Los jud¨ªos, en estado de choque por la revuelta en Gaza y la "palestinizaci¨®n" de los ¨¢rabes de Israel
Los jud¨ªos israel¨ªes se hallan en estado de choque. M¨¢s que la insurrecci¨®n de la poblaci¨®n de los territorios ocupados, lo que les ha dejado estupefactos y traumatizados es la violenta reacci¨®n de los ¨¢rabes israel¨ªes durante la huelga general del lunes 21 de diciembre. Una cosa es ver en la televisi¨®n a j¨®venes palestinos tirando piedras a una patrulla israel¨ª en Gaza o en Nablus, en territorio ocupado, y otra muy difierente es contemplar c¨®mo, por primera vez, j¨®venes ¨¢rabes israel¨ªes hacen lo mismo en lugares como Nazaret, Shfaram e incluso en Yafo, barrio del sur de Tel Aviv
De golpe, los israel¨ªes se dan cuenta, de que la revuelta palestina se extiende y abarca a los ¨¢rabes ciudadanos de Israel, y amenaza lo que se cre¨ªa firmemente adquirido: la fidelidad y la lealtad de los ¨¢rabes israel¨ªes con respecto a su patria israel¨ª.Para mejor comprender el malestar, la emoci¨®n e incluso la ansiedad de los israel¨ªes hay que tener en cuenta que esta lealtad de los ciudadanos ¨¢rabes no hab¨ªa sido desmentida en los ¨²ltimos 20 o 25 a?os. Las ciudades y pueblos ¨¢rabes no reaccionaron a la guerra de junio de 1967. Se dir¨¢ que la aplastante victoria sobre los ej¨¦rcitos egipcio, sirio y jordano, es decir, sobre el mundo ¨¢rabe, les dej¨® paralizados. ?Pero qu¨¦ decir de la guerra de octubre de 1973, cuando el Tsahal (el Ej¨¦rcito de Israel), Mois¨¦s Dayan y otros l¨ªderes famosos fueron sorprendidos por el Egipto de Anwar Sadat y la Siria de Hafez el Asad, cuando las tropas egipcias cruzaron el canal de Suez barriendo a los israel¨ªes y destruyendo sus bunkers?.
Se habr¨ªa podido pensar que el nacionalismo ¨¢rabe y anti¨ªsrael¨ª se despertar¨ªa y se manifestar¨ªa de alguna manera; pero no pas¨® nada, todo se mantuvo en calma en el sector ¨¢rabe. Y, m¨¢s a¨²n, ante la gran sorpresa de los medios de comunicaci¨®n, numerosos ¨¢rabes israel¨ªes se presentaron en las oficinas de la Maguen David Adom (la Cruz Roja israel¨ª) para donar sangre destinada a los soldados israel¨ªes heridos en el frente.
Ruptura con el pasado
Incluso durante la guerra de L¨ªbano, donde los combates se desarrollaron a menudo en los campos de refugiados palestinos, los ¨¢rabes israel¨ªes no reaccionaron ni protestaron de una manera organizada.La violencia, los choques con la polic¨ªa durante la huelga general de solidaridad con los palestinos de los territorios ocupados -cuya virulencia sorprendi¨® a sus propios organizadores, que la hab¨ªan bautizado como Jornada de la Pazrefleja un cambio brutal, una ruptura con el pasado. "Ese d¨ªa", escribe Hagay Esched, cercano a Sim¨®n Peres, en el peri¨®dico laborista Davar, "el sentimiento de identificaci¨®n con los palestinos sentido por los ¨¢rabes que viven en Israel venci¨® a su ciudadan¨ªa israel¨ª. Ahora sabemos que los ¨¢rabes israel¨ªes han escogido unir su destino al de sus hermanos palestinos y que prefieren el lazo palestino al lazo israeli".
"El pueblo de Israel se ha visto sorprendido por una explosi¨®n de odio dentro de su mismo pa¨ªs. Todos los que tengan ojos para ver y o¨ªdos para escuchar saben ahora que no se trataba de discutir las fronteras de Israel, sino de nuestros derechos sobre este pa¨ªs, a nuestra existencia como naci¨®n, a nuestra presencia aqu¨ª", ha dicho Isaac Shamir. "Los ataques no estaban dirigidos contra la pol¨ªtica israel¨ª, sino contra el Estado de Israel", a?adi¨®.
No hay que extra?arse de que declaraciones tan graves como las del primer ministro, Isaac Shamir, con extrapola ciones tan osadas, hayan sido acogidas con aprobativos asentimientos de cabeza por un gran n¨²mero de israel¨ªes confusos, desorientados, inquietos. A esto hay que a?adir el discur so del ministro de Defensa Isaac Rabin, en la Kneset (Parlamento), aut¨¦ntica declaraci¨®n de guerra contra los insurrecto palestinos. Una vez m¨¢s, se tra ta de la subversi¨®n exterior, teledirigida por la OLP; de la necesidad de golpear duramente a los agitadores si es necesario mediante centenares de detenciones, expulsiones del pa¨ªs y otras medidas punitivas. Estas detenciones ya han comenzado.
Uripal¨®ma laborista como el general retirado y ex ministro Motta Gour, que se declar¨® dispuesto a negociar con Arafat, ha dicho ahora: "Se trata de una lucha, de una guerra por la misma existencia de Israel. En un combate de esta naturaleza no hay lugar para medidas intermedias, para el compromiso".
Como para animar a los palestinos de Cisjordania y Gaza, otro paloma, el ministro del Interior, Haim Bar Lev, afirma: "Es necesario que lo sepan: no toleraremos la emergencia de un Estado palestino".
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