Ad¨¢n y Eva en Hanzhou

A partir de la d¨¦cada de los treinta, los pintores chinos se atrevieron a dibujar desnudos, rompiendo la tradici¨®n confuciana de puritanismo respecto al cuerpo, sobre todo al femenino. El realismo socialista fren¨® el avance, y los castos desnudos dieron paso a bellezas con uniformes fabriles. En varias escuelas art¨ªsticas de China se pueden ver posando en la actualidad a modelos desnudos y a pintores con nueva mentalidad que descubren o recuperan el lenguaje del cuerpo.

Los chinos de la antig¨¹edad sol¨ªan decir que el para¨ªso est¨¢ en el cielo y Hangzhou y Suzhou en la tierra. Esta afirmaci¨®n ha sido confirmada de alg¨²n modo por los innumerables viajeros que, desde Marco Polo hasta nuestros d¨ªas, han contemplado con asombro la belleza natural de Hangzhou, con su imponente lago del Oeste, y la delicada arquitectura de Suzhou, con sus canales y primorosos jardines.Pero no podemos hablar de los dones naturales o arquitect¨®nicos de estas dos ciudades sure?as sin mencionar la influencia que han ejercido en el florecimiento de las artes.

Desde antiguo Hangzhou y Suzhou son tierras de grandes artistas. Para preservar esta tradici¨®n, el eminente educador Cai Yampei y el distinguido artista Lin Fengm¨ªan fundaron en 1928 la Academia del Lago del Oeste de Hangzhou, hoy Instituto de Bellas Artes de Zejiang.

En este instituto se ense?a dibujo, grabado, pintura tradicional, pintura al ¨®leo, escultura, artes decorativas y caligraf¨ªa china. Todas las tendencias de la pl¨¢stica contempor¨¢nea se pueden encontrar en las obras de diferentes estilos y calidades de los j¨®venes artistas. Y, como es natural, en este ambiente no pod¨ªa faltar el desnudo art¨ªstico.

En la pintura china el desnudo ha sido el gran ausente. Se g¨²n Lin Yutang, se debe a que el artista chino no aprende a pintar metido en una habitaci¨®n y desnudando a una mujer tal como se estila en Occidente El artista chino prefiere ir a las famosas monta?as de Anhui o Sichuan para encontrar la belleza de las formas, pero, en realidad, no se trata de una libre elecci¨®n. Siglos de moral confuciana han condenado como obscena la desnudez, sobre todo femenina.

S¨®lo a partir de la d¨¦cada de los treinta, Shi Baihong se atrevi¨® a dibujar modelos sin ropa. Sin embargo, despu¨¦s de -la liberaci¨®n, sus castos desnudos cedieron lugar a robustas muchachas de holgadas vestimentas fabriles, m¨¢s acordes con la deplorable est¨¦tica del realismo socialista. El desnudo nuevamente hab¨ªa sido prohibido, esta vez por un puritanismo feudal revestido con lenguaje socialista.

En una reciente visita a los talleres del Instituto de Bellas Artes de Sichuan pude ver a modelos femeninos y masculinos que posaban en diferentes posiciones para que los estudiantes dibujaran, pintaran, modelaran o esculpieran las complejas formas y movimientos del cuerpo humano. El femenino concita la preferencia de los j¨®venes artistas.