Situaci¨®n desesperada entre los cubanos sublevados
"Queremos que todo el pueblo norteamericano considere nuestra libertad, porque no vamos a volver a Cuba bajo ning¨²n concepto. Estamos dispuestos a morir aqu¨ª". Esta frase, pronunciada ayer por Hernando S¨¢nchez, uno de los marielitos amotinados en la c¨¢rcel de Atlanta, refleja la situaci¨®n desesperada de la rebeli¨®n protagonizada por m¨¢s de 2.000 presos cubanos, que tienen en su poder 150 rehenes y dos prisiones.
Los rebeldes tomaron ayer m¨¢s rehenes, en el hospital de la c¨¢rcel de Atlanta, y presentaron una lista de exigencias dificilmente aceptables por el Gobierno federal: convertirse en ciudadanos norteamericanos y que nunca ser¨¢n enviados a Cuba. Las autoridades s¨®lo se comprometen a revisar caso por caso y retrasar su regreso a la isla.Los cubanos amotinados no se f¨ªan de las promesas del minisitro de Justicia, Edwin Meese, de que no ser¨¢n deportados inmdiatamente, ni tampoco de las seguridades ofrecidas por el Gobierno de Fidel Castro de que ser¨¢n amnistiados a su regreso a la isla. La opimon p¨²blica norteamericana no quiere saber nada de este reducido grupo de marielitos, que llegaron ilegalmente con otros 125.000 cubanos, la mayor¨ªa de los cuales se han integrado en el pa¨ªs sin problemas, a los que considera peligrosos delincuentes. Muchos lo son, pero no todos.
Jorge Rodr¨ªguez, amotinado en la c¨¢rcel de Oakdale, en Luisiana, hace ya nueve meses que cumpli¨® una condena por posesi¨®n de droga y contin¨²a detenido. "Prefiero morir aqu¨ª que velver a Cuba", ha declarado, y su mujer, Juana, dice que "no s¨¦ por qu¨¦ hablan tanto de derechos humanos en Estados Unidos". Vanessa L¨®pez, de 32 a?os, que espera a su marido, encarcelado en Atlanta por tr¨¢fico de coca¨ªna, afirma que "s¨®lo Dios tiene derecho a separar a una familia, y en este caso EE UU y Cuba est¨¢n haciendo de Dios".
Un acuerdo de emigraci¨®n alcanzado la semana pasada entre La Habana y Washington, que prev¨¦ la deportaci¨®n de 2.700 cubanos con antecedentes criminales y psiqui¨¢tricos que nunca acept¨® EE UU, ha provocado el mot¨ªn de las c¨¢rceles. El vicepresidente, George Bush, dijo ayer que estos cubanos son criminales que deben ser enviados a Cuba.
El diario liberal The Washington Post escrib¨ªa en su editorial que "este pa¨ªs no tiene obligaci¨®n de mantener a estos violadores de la ley, mucho menos a los que han matado [la ¨²nica v¨ªctima hasta ahora es un prisionero cubano], tomado rehenes o destruido las c¨¢rceles. La oferta de Meese, suspender las deportaciones temporalmente mientras se revisan los casos, es m¨¢s que justa. Pero ser¨ªa muy equivocado recompensar a este grupo que solamente ha mostrado desprecio por la ley".
El Ministerio de Justicia sugiri¨® ayer una posible salida para evitar la deportaci¨®n de todos, que permitir¨ªa permanecer aqu¨ª a los que s¨®lo han cometido delitos menores. Este es el caso de bastantes de los 2.400 cubanos sublevados. "Hay que preguntarse si es correcto sentenciarles a vivir bajo el comunismo el resto de sus vidas", dijo un funcionario. Las autoridades tambi¨¦n parecen dispuestas a tratar de evitar la divisi¨®n de familias. Muchos de estos marielitos se casaron aqu¨ª y aqu¨ª nacieron sus hijos.
"Dejadles libres"
Un centenar de familiares han acudido a Washington para negociar con el Gobierno y han realizado un llamamiento a los rebeldes para que depongan su actitud. "Por favor, dejad en libertad a los rehenes, os lo pedimos las familias. Si quer¨¦is que revisen vuestros casos, os in¨ª ploramos que los solt¨¦is", ha solicitado por televisi¨®n Elida Dom¨ªnguez, ciudadana norteamericana cuyo marido est¨¢ en la c¨¢rcel de Atlanta por falsificaci¨®n de moneda. "Espero que le dejen quedarse a mi pap¨¢ quiero que venga a casa para Navidad", explic¨® Lisppi Rodr¨ªguez, de nueve af¨ªos de edad
El jefe de la Oficina de Intereses Cubanos en Washington, el diplom¨¢tico Ram¨®n S¨¢nchez Parodi, anunci¨® que los presos que devuelva EE UU no ser¨¢n objeto de represalias, y ser¨¢n "exonerados de responsabilidad por las actividades ilegales que cometieron en Cuba antes de 1980". Ofreci¨® como ejemplo el caso de 201 cubanos que fueron deportados en 1985, que "en su mayor¨ªa est¨¢n libres con completas oportunidades de trabajo".
La Administraci¨®n de Reagan no va a poder cumplir la principal condici¨®n exigida por los marielitos: la garant¨ªa de que ninguno ser¨¢ deportado. ?sta y otras nueve -entre las que se encuentran la garant¨ªa de que s¨®lo cumplir¨¢n el tiempo de c¨¢rcel que les resta de sus condenas, la reanudaci¨®n inmedia ta del servicio de agua (cortado), el suministro de comida a las c¨¢rceles y negociaciones directas con Meese-, fueron hechas p¨²blicas ayer. Las autoridades se han quejado de que es muy dificil negociar con los sublevados porque no tienen unos portavoces claros y sus exigencias son confusas.
El Gobierno norteamericano ha sido cogido por sorpresa por esta crisis, que no previ¨® cuando en la noche del viernes pasado firm¨® en M¨¦xico la puesta en pr¨¢ctica del acuerdo de emigraci¨®n con Cuba, suspendido a finales de 1984. ?l Departamento de Estado tard¨® unas horas en comunic¨¢rselo a Justicia, y los, presos, sin aviso previo, se enteraron por la radio y los peri¨®dicos que pod¨ªan ser deportados inmediatamente. Desesperados -"somos los abandonados de este pa¨ªs"-, iniciaron los motines.
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