Una nueva aparici¨®n de los 'carapintadas'
El mensaje de felicitaci¨®n enviado el pasado s¨¢bado por el jefe del estado mayor del Ej¨¦rcito argentino, general Dante Caridi, a todas las unidades del Ej¨¦rcito "por el comportamiento asumido" ante la rebeli¨®n protagonizada por Aldo Rico, lo que puso de relieve "el alto grado de disciplina, de cohesi¨®n y subordinaci¨®n del Ej¨¦rcito", qued¨® como triste testimonio de lo que pudo ser una actitud ejemplar que, por otra parte, deber¨ªa haber sido lo normal Los carapintadas retornaron.La imagen de los soldados con las caras tiznadas volvi¨® a ocupar la escena argentina, si bien con menores respaldos que en el pasado mes de abril, durante la rebeli¨®n de Semana Santa.
En aquella ocasi¨®n, las adhesiones menudearon. Los titubeos y, a veces, la negativa para reprimir a los rebeldes fueron la t¨®nica dominante. Y es que en esta ocasi¨®n la actitud de Aldo Rico, un iluminado que fue calificado por el presidente Ra¨²l Alfons¨ªn como h¨¦roe de las Malvinas, careci¨® del m¨ªnimo asidero, sin que ello implique que en Semana Santa lo tuvo.
Cuando el pasado 15 de enero huy¨® de la residencia que ocupaba en las afueras de Buenos A¨ªres para eludir la acci¨®n delajusticia militar, que se hab¨ªa comprometido a acatar, la imagen de justiciero y redentor de los h¨¦roes de la guerra sucia durante la dictadura se desplom¨® para muchos de los pares del veterano de las Malvinas. Aunque, como siempre, tambi¨¦n surgieron padrinos para la disparatada empresa del comando paracaidista.
Los carapintadas disimulan, tras el camuflaje de una exigencia de renuncia del alto mando del Ej¨¦rcito argentino, la aspiraci¨®n de obtener el aplauso de la sociedad por su intervenci¨®n represiva en el r¨¦gimen militar. Lo que los carapintadas no entienden es que una sociedad, medianamente en sus cabales, no puede aplaudir la matanza de una generaci¨®n.
El nudo gordiano de la situaci¨®n radica en discernir si Rico y sus partidarios son una piedra en el zapato social argentino o un Everest a escalar sin cuerdas y a pulm¨®n. El Gobierno del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn opina que es una piedra.
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