El peligro japon¨¦s

Los realizadores de dibujos animados en Espa?a siguen trabajando pr¨¢cticamente como se hace desde el invento de la t¨¦cnica de la animaci¨®n. Los movimientos de los personajes se siguen haciendo cuadro por cuadro y en gran parte son dibujados y pintados a mano. Son necesarios entre 10 y 11.000 dibujos para una pel¨ªcula de 22 minutos.Ellos consideran que las sofisticadas im¨¢genes en movimiento que se hacen por ordenador pertenecen a otro g¨¦nero art¨ªstico y que la inform¨¢tica no ha podido contribuir efectivamente hasta ahora a la agilizaci¨®n de la producci¨®n de dibujos animados. "Actualmente queda en actividad s¨®lo una m¨¢quina para coloreado y rodaje por ordenador en los estudios Hanna Barbera en EE UU y cost¨® cuatro millones de d¨®lares", comenta Carlos Alfonso. "La producci¨®n en Jap¨®n, que ha invadido con sus series el mercado mundial, no est¨¢ basado en el adelanto tecnol¨®gico sino en la cantidad de dibujantes que emplean".

Los dibujos animados japoneses, adem¨¢s, tienen una movilidad limitada para ahorrar dibujos y abaratar costes. Una pel¨ªcula de animaci¨®n de alta calidad tendr¨¢ alrededor de 500 dibujos por minuto, mientras que las japonesas tienen s¨®lo 150. "La calidad de las producciones espa?olas es muy apreciada y, aunque en los ¨²ltimos a?os ha dejado de ser tan barato como en Taiwan o Corea, algunas de las m¨¢s importantes productoras siguen prefiriendo la calidad de Espa?a", dice Alfonso. Para ¨¦l, el auge de los dibujos norteamericanos en los a?os sesenta, con Disney a la cabeza, seguido de la invasi¨®n de series japonesas en los setenta, abre el camino en esta d¨¦cada a las producciones europeas que ponen mayor atenci¨®n al dibujo, la historia y el movimiento.

"Pienso que ¨¦ste es un momento ¨®ptimo para el dibujo europeo", opina Angel Garc¨ªa. "Tenemos valores seculares y aportamos nuevas formas. Los japoneses tienen un concepto limitado de las series y han tratado de aportar un producto adaptable a cualquier parte del, mundo".

Robert Balser piensa que nos encontramos en un momento de transici¨®n. "Creo que en cuanto al movimiento de los personajes se ha sufrido un retroceso despu¨¦s de Disney. Las producciones japonesas lo reflejan claramente, pero hay una tendencia a volver al movimiento natural".