Noboru Takeshita promete abrir el mercado japon¨¦s a Estados Unidos
El nuevo primer ministro japon¨¦s, Noboru Takeshita, ofreci¨® ayer a Ronald Reagan, en su primera visita oficial a Washington, levantar algunas barreras a la entrada de los productos agr¨ªcolas norteamericanos en Jap¨®n y una apertura del mercado de obras p¨²blicas a las constructoras norteamericanas. El prudente Takeshita, que no tiene experiencia internacional, trata de calmar a una opini¨®n p¨²blica y a un Congreso irritados con un pa¨ªs que tiene, por segundo a?o consecutivo, un super¨¢vit comercial de 60.000 millones de d¨®lares en su comercio con Estados Unidos.
Reagan calific¨® su encuentro con Takeshita de "constructivo" y se mostr¨® satisfecho por las promesas obtenidas de que Jap¨®n tratar¨¢ de resolver sus disputas comerciales con EEUU. El presidente declar¨® especialmente positivos los planes expuestos por el primer ministro japon¨¦s para aumentar la demanda interna en Jap¨®n, concluir el proceso de ajuste econ¨®mico e incrementar su presupuesto de ayuda econ¨®mica exterior.Los temas estrat¨¦gicos y militares -Washinton quiere que Jap¨®n asuma, con su poderosa econom¨ªa, parte de la carga de la defensa de Occidente- y la relaci¨®n entre el d¨®lar y el yen son los otros dos grandes asuntos, adem¨¢s del desequilibrio comercial, que ser¨¢n objeto de esta cumbre de las dos superpotencias econ¨®micas. Takeshita, que se entrevist¨® ayer durante dos horas con Reagan en la Casa Blanca, ha anunciado que su pa¨ªs contribuir¨¢ con 3.000 millones de d¨®lares al coste de la defensa por Estados Unidos de su pa¨ªs y que emplear¨¢ otros 2.000 millones de d¨®lares para ayudar a los pa¨ªses de la ASEAN (Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico).
Washington empuja a Tokio a asumir los costes de las operaciones de patrulla naval en el Golfo y desea que ese poder¨ªo econ¨®mico se refleje en una mayor presencia militar en la defensa de Asia. Washington ya ha conseguido que Jap¨®n aumente su gasto militar. 70.000 soldados norteamericanos contin¨²an estacionados en el archipi¨¦lago nip¨®n.
Es el desequilibrio comercial lo que agr¨ªa las relaciones entre los dos aliados y el tema clave de la visita de tres d¨ªas de duraci¨®n de Takeshita a EE UU. El nuevo l¨ªder japon¨¦s, que tom¨® posesi¨®n de su cargo el 6 de noviembre, intentar¨¢ sobre todo establecer una relaci¨®n personal con Reagan. Pero el estilo m¨¢s reservado del jefe del Gobierno de Tokio hace dif¨ªcil que pueda repetir la familiaridad Ron-Yasu con la que se tuteaba su interlocutor con Yasuhiro Nakasone, su antecesor en el cargo. Reagan, sin embargo, ya le ha pedido que tuteen como Ron y Nobo, a lo que Takeshita, en su primera conversaci¨®n telef¨®nica, le contest¨® formalmente: "S¨ª, se?or presidente".
Se duda en Washington que los regalos de Takeshita sean suficientes para variar sustancialmente la posici¨®n norteamericana, que ve en Jap¨®n al imperio diab¨®lico de la econom¨ªa mundial. Estados Unidos acusa a Jap¨®n de impedir la entrada de sus productos a un mercado excesivamente protegido, mientras que aqu¨ª cada vez es m¨¢s dif¨ªcil comprar algo que no sea japon¨¦s o de un pa¨ªs asi¨¢tico. EE UU desear¨ªa un cambio b¨¢sico en Jap¨®n para convertirse en un pa¨ªs importador. El Congreso tiene preparada legislaci¨®n proteccionista de represalia, que, de ser finalmente aprobada, conducir¨ªa a una peligrosa guerra comercial.
Tokio, la segunda econom¨ªa del mundo, inunda el mercado norteamericano de coches -mejores y m¨¢s baratos que los estadounidenses-, de televisores y productos electr¨®nicos; incluso Honda ya est¨¢ construyendo sus coches en Ohio, dando empleo a miles de norteamericanos; compra los mejores edificios en las grandes ciudades; establece sus bancos y sus firmas de inversi¨®n en el coraz¨®n de Wall Street y financia, con inversiones en t¨ªtulos del Tesoro en d¨®lares, el d¨¦ficit presupuestario estadounidense. La ca¨ªda de Wall Street y del valor del d¨®lar ha hecho temer la retirada masiva de fondos japoneses, lo que ser¨ªa una cat¨¢strofe para EE UU.[Los dos presidentes declararon ayer que sus Gobiernos cooperar¨¢n estrechamente para intervenir los mercados de cambio con el fin de estabilizar el d¨®lar, seg¨²n Afp.]
Takeshita tratar¨¢ de lograr en Washington que, a cambio de sus regalos -fundamentalmente que empresas de EE UU puedan competir con las Japonesas en la construcci¨®n del nuevo aeropuerto de Tokio y en otras grandes obras p¨²blicas y la entrada m¨¢s libre de una decena de productos agr¨ªcolas americanos, como el arroz-, Reagan le vante las sanciones econ¨®micas contra Jap¨®n, 150 millones de d¨®lares de castigo contra sus productos electr¨®nicos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.