber constitucional de hacer que se cumpla la ley", declar¨® ayer el senador Daniel Inouye, presidente del comit¨¦ investigador del Senado, al presentar el informe en la Caucus Room del Senado, donde se celebraron gran parte de las audiencias p¨²blicas. Inouye denunci¨® que Reagan no ha condenado las mentiras o la destrucci¨®n de documentos, "lo que da la impresi¨®n de que no cree que estas sean acciones objetables".
El informe llega a "conclusiones hist¨¦ricas", y Reagan y su Administraci¨®n no cometieron ilegalidades, solamente "errores de juicio", asegura una minor¨ªa de ocho legisladores republicanos que se ha negado a firmarlo emitiendo a su vez un informe paralelo. La publicaci¨®n del informe definitivo del Congreso es pr¨¢cticamente el ¨²ltimo mal trago pol¨ªtico para Reagan de esta "triste y complicada historia", que hace meses algunos pensaron que podr¨ªa acabar con su presidencia.
Los norteamericanos han perdido inter¨¦s en el esc¨¢ndalo, que ahora ser¨¢ reavivado s¨®lo por unos d¨ªas, en eso confia la Casa Blanca. El portavoz presidencial, Marklin Fitzwater, destac¨® ayer que el informe confirma que el presidente no sab¨ªa del desv¨ªo del dinero (la mayor¨ªa de los americanos cree, seg¨²n los sondeos, que el presidente miente y que sabe m¨¢s de lo que dice), que el informe no es un¨¢nime y que Reagan ya ha admitido que cometi¨® "errores" y ha dado pasos para que no vuelva a ocurrir. El presidente no quiso comentar ayer el informe.
Pero la investigaci¨®n m¨¢s exhaustiva realizada jam¨¢s en la historia de esta naci¨®n no ha podido llegar hasta el final. El informe afirma que contin¨²a sin respuesta la pregunta clave: ?Cu¨¢l fue el papel del presidente? "La destrucci¨®n de documentos por Jorth Poindexter, Oliver North, y otros y la muerte de Willian Casey deja la historia incompleta", afirma el informe. Inouye se lament¨® ayer de la desaparici¨®n de Casey, ex director de la CIA, justo antes de tener que declarar y de los "fallos" de memoria de algunos testigos, pero "no se necesitan ver todos los granos de arena para poder decir que es una playa".
La historia del asunto Ir¨¢ncontra no ha concluido. El juez especial Lawrence Walsh -que no puede utilizar en su investigaci¨®n las conclusiones del informe publicado ayer- dictar¨¢ posiblemente procesamientos contra North, Poindexter y algunos otros intermediarios de esta oscura intriga. Walsh ha sometido incluso a un cuestionario por escrito al presidente para saber cual era su grado de conocimiento de la actuaci¨®n de sus fontaneros North y Poindexter. "No quiere decir que Reagan est¨¦ bajo investigaci¨®n criminal", se ha precisado la Casa Blanca.
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