El desarme estrat¨¦gico gran prioridad para Gorbachov

El m¨¢ximo dirigente sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, dej¨® claro ayer, por si quedaba alguna duda, que el asunto que realmente le importa y le ha hecho desplazarse hasta Washington es conseguir una reducci¨®n del 50% en los arsenales estrat¨¦gicos de las superpotencias, a cambio de "la firme garant¨ªa de una estabilidad estrat¨¦gica".

En la ceremonia de recibimiento en los jardines de la Casa Blanca, Gorbachov estaba impaciente mientras Ronald Reagan le dirig¨ªa unas palabras de bienvenida. El l¨ªder parec¨ªa ausente ante la pompa y boato desplegados alrededor de ¨¦l y de su esposa, Raisa. En cuanto le toc¨® el turno de hablar, fue directamente al grano. El tratado para la eliminaci¨®n de Ios cohetes de alcance intermedio (INF) es un "primer paso" hacia un mundo desnuclearizado y "un gran paso". "Pero hemos venido a Washington con la intenci¨®n de acelerar la consecuci¨®n de un objetivo mucho m¨¢s importante: una reducci¨®n del 50% de las armas ofensivas en un contexto de garant¨ªa de firme esuibilidad estrat¨¦gica".Con sus palabras de ayer, Gorbachov dio un nuevo enfocue de la vinculaci¨®n entre los recortes de los arsenales nucleares estrat¨¦gicos y el marco de garant¨ªas de estabilidad, que para Mosc¨² pasa por el respeto al tratado ABM de 1972, que limitaba las sistemas contra misiles bal¨ªsticos. "Estabilidad estrat¨¦gica" es el concepto cuya expresi¨®n pol¨ªtica es el respeto al ABM, se?alan medios sovi¨¦ticos, seg¨²n los cuales Gorbachov ha llevado toda una nueva vinculaci¨®n org¨¢nica entre reducciones de los arsenales y respeto al ABM.

Cuesti¨®n de plazos

Hasta ahora, Mosc¨² ha insistido en un compromiso de no abandono de este tratado durante 10 a?os, mientras Washington quiere siete. Medios sovi¨¦ticos indicaron que podr¨ªa haber un cambio de posici¨®n respecto a los plazos. "En el pasado", se?alaban, "hicimos afirmaciones demasiado categ¨®ricas en el sentido de que la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) llevaba a violaciones en el tratado ABM. Si se mantienen los programas de investigaci¨®n como han sido autorizados por el Congreso, no tenemos nada que objetar al cumplimiento del ABM".El Congreso ha bloqueado hasta el 30 de septiembre del a?o pr¨®ximo la interpretaci¨®n amplia del ABM, que permit¨ªa el desarrollo y pruebas de armas espaciales, pero no su instalaci¨®n.

Gorbachov y Reagan, en su primera reuni¨®n en la Casa Blanca, deb¨ªan decidir ayer sobre el programa de trabajo de los expertos en armamento, entre ellos el mariscal Serguei Ajromeiev, de 64 a?os, jefe del Estado Mayor, que impresion¨® a los norteamericanos en Ginebra con sus conocimientos y su habilidad negociadora, y V¨ªctor Karpov y Alexei Obujov, otros veteranos negociadores.

Con sus colegas norteamericanos, dirigidos por Max Kampelman, deber¨¢n fijar los t¨¦rminos para las negociaciones que han de conducir a un segundo tratado sovi¨¦tico-norteamericano que Gorbachov quisiera ve firmado el a?o pr¨®ximo durante la visita de Ronald Reagan a Mosc¨², y ratificado antes de que ¨¦ste abandone la Casa Blanda.

Por dos veces, sovi¨¦ticos y norteamericanos han acabado en un callej¨®n sin salida ante la in sistencia de los primeros en para lizar la SDI. Gorbachov intent¨® esta vinculaci¨®n en Reikiavik y Reagan se cerr¨® en banda dejando en punto muerto todo lo acordado hasta entonces. De nuevo en octubre pasado, Gorbachov volvi¨® a plantear la cuesti¨®n al secretario de Estado norteamericano, George Shultz.

Obseriadores occidentales en Washington est¨¢n divididos en su evaluaci¨®n del cambio formal experimentado por las posiciones sovi¨¦ticas sobre la SDI. Unos piensan que Gorbachov se guir¨¢ la l¨ªnea del f¨ªsico nuclear y disidente Andrei Sajarov: la SDI nunca ser¨¢ rentable y ser¨¢ abandonada una vez que Ronald Reagan salga de la Casa Blanca. Otros creen que Gorbachov puede exigir alguna garant¨ªa bilateral m¨¢s o menos espec¨ªfica.

Durante la visita de Shultz a Mosc¨² en octubre pasado, Gorbachov present¨® una propuesta sobre los subl¨ªmites de la triada estrat¨¦gica que, seg¨²n Mosc¨², supone una concesi¨®n a las posiciones norteamericanas.

Mientras los norteamericanos proponen la limitacion de todas las cabezas nucleares estrat¨¦gicas a 4.800, los sovi¨¦ticos han dado la cifra de 5.100. Tal l¨ªmite supondr¨ªa un recorte del 35% de los cohetes bal¨ªsticos estrat¨¦gicos norte americanos, calculado en 7.800, y un 40% de las cabeza estrat¨¦gicas sovi¨¦ticas.