Reagan y Gorbachov firman hoy el tratado para eliminar los euromisiles

Mijail Gorbachov, a su llegada ayer, a las 16.40, a Estados Unidos (las 22.40, hora peninsular espa?ola), en la primera visita a este pa¨ªs de un l¨ªder sovi¨¦tico desde 1973, anunci¨® que trae nuevas propuestas sobre reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas y que espera nuevas respuestas de Ronald Reagan. El Ilushin 62-M de Aeroflot aterriz¨® a las 16.34 en la base a¨¦rea de Andrews, a 20 kil¨®metros del centro de Washington. Hoy firmar¨¢ en la Casa Blanca, con Ronald Reagan, el tratado de eliminaci¨®n de misiles de corto y medio alcance (INF) la primera destrucci¨®n de armas nucleares de la era at¨®mica.

"Bienvenido a Estados Unidos, estamos encantados de tenerles aqu¨ª", les dijo el secretario de Estado George Shultz, encargado de recibirles oficialmente, al l¨ªder sovi¨¦tico y a su esposa, Raisa, envuelta en un chaquet¨®n de zorros gris, el mismo que luci¨® en su escala en Londres. Gorbachov, tras saludar muy sonriente al personal de su Embajada, no perdi¨® ni dos minutos en anunciar que ven¨ªa a esta cumbre a resolver "el problema" de reducir en un 50% los arsenales estrat¨¦gicos de las dos superpotencias. Lo defini¨® como el tema central de las relaciones entre los dos pa¨ªses" y elogi¨® el sentido de "creciente responsabilidad de la Administraci¨®n de Ronald Reagan"."Hemos venido a completar y firmar un tratado de INF, esperado por todos los pueblos del mundo. Sinceramente queremos una mejora de relaciones", declar¨® Gorbachov. Shultz felicit¨® al l¨ªder del Kremlin por sus palabras con un "buen comienzo". Medlios sovi¨¦ticos han anunciado que Gorbachov trae ideas nuevas para todos los temas, incluido Afganist¨¢n. "Es un hombre de sorpresas", dijo el portavoz sovi¨¦tico Guenadi Guerasimov. Fuentes norteamericanas dijeron ayer que la tercera cumbre entre los dos dirigentes puede abrir una nueva era en las relaciones entre los dos pa¨ªses.

Dos horas despu¨¦s de lafiegada de Gorbachov, el diplom¨¢tico norteamericano Maynard Glitman y un funcionario sovi¨¦tico aterrizaban en Andrews, en un avi¨®n especial de la Fuerza A¨¦rea, procedente de Ginebra, con el texto definitivo del tratado INF que se firmar¨¢ hoy. Inmediatamente, un selecto grupo de miembros del Congreso, de quienes depende la ratificaci¨®n del mismo, fueron informados de todos los detalles del acuerdo en una sesi¨®n secreta.Reagan, que no ha le¨ªdo el libro Perestroika para prepararse a la cumbre, se reuni¨® -dos horas antes de la llegada de Gorbachov- con la Junta de Jefes de Estado Mayor para ajustar la posici¨®n norteamericana. Antes hab¨ªa hablado durante 15 minutos por tel¨¦fono con la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, que le transmiti¨® una impresi¨®n optimista de su encuentro con el l¨ªder sovi¨¦tico en Londres.

Tr¨¢fico paralizado

Mientras la caravana de los Gorbachov paralizaba el tr¨¢fico en Washington a la hora punta de la salida del trabajo Reagan encend¨ªa el tradicional ¨¢rbol de navidad en la Elipse Shultz masntuvo anoche un primer encuentro de trabajo con su hom¨®logo Shevardnadze preparatorio de las reuniones de hoy.El optimismo reinante en Washington se explica por los signos de mayor flexibilidad de Mosc¨² y por el deseo personal de Reagan de cerrar su deca¨ªda presidencia con un "paso hist¨®rico" de reducci¨®n del 50% de los arsenales estrat¨¦gicos de las dos superpotencias. El objetivo es "arreglar el mayor n¨²mero de cuestiones posible y que los dos l¨ªderes den instrucciones a sus negociadores para que pueda haber un tratado en la primera mitad de 1988" explic¨® un alto funcionario norteamericano.

"Es concebible, aunque ser¨¢ dif¨ªcil" completar un tratado que pueda ser ratificado por el Senado en un a?o electoral, advirti¨® Howard Baker, jefe del gabinete presidencial. Reagan, "que est¨¢ psicol¨®gicamente preparado para la cumbre", seg¨²n sus asesores, negociar¨¢ con Gorbachov apoyado por los dem¨®cratas y los liberales y con la oposici¨®n de su propio Partido Republicano, cinco de cuyos seis candidatos presidenciales se oponen al INF, y con la irritaci¨®n de los conservadores, que le acusan de "traici¨®n".

Gorbachov quiere volver a Mosc¨² dejando encarrilado definitivamente un tratado para recortar a la mitad los cohetes m¨¢s desestabilizadores, aunque para ello haya que renunciar, por lo menos verbalmente, a la ret¨®rica m¨¢s dura sobre la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), ya de por s¨ª minada por los recortes presupuestarios norteamericanos. Por de pronto, los portavoces sovi¨¦ticos se han dedicado estos d¨ªas a desmentir que la URSS tenga un programa de defensa estrat¨¦gica semejante al norteamericano y han insistido en considerar el tratado ABM de 1972 como la clave del problema.

Gorbachov hab¨ªa dicho a la televisi¨®n norteamericana que "la URSS hace pr¨¢cticamente todo lo que hace EE UU". El l¨ªder sovi¨¦tico insisti¨®, sin embargo, en que la URSS no va a construir su propia SDI, sino que "la respuesta ser¨¢ 10 y hasta 100 veces m¨¢s barata".

Los sovi¨¦ticos han realizado una intensa campa?a de propaganda sobre la perestroika y la glasnost (transparencia informativa) en v¨ªsperas de la llegada de Gorbachov, pero unas im¨¢genes transmitidas por la televisi¨®n norteamericana sobre la represi¨®n de una manifestaci¨®n de otkazniks (ciudadanos a los que se les niega el permiso para emigrar) ha neutralizado los trabajosos resultados de esa campa?a en suelo norteamericano.