El Bar?a sigue sin conocer el triunfo en lo Copa de Europa
El Barcelona prosigue su racha negra en la Copa de Europa. Anoche perdi¨® su tercer encuentro de esta liguilla de cuartos de final. El Saturn de Colonia de mostr¨® ser un equipo m¨¢s serio de lo que se presum¨ªa y, de momento, puede llevar la cabeza bien alta tras haber derrotado en su pista al Tracer de Mil¨¢n y al Bar?a, en teor¨ªa los m¨¢s fuertes de esta competici¨®n. Este tercer traspi¨¦ ya convierte en muy preocupante la situaci¨®n del cuadro azulgrana, ¨²ltimo en la clasificaci¨®n y, lo que es peor, frustrado en su orgullo.
El potencial del Barcelona es poco visible en la pista. Esta vez no perdi¨® por las decisiones arbitrales, al contrario que en Tel Aviv, o por no saber frenar a un jugador, como el griego Gallis. El problema fue general. Fall¨® estrepitosamente McDoweIl —lento en el rebote y nulo en el ataque—, no funcion¨® la defensa, los tiradores exteriores anduvieron irregulares, Soloz¨¢bal prosigui¨® su crisis personal e hizo recordar la ausencia del lesionado Costa y, finalmente, Aito, el t¨¦cnico, colabor¨® en el desaguisado con movimientos sorprendentes en el banquillo.
El Barcelona lleg¨® preocupado a Colonia. Conoc¨ªa y respetaba el dato de que el Saturn hab¨ªa ganado por 24 puntos al Tracer. Pero, en el fondo, pensaba que no era para tanto. Luego, en la pista, se vio que s¨ª, que hab¨ªa para tanto. El Saturn es un buen grupo de guerrilleros mercenarios, con cinco jugadores formados en Estados Unidos. Los dirige Warrick, que imprime una velocidad y una listeza impropia de los equipos alemanes occidentales. Tine dos aleros complementarios, Jackel, r¨¢pido y efectivo, y McFerson, r¨¢pido e intimidador. Y cuenta con pivots serios.
La primera parte fue bastante igualada hasta poco antes del final. El Barcelona quer¨ªa imprimir velocidad, como recomienda el manual de entrenadores en estos casos, y se encontr¨® con un Saturn que, precisamente, buscaba la velocidad. El Barcelona no controlaba bien el rebote. Aito ha construido un equipo alto, con McDowell y Norris, pensando en Europa y se ha encontrado con que no son suficientes. McDowell, especialmente, cre¨® ayer un tremendo interrogante sobre la eficacia de su fichaje. El Saturn se fue al descanso con ventaja de 55-49, pero hab¨ªa m¨¢s sorpresa que miedo.
El inicio de la segunda mitad fue nefasto. El Barcelona fall¨® en tres ataques y el Saturn goz¨® de la primera ventaja seria, 61-51. Aito utiliz¨® a Soler, pero sigui¨® sin dominar el rebote.
La distancia no comenz¨® a recortarse hasta que Jim¨¦nez sustituy¨® a McDowell y Palacios entro para resta?ar las heridas que causaban los ataques de los mercenarios del Saturo. Pero la irregularidad del equipo, acompa?a da por la irregularidad tambi¨¦n en el banquillo, propici¨® una nueva escapada del Saturn hasta la m¨¢xima deferencia, que fue de 82-70.
El Barcelona no lograba asentarse en la cancha. Fue capaz de lograr un parcial de 0-11(82-81). Empat¨® mas tarde a 88. Pero fue incapaz de rematar la faena.
Con 10 1-98, Soloz¨¢bal y Sibilio fallaron dos triples y Norris no acert¨® a un metro de la canasta, desprop¨®sitos todos ellos consumados en un mismo ata que. A partir de ah¨ª, todo fue ver como Warrick controlaba el bal¨®n. Aito lleg¨® a prescindir de Sibilio —el m¨¢s acertado en los triples— para buscar el robo de un bal¨®n con Soler en la pista. Pero el Saturn, y sobre todo Warrik, supo controlar con oficio la posesi¨®n de la pelota durante el minuto y diez segundos finales e incluso se permiti¨® el lujo de que Jackel anotase con el bocinazo final.
Ahora, el Bar?a deber¨ªa ganar los seis partidos de casa y, al menos, dos de los cinco que le restan fuera para ser uno de los cuatro semifinalistas.
Otros resultados: Maccabi de Tel Aviv, 95; Aris de Sal¨®nica, 91. Partiz¨¢n de Belgrado, 94; Orthez, 89. Tracer de Mil¨¢n, 96; Nashua Den Bosch, 92.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.