Mariano Rubio, el art¨ªfice de los procesos de fusi¨®n
El gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, ha jugado un importante papel en el proceso de concentraci¨®n bancaria iniciado el pasado jueves con la decisi¨®n del Banco de Bilbao de anunciar su intenci¨®n de llegar a un acuerdo amistoso con el Consejo de Administraci¨®n de Banesto o llegar a realizar una oferta p¨²blica de adquisici¨®n de acciones aun en contra del m¨¢ximo ¨®rgano de la entidad. La operaci¨®n de fusi¨®n por absorci¨®n podr¨ªa coincidir en las fechas con el momento en que culmina el per¨ªodo para el que Mariano Rubio fue nombrado para el cargo de gobernador.La intervenci¨®n de Mariano Rubio en esta operaci¨®n no se ha limitado a apoyar, con todos los medios de que dispone el Banco de Espa?a, los aspectos m¨¢s o menos t¨¦cnicos que cualquier decisi¨®n de este tipo exige. Ha sido el defensor pol¨ªtico, p¨²blicamente, de que este tipo de operaciones era necesario no s¨®lo para el mantenimiento de una cierta independencia nacional en el sistema financiero para los pr¨®ximos, a?os sino que serv¨ªa para el conjunto de la econom¨ªa.
Basta recordar sus declaraciones m¨¢s o menos p¨²blicas en este sentido y, sobre todo, volver la vista atr¨¢s para ver qu¨¦ ha pasado con los inversores extranjeros que han intentado -y en algunos casos logrado- hacerse con el paquete de control de una entidad financiera espa?ola sin el consentimiento de la autoridad monetaria. El gobernador del Banco de Espa?a tiene fama de duro e intransigente, y los medios del sector financiero se?alan que, debido a que era subgobernador en los peores momentos de la crisis bancaria, ¨¦sta se solucion¨® de una forma ordenada y casi pac¨ªfica.
Cuando en 1984 fue nombrado gobernador del Banco de Espa?a tuvo que seguir haciendo frente a los problemas detectados en dos de los siete grandes bancos -Hispano y Banesto-, sobre los que no dud¨® en usar toda su influencia pol¨ªtica y autoridad para conseguir los cambios de gesti¨®n que consideraba eran necesarios para reequilibrar patrimonialmente a estas entidades.
Los sacrificios exigidos a los accionistas de las dos entidades, junto con operaciones de venta de activos que permitieran ir absorbiendo las p¨¦rdidas latentes, fueron los aspectos econ¨®micos de la soluci¨®n de esa crisis. Los aspectos pol¨ªticos se tradujeron en la sustituci¨®n de los m¨¢ximos ejecutivos de las entidades en dificultades y la aparici¨®n de nuevos equipos, en mayor o menor proporci¨®n, para reflotar los bancos.
Debilidad relativa
A medida que transcurr¨ªan los cuatro a?os de mandato, que pueden ser renovados, para los que fue elegido, en medios del sector financiero se consider¨® que la posici¨®n de Mariano Rubio iba deterior¨¢ndose paulatinamente y que su presencia al frente del banco emisor terminaba en julio de 1988.En estos momentos, y tras el anuncio de que el Bilbao est¨¢ dispuesto a absorber a Banesto -lo que exigir¨¢ un prolongado proceso de racionalizaci¨®n de actividad de las dos entidades-, en c¨ªrculos cercanos a la presidencia de los siete grandes bancos nacionales se se?ala que ser¨¢ muy dif¨ªcil que Mariano Rubio sea sustituido por cualquier otra persona. El proceso de fusi¨®n iniciado, y los que probablemente sigan para remodelar de nuevo el sistema financiero espa?ol en busca de una mayor concentraci¨®n de la actividad, exigir¨ªa, seg¨²n estas fuentes, que Rubio fuera mantenido al frente del Banco de Espa?a.
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