Soloz¨¢bal di¨® un nuevo titulo al Barcelona
ENVIADO ESPECIALSoloz¨¢bal dio al Barcelona otro t¨ªtulo m¨¢s, la Copa del Rey. Y en el ¨²ltimo segundo, como correspondi¨® en justicia a un partido de gran categor¨ªa que reuni¨® todas las condiciones que se les debe exigir a dos de los mejores equipos de Europa. El Barcelona, adem¨¢s, encontr¨® su propia autoafirmaci¨®n al verse frente al Madrid en un choque decisivo. En la dimensi¨®n del rival, que ven¨ªa de ganar 37 partidos consecutivos, el Barcelona se sinti¨® m¨¢s grande, recobr¨® el placer de jugar un gran espect¨¢culo y, prueba de ello, fue que resolvi¨® en los segundos finales, justamente donde no lo supo hacer ante rivales de menor renombre. El Madrid experiment¨® de golpe una sensaci¨®n poco agradable, se vio en la miserable condici¨®n del millonario que lo pierde todo en un segundo.
El partido fue jugoso, muy interesante, y no porque se resolviera al borde de la bocina final. Para empezar, ambos equipos llegaron al ¨²ltimo minuto con el marcador en 81-83, cuando Lolo Sainz decidi¨® que se sacara de banda a fin de asegurar una canasta que obligara al Barcelona a una decisi¨®n desesperada. Aito decidi¨® a su vez que sus hombres no presionaran para no incurrir en una personal que le dejara al rival agotar otro saque de banda. Romay cometi¨® personal en ataque y desbarat¨® que el Madrid pudiera tener en su mano la decisi¨®n final. ?sta pas¨® al Barcelona, que busc¨® el triple de Sibilio, pero se encontr¨® con la decisi¨®n de Soloz¨¢bal.
Los dos t¨¦cnicos posiblemente no agotaron todas sus bazas, pero el partido qued¨® muy bien, en definitiva, salvo que la presencia de Del Corral, Corbal¨¢n y Antonio Mart¨ªn sin gota de sudor en el banquillo deja lugar a algunas especulaciones. Aito tom¨® la primera decisi¨®n del encuentro al situar su ataque en posici¨®n 1-2-2, que hab¨ªa ensayado a puerta cerrada el d¨ªa anterior. Los dos pivots se situaron en el poste de arriba y desplazaron tanto a Mart¨ªn como a Branson de sus posiciones habituales, para permitir penetraciones de Epi o Jim¨¦nez. El resultado fue perfecto, 14-6 a favor, que result¨® un buen comienzo. El Madrid contest¨® perentoriamente con una zona y, casualmente, casi coincidi¨® en la maniobra con su rival al situar Lolo Sainz a Biriukov dentro de la zona. La intenci¨®n pod¨ªa ser doble: tratar de provocar personales a Epi y aprovechar el buen salto y las buenas cualidades de Biriukov para el juego cerca del aro.
Circunstancias personales, que no t¨¢cticas, fueron los duelos Mart¨ªn-Norris y Epi-Biriukov. En un momento dado, el Madrid aplic¨® defensa de anticipaci¨®n y logr¨® desvirtuar el ritmo del partido. Ya no era el juego controlado, lento, buscando el tiro seguro. Con 33-40, el Madrid parec¨ªa dispuesto a despegarse. Sin embargo, algunas de sus piezas empezaban a estar en situaci¨®n d¨¦bil: los pivots ten¨ªan ocho personales por dos sus rivales. Este te¨®rico desequilibrio afect¨® fundamentalmente al partido, porque el Madrid se encontr¨® en la ¨²ltima jugada sin Branson y con Romay, que no es el mejor elemento para decisiones finales.
Toda la segunda mitad transcurri¨® casi est¨¢tica. Llorente corr¨ªa como una ardilla y rectificaba algunas p¨¦rdidas de bal¨®n y el Barcelona lograba dominar su rebote ofensivo para paliar algunos fallos en ataque. Entonces, Epi, por un lado, y Fernando Mart¨ªn, por el otro, tomaron el mando del encuentro. El primero sujet¨® los nervios de sus compa?eros, asegur¨® el juego. Y el segundo tambi¨¦n, con el a?adido de que convirti¨® un triple con sabor letal. Pero un detalle s¨ª se advirti¨®: las posibilidades ofensivas del Madrid se agotaban antes, porque tanto Alexis como Biriukov, que anotaron seis y cinco tantos en este per¨ªodo, se fueron diluyendo. Por ah¨ª, desde luego, vino la explicaci¨®n de lo que pas¨® al final. El triple de Fernando Mart¨ªn era antinatural; el de Soloz¨¢bal, no. Por eso, gan¨® el Barcelona, porque no tuvo que recurrir a una decisi¨®n heterodoxa.
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