Euromisiles, una saga que la OTAN no quiere repetir

La saga de los euromisiles ha durado 10 a?os, y la OTAN no quiere volver a repetir una experiencia similar. Todo empez¨® cuando la URSS empez¨® a desplegar, en 1977, unos nuevos misiles, los SS-20, de alcance intermedio, que inmediatamente empezaron a preocupar a los europeos. El entonces canciller Helmut Schmidt lanz¨® un grito de alarma.Los SS-20 fueron el resultado de un programa fracasado de un cohete intercontinental de dos cuerpos. Los sovi¨¦ticos decidieron entonces transformarlo en un misil de un solo cuerpo y modernizar as¨ª sus obsoletos SS-4. Hacia la misma ¨¦poca, la OTAN empezaba a preocuparse de que la mejora de las defensas a¨¦reas de la URSS socavaba la capacidad de penetraci¨®n en el espacio del Pacto de Varsovia de su aviaci¨®n equipada con armas nucleares. Los misiles de crucero y los Pershing 2 pod¨ªan suplir, independientemente de la amenaza de los SS-20, esta carencia.En enero de 1979, los cuatro grandes -Jimmy Carter (EE UU), Helmut Schmidt (RFA), Val¨¦ry Giscard d'Estaing (Francia) y James Callaghan (Reino Unido)- se reun¨ªan en la isla de Guadalupe y acordaban, superando las anteriores resistencias de Washington, desplegar los euromisiles si la URSS no retiraba los SS-20, posici¨®n que la OTAN ratificar¨ªa el 12 de diciembre de 1979, en su famosa doble decisi¨®n. Por ella se iban desplegar 572 de estos cohetes en cinco pa¨ªses de la OTAN (RFA, Reino Unido, Italia, B¨¦lgica y Holanda). La OTAN ofrec¨ªa a Mosc¨² una negociaci¨®n para evitar o limitar el despliegue, presentado como una modernizaci¨®n de su arsenal nuclear y una reacci¨®n a los SS-20. En Europa surgieron unos genuinos y masivos movimientos antinucleares que, sin embargo, no impidieron que el despliegue se iniciara y ning¨²n Gobierno perdi¨® una elecci¨®n por esto.EE UU ofreci¨® a la URSS limitar el despliegue a un n¨²mero equivalente de cabezas nucleares para ambas partes. Como las negociaciones no acababan de arrancar, en Ginebra, y presionado por sus aliados europeos -que a su vez se sent¨ªan presionados por sus opiniones p¨²blicas para hacer algo-, el 18 de noviembre de 1981, Ronald Reagan present¨® su opci¨®n cero: la OTAN no desplegar¨ªa los misiles de crucero ni los Pershing 2, a cambio de que la URSS retirara todos sus SS-20. Era ¨¦sta una oferta que la OTAN pens¨® nunca ser¨ªa aceptada por Mosc¨². Y efectivamente, cuando las negociaciones formales se abren en Ginebra el 30 de noviembre siguiente, Mosc¨² no sigue el paso.

El 16 de octubre de 1983 fracasaba la ¨²ltima entrevista, en Viena, entre los jefes de las diplomacias de EE UU y la URSS, entonces George Shultz y Andrei Gromiko, respectivamente, antes de que la OTAN comience su despliegue. El 22 de noviembre de 1983 llegaban los primeros Pershing 2 a la RFA y la URSS interrump¨ªa las negociaciones. En marzo de ese a?o, Ronald Reagan hab¨ªa lanzado su programa de la guerra de las galaxias.

Cambio con Gorbachov

A ra¨ªz de la llegada de Mijail Gorbachov a la c¨²pula del Kremlin, el 15 de marzo de 1985 vuelven a reanudarse en Ginebra las negociaciones sobre euromisiles, armas estrat¨¦gicas y defensas espaciales. En la cumbre de Reikiavik, en octubre de 1986, Reagan y Gorbachov acuerdan la eliminaci¨®n de todos los euromisiles de Europa. Posteriormente la URSS acceder¨ªa a suprimir tambi¨¦n 100 cabezas instaladas en su parte asi¨¢tica.Los aliados plantean entonces el problema de los cohetes de m¨¢s corto alcance (de 500 a 1.000 kil¨®metros), la opci¨®n supercero. Para su sorpresa, Gorbachov la acepta el 22 de julio de 1987. En agosto, la RFA, com lo ped¨ªa Mosc¨², acepta desmantelar los Pershing 1A, de cuerpo alem¨¢n y cabeza norteamericana. Tras intensas negociaciones sobre los problemas de verificaci¨®n, los jefes de las diplornacias de las superpotencias ultiman el acuerdo el 24 de noviembre, en Ginebra.

La OTAN ha acogido el acuerdo con la boca peque?a. Sus militares hab¨ªan descubierto el valor pol¨ªtico-estrat¨¦gico de unos misiles lanzados desde Europa capaces de alcanzar territorio sovi¨¦tico. Pero la URSS de Gorbachov fue aceptando casi todo lo que propon¨ªan los occidentales. Por ello, la OTAN no querr¨ªa ver esta saga repetida, a pesar de que se ha mantenido unida. Ya est¨¢ pensando con mucho m¨¢s cuidado las posturas de desarme que adopte en el futuro, principalmente sobre armento convencional, para evitar ofertas s¨®lo de cara al p¨²blico. Por si Mosc¨² las acepta.