Agnelli crea un premio para distinguir la dimensi¨®n ¨¦tica de la existencia

Ahora tambi¨¦n la familia Agnelli, propietaria del imperio de Fiat, que ¨²ltimamente hab¨ªa descubierto su vocaci¨®n art¨ªstico-cultural tiene su premio. Se llamar¨¢ sencillamente, Premio Agnelli; es bienal y estar¨¢ dotado con 200.000 d¨®lares (unos 22 millones de pesetas). La sorpresa: se trata de premiar, como explicaron el mi¨¦rcoles en Roma en una conferencia de prensa internacional, los hombres de confianza de Agnelli, a un personaje que se haya distinguido en la defensa de la dimensi¨®n ¨¦tica de la existencia.

Alguien ha querido ya ironizar diciendo que este descubrimiento del sentido ¨¦tico por el grupo industrial privado m¨¢s poderoso del pa¨ªs podr¨ªa cubrir una especie de sentido de culpa de Fiat que camina en plena prosperidad. A ello respondi¨® Cesare Annibaldi, responsable de la direcci¨®n de relaciones exteriores de Fiat, afirmando que esta. preocupaci¨®n por el problema ¨¦tico pertenece ya a las ra¨ªces hist¨®ricas de la familia Agnelli. Y a?adi¨® que el premio intenta "llamar la atenci¨®n sobre los valores que las transformaciones sociales, cada vez m¨¢s complejas, ponen constantemente a prueba".Y Marcello Pacini, director de la Fundaci¨®n Agnelli, afirm¨® que "en los ¨²ltimos cien a?os la sociedad civil ha fijado su inter¨¦s, sobre todo, en lo ¨²til y en lo bello, mientras que los problemas ¨¦ticos han estado considerados m¨¢s bien como un problema individual o reducido a la dimensi¨®n pol¨ªtica".

El primer premiado por la familia Agnelli, a trav¨¦s de un riguros¨ªsimo y complejo mecanismo mundial de selecci¨®n, ha sido un personaje casi desconocido en Italia: Isaiah Berlin, de 78 a?os, ruso de nacimiento, de ra¨ªces jud¨ªas, ingl¨¦s de adopci¨®n y de ciudadan¨ªa, catedr¨¢tico de filosof¨ªa en Oxford y apasionado lector y cr¨ªtico de Maquiavelo. El premio que le ser¨¢ entregado en febrero pr¨®ximo ha reca¨ªdo, pues, en un fil¨®sofo que hab¨ªa empezado su itinerario con Marx y ha acabado defendiendo la visi¨®n humanista del liberalismo, pero teniendo siempre muy presente el problema de los valores ¨¦ticos de la existencia.

El anuncio de la creaci¨®n del Premio Agnelli y del primer premiado no fue dado en Tur¨ªn, catedral del autom¨®vil, sino en Roma y en un lugar muy simb¨®lico: el Palazzo Della Cancelleria, que, aun estando en el centro de la ciudad, goza del privilegio de la extraterritorialidad vaticana y que alberga hoy el tribunal eclesi¨¢stico de la Sagrada Rota. El premiado no estaba presente, pero fue transmitida en pantalla gigante una entrevista suya en la que dijo con gran ¨¦nfasis que hoy el pa¨ªs que m¨¢s aprecia por su vivacidad, su capacidad de inventiva y su facilidad de entablar un di¨¢logo con los distintos es Italia.