Jos¨¦ Naveiras
Un herrero asturiano, creador y director de un museo etnogr¨¢fico
A Jos¨¦ Naveiras Escanlar le conocen en el concejo asturiano de Grandas de Salime como Pepe el Ferreiro. Naveiras es herrero, como ya lo fue su padre y antes su abuelo, pero su gran obra no ha sido tanto el manejo del yunque y del martillo como la recopilaci¨®n, durante 20 a?os, de estos y otros muchos ¨²tiles y herramientas artesanas, vestigios de oficios y costumbres seculares, y toda suerte de aperos y piezas de la cultura popular, para crear y dirigir el Museo Etnogr¨¢fico de Grandas de Salime.
Grandas, en el extremo suroccidental de Asturias, es un pueblo eminentemente agrario que fue testigo hace 40 a?os de la construcci¨®n de un salto de agua que inund¨® el valle del Navia y aneg¨® 11 pueblos y varios caser¨ªos, cuyos pobladores se vieron obligados a emigrar. D¨¦cadas despu¨¦s, Naveiras, preocupado por rescatar del olvido y la extinci¨®n el legado cultural, etnogr¨¢fico y antropol¨®gico de la comarca, inici¨® por los pueblos del concejo y municipios lim¨ªtrofes una ardua tarea de b¨²squeda y recopilaci¨®n de utensilios populares. Al cabo de 20 a?os, ha almacenado m¨¢s de 2.000 objetos, entre los que figuran tornos, fraguas, un telar del siglo pasado... en un museo visitado anualmente por unas 7.000 personas.Es un hombre interesado desde siempre por la cultura y que trata de salvar con la lectura las penurias de una escolaridad insuficiente. Por esta raz¨®n, se considera v¨ªctima de las escuelas de la posguerra, con maestros mal alimentados y con escasos conocimientos. "Mi inter¨¦s por la etnograf¨ªa es de siempre. Yo me cri¨¦ en este medio y quise recuperarlo".
"Al principio haces una mera recuperaci¨®n, y empec¨¦ recogiendo lo que encontraba tirado por los pueblos de la comarca", afirma El Ferreiro. "Luego eso te lleva a investigar la historia de cada objeto, y con ¨¦l los usos y costumbres de la ¨¦poca. A partir de ah¨ª surge la idea del museo. Mi pretensi¨®n es que acabe siendo un museo vivo, din¨¢mico, y no una mera exposici¨®n, de modo que se elabore pan en el horno a la antigua usanza, que se hagan trabajos en la fragua cara al p¨²blico, que se vea laborar a las mujeres en el telar. Y cient¨ªfico: que se explique cada herramienta, su empleo y utilidad".
El Ferreiro empieza ahora, al cabo de 20 a?os, a recoger el reconocimiento de sus desvelos. "Durante a?os sufr¨ª much¨ªsimo con este museo. Encontr¨¦ una incomprensi¨®n tremenda. Este museo me ha costado incluso l¨¢grimas. Pas¨¦ por loco por prestar atenci¨®n a estas cosas, que no significan nada para mucha gente. No se entiende que alguien pueda recoger cosas antiguas, abandonadas, cuando lo que se valora es el triunfo social y profesional, tener varios coches, demostrar una posici¨®n econ¨®mica solvente. Pero si ignoramos el pasado, ?qu¨¦ futuro vamos a tener?
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