La s¨¢dica tradici¨®n del regalo
La aparente generosidad de Reyes esconde una verdadera batalla de intereses y esperanza de compensaciones
Aunque se ha extendido el n¨²mero de espa?oles que ha cumplido anticipadamente con la entrega de los presentes navide?os -mitig¨¢ndose as¨ª "esa s¨¢dica tradici¨®n", apunta el soci¨®logo Jes¨²s Ib¨¢?ez, "de regalar a los escolares en el ¨²ltimo momento de la vacaci¨®n", y que responde, por otro lado, a la progresiva secularizaci¨®n, "esta vez hasta inconscientemente ilustrada con que el papa Wojtyla haya sido agasajado con ese gigantesco abeto exhibido en la plaza de San Pedro"-, contin¨²a, sin embargo, la tendencia a preservar para Reyes el desenlace de los regalos.
En realidad un fifty-fifty de dificultosa s¨ªntesis, "un h¨ªbrido entre el regalo endog¨¢mico, circular, dulcificado y rec¨ªproco de la Navidad, contra ¨¦ste, de Reyes, m¨¢s verticalizado, propiamente patriarcal, de padres a hijos", observa el fil¨®sofo Xavier Rubert de Vent¨®s.En el nombre de los ni?os (in-fan-tes, etimol¨®gicamente, 'que no hablan'), cuanto m¨¢s bulliciosa y crom¨¢tica resulte la ¨²ltima jornada -a rasgar y a jugar- m¨¢s parecer¨¢ que se enjuaga la paradoja de toda la quincena: generosos por decreto, donantes por prescripci¨®n placenteros por hiperrealidad.
Sin embargo, la paradoja m¨¢xima, muy concreta, est¨¢ ya en cada uno de los regalos: su propia inexistencia; as¨ª es des de que acude necesariamente pre?ado de un af¨¢n de restituci¨®n.
El caso es que el cl¨¢sico es quema establecido por Marcel Mauss de los tres momentos necesarios de la donaci¨®n -dar, recibir y restituir- permanece atado y bien atado, de manera que deshacer el lacito es en realidad enlazarse y abrir el paquete, entrar en el paquete. Para Ib¨¢?ez, eso es todo en la base del capitalismo de consumo.
Desintegraci¨®n familiar
En ese imperativo del dispendio se fija Ib¨¢?ez para sostener que "el incremento en cantidad -efectiva- en el regalo intrafamiliar, t¨ªpico de estas fechas, es un intento exacerbado de paliar la calidad -afectiva-, ante la evidente desintegraci¨®n familiar. Es una b¨²squeda f¨¢ntasm¨¢tica de mantener abierto el canal; una mueca ante la realidad de su desintegraci¨®n, que busca, como contraprestaci¨®n simb¨®lica, a trav¨¦s de ese camb¨ªo de cantidad por calidad, su propia persistencia".
Jorge Lozano, te¨®rico de la informaci¨®n, insiste en que el viejo esquema de la comunicaci¨®n qui¨¦n dice qu¨¦ a qui¨¦n opera perfectamente para abordar el proceso del regalo. "Regalar implica, sin duda, elaborar una estrategia: fijarle una posici¨®n al otro".
Y agrega Lozano: "Regalar es sancionar al otro, es una ofensiva al otro, porque es consustancial que el otro tenga que responder". Si se le objeta que puede ocurrir a la inversa, que muchas veces el que inicia el proceso es el humillado: que el que tenga que regalar sea el que no tenga, responde: "S¨ª, claro, puede ocurrir que el otro diga: '?C¨®mo se ha permitido usted regalarme!', o bien: '¨ªNo me ha regalado lo suficiente!", pero tambi¨¦n aqu¨ª el otro contin¨²a siendo el ofendido; por exceso o por defecto, el humillado siempre es el destinatario".
No parace f¨¢cil salirse delcircuito de Mauss, acometer una transparente entrega unilateral y espont¨¢nea. Lozano asegura que "regalar deseando realmente no recibir nada a cambio puede llegar a ser un acto de extrema soberbia".
Y es que ocurre, en definitiva, bien lejos del sentido re¨ªvindicativo de la expresi¨®n que lo que se da no se quita.
Reciprocidad catalana
"Caga, Ti¨®; caga, li¨®, que es la nit de Nostre Senyor" es lo que recuerda estar gritando cada 25 de diciembre, hasta no hace mucho, luego de haber incorporado la tradici¨®n a sus hijos, Xavier Rubert de Vent¨®s. Con la vara se golpea en el tronco del Ti¨®, y ¨¦ste se va de vientre, arrojando regalos "m¨¢s bien dulces y funcionales.
A esta reciprocidad y endogamia de la tradici¨®n catalana, Rubert de Vent¨®s opone la linealidad de los regalos de Reyes, en que son los padres los que juegan a los hijos la coartada. En la propaganda de las colonias, un regalo que cada enero llueve a mares, ha visto c¨®mo "este a?o ha habido un intento ortop¨¦dico de personalizaci¨®n"; un ersatz de mojar el car¨¢cter del destinatario en el perfume, que, por su par te, el soci¨®logo Jes¨²s Ib¨¢?ez tambi¨¦n revisa: "La innovaci¨®n en el reclamo de los per fumes masculinos tiene ahora un enfoque m¨¢s narcisista y autoer¨®tico. El ¨¦nfasis ya no se pone tanto en que sean ellas quienes compren para ellos cuanto que sean ellos el in¨ªcio y t¨¦rmino del proceso".
"Aceptar algo de alguien", dec¨ªa Marcel Mauss, "significa aceptar algo de su esencia espiritual, de su alma". El regalo est¨¢ impregnado del ¨¢nimo del regalante, y para exorcizarlo es necesario efectuar el contrarregalo. Pero para que el presente sea en verdad presente es necesario que "transcurra un lapso de tiempo entre donaci¨®n y restituci¨®n; de lo contrario perder¨ªa su efecto de espontaneidad", advierte Gonzalo Abril.
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