?Milagro!
Domingo Ortega dice que el retiro de algunos torero -entre otros, el suyo- es un milagro. Naturalmente olvida los sacrificios y las frustraciones que lo preceden. A El Estudiante le afect¨® mucho el veto de Camar¨¢ -que apoderaba a Manolete-, precisamente en el momento mejo de su carrera. Viaj¨® a Am¨¦rica con nueve contratos y no pudo torear m¨¢s, por ese veto. Todo fue -cree El Estudiante- porque en una corrida en Madrid, cort¨® m¨¢s orejas que el diestro cordob¨¦s y se proclam¨® triunfador. Le ha quedado mal recuerdo de Camar¨¢ a El Estudiante, mientras para Manolete no tiene m¨¢s que expresiones de admiraci¨®n por su valor y por su calidad humana.El Estudiante particip¨® en el cambio m¨¢s profundo que haya experimentado jam¨¢s la fiesta y lo confirma ahora con perspectiva hist¨®rica: "El toro es el autor del cambio. El de la posguerra ten¨ªa menos trap¨ªo y edad que el de los a?os 30, aunque manten¨ªa la casta propia de la ganader¨ªa de bravo. Hoy el toro vuelve a tener edad y peso, pero ha perdido casta, lo que produce una merma de emoci¨®n y exceso de uniformidad en el toreo".
Una jubilaci¨®n activa
120 horas de toreo le proporcionaron a El Estudiante fama y una vida acomodada. Compr¨® en Guadalajara la finca El Molino de Moyarniz, que da cereal. Y program¨® una jubilaci¨®n activa. Satisface su sensibilidad art¨ªstica con la pintura y la escultura, participa en jurados taurinos pertenece a varias tertulias. Desde hace 20 a?os acude a la del escultor Cristino Mayo, en el caf¨¦ Gij¨®n, junto a los pintores Redondela, Conejo, Novillo, Luxieiro, D¨ªaz, De Lorenzo, el escultor Mustieles. Por las tardes se re¨²ne con notarios, abogados y m¨¦dicos.
Hace 30 a?os acudi¨® a un retiro espiritual que organiz¨® para toreros el Opus De? en el cortijo Los Alburejos, de ?lvaro Domecq, y aquella fue una experiencia que a¨²n recuerda con asombro: "Un picador de escasas y rudas palabras, en la clausura pronunci¨® un elocuente discurso lleno de espiritualidad. Qu¨¦ cosas. Nos levant¨¢bamos al amanecer, pas¨¢bamos el d¨ªa en meditaci¨®n, s¨®lo pod¨ªamos hablar 20 minutos, y todo funcionaba a toque de campanilla. Los toreros salimos santificados m¨¢s o menos, seg¨²n".
Esto dice El Estudiante que ocurri¨® un d¨ªa del retiro: "Oigo a Ortega que grita en su habitaci¨®n: '?Milagro!'. Entro, y le pregunto: '?Qu¨¦ ocurre, Domingo? ?Se te ha aparecido la Virgen?' Y me responde: 'No, es que meditaba lo cojonudamente que vivimos a pesar de que llevamos m¨¢s de 10 a?os sin dar ni golpe, y para m¨ª que es un milagro".
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