La reducci¨®n del d¨¦ficit comunitario
El debate de las propuestas para reducir el creciente d¨¦ficit presupuestarlo de la CE, cifrado en 15.000 millones de ECU, es el motivo de la pr¨®xima reuni¨®n de los jefes de Gobierno de los doce en Copenhague. El autor cree que si no se reconduce el gasto, el aumento de contribuciones nacionales caer¨¢ en saco roto.
ALC?ZAR
La Comunidad Europea (CE) ha llegado a la recta final en su carrera por encontrar un estabilizador financiero que resuelva una crisis tan larga como la d¨¦cada. Copenhague, este mes de diciembre, es el lugar y el momento elegido para abordar un problema que no admite nuevas dilaciones y que es el exponente de una pol¨ªtica presupuestaria proteccionista, volcada en la agricultura en detrimento de otros sectores. De igual forma ha acabado con la paciencia de algunos de los pa¨ªses que no est¨¢n dispuestos a seguir pagando la crisis.Hasta el presente, la CE ha acumulado un d¨¦ficit de 15.000 millones de ECU, cuyo reflejo en el presupuesto ha podido trampear con parches contables. Sin embargo, esa pr¨¢ctica ya no puede esconder el profundo agujero econ¨®mico que de a?o en a?o va camino de convertirse en abismo o, dicho de otra forma, de provocar la quiebra si no se consigue reducir el gasto o incrementar la contribuci¨®n de los doce.
Est¨¢ claro, y ¨¦se es el proceso en el que se halla la Comunidad, que el sistema de aportaciones al presupuesto necesita una inminente reforma. Tan inminente como dificultosa, si se atiende a la posici¨®n que mantienen algunos Gobiernos europeos, que consideran inaceptable el incremento de sus aportaciones si no se procede a un reequilibrio m¨¢s justo de su presupuesto.
La pol¨ªtica agraria com¨²n (PAC) es el primer escollo que, entorpece una redefinici¨®n financiera. En la actualidad, el 70% del gasto se lo lleva el cap¨ªtulo agr¨ªcola, un ruinoso cap¨ªtulo que ha favorecido la acumulaci¨®n de excedentes de leche, mantequilla, cereales y az¨²car, cuya salida al mercado depende de las subvenciones. Pero lo m¨¢s grave es que mientras la agricultura se lleva la parte del le¨®n, el resto de cap¨ªtulos presupuestarios ve reducir sus partidas. La CE tiene en estos momentos muchos asuntos pendientes debido a la progresiva reducci¨®n de recursos en otros ¨¢mbitos de gesti¨®n.
Una reforma real
Los jefes de Gobierno acuden a Copenhague con una dif¨ªcil papeleta por solventar, ya que en Dinamarca no va a ser posible una soluci¨®n de urgencia que resuelva temporalmente el problema. Algunos pa¨ªses, entre ellos Espa?a, no est¨¢n dispuestos a respaldar un acuerdo que retrase una reforma real. Pero alcanzar un acuerdo definitivo tampoco parece sencillo, ya que lo que se debate es la propia estructura econ¨®mica de la CE. ?En qu¨¦ forma y cuant¨ªa deben participar los Estados en el presupuesto? ?Qu¨¦ recortes deben aplicarse sobre la agricultura? ?Cu¨¢nto dinero debe destinarse a la pol¨ªtica social y al desarrollo regional?
Son preguntas que de forma parcial han tenido algunas respuestas, pero no determinantes. Para el presidente de la comisi¨®n, Jacques Delors, la modificaci¨®n del presupuesto pasa por incrementar la contribuci¨®n de cada pa¨ªs con arreglo al PIB, lo que, a mi juicio, provocar¨ªa un reparto m¨¢s justo. Esta tesis, sin embargo, no cuenta con el respaldo de la mayor¨ªa de los pa¨ªses comunitarios, que prefieren elevar la tasa sobre el IVA, que no grava la riqueza sino el consumo de los contribuyentes.
La evidente disparidad de criterios no s¨®lo puede hacer dura y dif¨ªcil la cumbre danesa, sino tambi¨¦n puede provocar el cisma. No ser¨ªa la primera vez que su presidente, Delors, abandona un cargo al no ser respaldadas sus tesis; ya ocurri¨® en una ocasi¨®n, cuando era ministro de Econom¨ªa de Francia.
Tambi¨¦n otras respuestas reflejan discursos contradictorios de los interlocutores comunitarios y responden a criterios que priman los beneficios particulares por encima de los generales. Este tipo de postulados, no obstante, no van a diluir el nudo gordiano de la crisis presupuestaria. Tan s¨®lo cuando la CE decida dejar de ser la comunidad europea agr¨ªcola, abandone sus inclinaciones proteccionistas y oriente el gasto hacia parcelas poco asistidas, pero de vital importancia para el desarrollo del futuro continental, ser¨¢ posible equilibrar el balance comunitario.
Cualquier intento de resolver problemas como el de la contribuci¨®n nacional a las arcas europeas caer¨¢ en saco roto si antes no se aborda definitivamente la reconducci¨®n del gasto.
De otra parte, seguir parcheando balances y acumulando d¨¦ficit es algo que no resiste un m¨ªnimo rigor presupuestario y una pr¨¢ctica en la que la Comunidad no puede ni debe persistir.
es diputado de AP en el Parlamento Europeo.
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