'Supercero', la esperanza

La conclusi¨®n del acuerdo sobre misiles de alcance intermedio (INF) ha suscitado una pol¨¦mica importante. Para unos -entre los que me cuento- este acuerdo representa un paso positivo para la seguridad europea e internacional y abre camino para nuevas y m¨¢s importantes reducciones de armamentos. Otros consideran que el acuerdo INF representa algo as¨ª como un traspi¨¦ que hay que corregir r¨¢pidamente introduciendo nuevos sistemas nucleares en Europa occidental y reforzando las fuerzas convencionales de la Alianza.Aunque la pol¨¦mica se suele centrar en cuestiones t¨¦cnico-militares, creo que es m¨¢s profunda. Las diferencias radican en dos maneras diferentes de ver el mundo en que vivimos. Los que se oponen al acuerdo INF tratan de evitar una guerra como la de 1939, premeditada por un nuevo Hitler, y s¨®lo conciben unas relaciones Este / Oeste que, como hasta ahora, est¨¦n dominadas por la confrontaci¨®n. Por eso, llegado al extremo, denuncian la cumbre Reagan-Gorbachov como un nuevo M¨²nich.

Los que defendemos el acuerdo estamos preocupados por la posibilidad de una guerra como la de 1914, producto de un encadenamiento de circunstancias no premeditadas por nadie, y vemos posibilidades razonables de que la pol¨ªtica de Gorbachov permita introducir en las relaciones Este / Oeste una mayor dosis de di¨¢logo y cooperaci¨®n. Por eso nos tomamos muy en serio la declaraci¨®n Reagan-Gorbachov de que "la guerra nuclear no puede ser ganada y, por tanto, no debe ser librada".

No es una pol¨¦mica cualquiera. El temor a un ataque premeditado no surge de la paranoia sino de la historia. La disposici¨®n al empleo de las armas nucleares hunde sus ra¨ªces en que los seres humanos siempre hemos terminado empleando todas las armas que fuimos capaces de inventar. Ahora bien, parece claro que o las generaciones presentes y futuras rompen con esta regla, o esta regla nos rompe a todos. No hay duda, pues, de que debemos intentarlo; pero a sabiendas de que no es nada f¨¢cil reemplazar unas arraigadas pautas de comportamiento por un nuevo modelo de relaciones entre los pueblos y las personas.El acuerdo INF es importante porque alienta esta esperanza y testimonia la existencia de una preocupaci¨®n compartida de que la supervivencia de la humanidad reclama soluciones cooperativas a los problemas de seguridad. Porque niega la tesis de que para estar m¨¢s seguros sea imprescindible estar m¨¢s armados.

Esto es lo que no aceptan los cr¨ªticos del acuerdo. Pese a que, en base al acuerdo INF, la OTAN deber¨¢ destruir un n¨²mero de cabezas cuatro veces inferior a las que destruir¨¢ el Pacto de Varsovia y eliminar¨¢ la superioridad sovi¨¦tica en dos categor¨ªas de armas nucleares, consideran que se trata de un acuerdo perjudicial para la Alianza porque debilita el "acoplamiento nuclear", que es vital para la seguridad de Europa y porque, al reducirse lo nuclear, crece la importancia de lo convencional, donde la Alianza se encuentra en inferioridad manifiesta. Veamos estos argumentos de cerca.

?Afecta la destrucci¨®n de los INF al acoplamiento nuclear? El acoplamiento nuclear no depende del emplazamiento y las caracter¨ªsticas de unas armas espec¨ªficas, sino de la manera en que los sovi¨¦ticos perciben la disposici¨®n del presidente de EE UU a emplear sus armas nucleares contra la URSS en caso de agresi¨®n contra Europa occidental. Dada la complejidad de este proceso, lo ¨²nico que puede afirmarse seriamente es que mientras existan armas nucleares norteamericanas, la posibilidad del acoplamiento existe; y que por m¨¢s y mejores armas nucleares norteamericanas que existan, nunca estar¨¢ plenamente garantizado que el acoplamiento funcione.

