La venganza del "star-system"

Ishtar representa el regreso a las pantallas de Warren Beatty y Dustin Hoffman despu¨¦s de sus ¨¦xitos Reds y Tootsie, respectivamente, en una gran superproducci¨®n, si tenemos en cuenta que su presupuesto declarado es de 40 millones de d¨®lares, m¨¢s publicidad, de los que 11 millones se los reparten los coprotagonistas.Beatty y Hoffman surgieron en el cine en el d¨¦cada de los sesenta, cuando la industria de Hollywood buscaba cambiar la filosof¨ªa del star-system por la inclusi¨®n de actores con cuyo f¨ªsico pudiera identificarse el espectador medio. El primero fue un hallazgo de Elia Kazan y triunf¨® en Esplendor en la hierba; el segundo, que estudi¨® con Lee Strasberg, debut¨® seis a?os despu¨¦s bajo la direcci¨®n de Arthur Hiller, para alcanzar la fama el mismo a?o con su intervenci¨®n en El graduado. Ahora, 20 a?os m¨¢s tarde, ya cincuentones, han intentado levantar con sus nombres una comedia de alt¨ªsimo presupuesto, olvidando que el dif¨ªcil g¨¦nero tiene sus reglas.

M¨²sicos fracasados

Dirigida por Elaine May (guionista de El cielo puede esperar), responsable del gui¨®n y de la no menos fallida realizaci¨®n, narra en su argumento las peripecias profesionales y sentimentales de dos fracasados y tard¨ªos compositores y cantantes que durante una gira por un pa¨ªs ¨¢rabe se ven mezclados en una intriga de esp¨ªas y pol¨ªtica, donde Isabelle Adjani hace algunas apariciones breves y sin protagonismo.Las p¨¦simas canciones creadas para la pel¨ªcula -en las que han puesto su granito de arena los propios actores cabecera del reparto- tienen el contrapunto en la presencia en la banda sonora del tema de Johnny Mercer, One for my baby, interpretada por Sinatra; al igual que la pl¨²mbea visi¨®n del filme intenta recordar a la disparatada serie Camino de..., interpretada por Bob Hope y Bing Crosby, a la que presuntamente pretende emular sin ning¨²n ¨¦xito.

Si Dustin Hoffman, al menos, tiene oportunidad de montar alg¨²n numerito, Warren Beatty sale a¨²n peor parado, con una interpretaci¨®n anodina, en esta pel¨ªcula en la que ha vuelto a llamar al fot¨®grafo Vittorio Storaro -con quien comparti¨® el ¨¦xito de los oscars de Reds- y cuyo trabajo es vano en esta realizaci¨®n en la que parecen haber participado demasiadas mentes para salvar lo insalvable.