Sin los misiles INF el acoplamiento seguir¨¢ siendo, pues, tan posible y tan incierto como con los misiles INF. En Europa permanecer¨¢n abundantes cabezas nucleares norteamericanas capaces de llegar a Mosc¨². Simplemente desaparecer¨¢n los misiles capaces de hacerlo con la m¨¢xima precisi¨®n. Y ?qu¨¦? La precisi¨®n puede resultar muy importante en los c¨¢lculos sobre c¨®mo ganar una guerra nuclear, pero no se requiere ninguna precisi¨®n determinada para poder impedir una guerra. Pues bien, lo vital para la seguridad europea es impedir que se produzca una cat¨¢strofe nuclear o una guerra convencional. En la medida que el acoplamiento nuclear sirve para esto, bien venido sea; pero para ello no son imprescindibles los INF.

Armamento convencional

Veamos la idea de que al reducirse lo nuclear gana importancia lo convencional y, como en este terreno tiene ventaja la URSS, la guerra puede hacerse m¨¢s probable. En primer lugar, es m¨¢s que dudoso que exista una relaci¨®n clara entre la cantidad de lo nuclear y la importancia de lo convencional; desde luego, esta relaci¨®n no tiene por qu¨¦ ser relevante mientras lo nuclear remanente supere muchas veces en capacidad a lo convencional a que se enfrenta. Pues bien, tras la retirada de los INF, continuar¨¢ existiendo en Europa occidental una capacidad explosiva nuclear equivalente a unas 10.000 Hiroshimas. Otra cosa es el hecho de que los sovi¨¦ticos mantengan superioridad en misiles nucleares de alcance inferior a 500 kil¨®metros, en armamento qu¨ªmico y en importantes categor¨ªas de armas convencionales.Esto representa una amenaza potencial. Pero lo representa tanto con INF como sin INF. La cuesti¨®n que aqu¨ª se plantea es qu¨¦ hacer para eliminar estas asimetr¨ªas. La OTAN lleva 20 a?os intentando eliminar estas asimetr¨ªas al alza. Ha invertido en ello fortunas y no ha obtenido resultados. Sin embargo, con el acuerdo INF, la OTAN ha logrado paridad en dos sistemas de armas nucleares en los que se encontraba en inferioridad. Gorbachov ha declarado que la URSS est¨¢ dispuesta a reducir fuerzas donde posee superioridad. La eliminaci¨®n de cualquier disparidad que sea negativa para Occidente representar¨¢ un aumento de la seguridad y no hay por qu¨¦ supeditarla a la eliminaci¨®n de otras disparidades.

El retraso en la eliminaci¨®n global de las armas qu¨ªmicas perjudica a Occidente y amenaza con una proliferaci¨®n incontrolada. Las dificultades residen en la verificaci¨®n. Pues bien, los derechos a inspecci¨®n intrusiva sin posibilidad de rechazo y de vigilancia permanente, que se han establecido en el acuerdo INF, marcan el camino para acabar con esta categor¨ªa de armas de destrucci¨®n masiva. En misiles nucleares de alcance inferior a 500 kil¨®metros, los sovi¨¦ticos tienen una superioridad que se podr¨ªa eliminar negociando un equilibrio a la baja para estos sistemas que tan negativamente singularizan la posici¨®n de Alemania. En el terreno convencional el inter¨¦s de Europa occidental reside en eliminar las capacidades de ataques masivos y por sorpresa. ?Por qu¨¦ no acordar cuanto antes criterios sobre cantidades, equipos y despliegues, coherentes con este fin, procediendo despu¨¦s a las reducciones necesarias?

Con el acuerdo INF se abren estas y otras posib¨ªlidades hasta ahora remotas. Nadie se asombra en Europa de que dentro de seis meses Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica puedan acordar la reducci¨®n a la mitad de sus sistemas estrat¨¦gicos ofensivos. Algunos nos asombramos, sin embargo, de que, mientras tanto, haya europeos que no contemplen la posibilidad de reducir las 10.000 cabezas nucleares, los 65.000 tanques, los 20.000 aviones, las 300 divisiones y los 10 millones de soldados que se enfrentan cara a cara entre el Atl¨¢ntico y los Urales.

Carlos Alonso Zald¨ªvar es diplom¨¢tico, asesor ejecutivo del ministro de Asuntos Exteriores.