Abandonados a su suerte
Para Galicia y los gallegos son pocos los cambios que ha supuesto el sucesivo discurrir de los Gobiernos democr¨¢ticos del Estado, antes UCD, ahora el PSOE. El papel a que se quiere condenar a Galicia es siempre el mismo: un barco que primerro se desarbola y luego se abandona a la suerte de las mareas. Para los autores, la crisis econ¨®mica gallega se manifiesta con el proceso de desindustrializaci¨®n auspiciado desde Madrid y sancionado por las autoridades locales.
La crisis econ¨®mica en Galicia se manifiesta como un violento proceso de desindustrializaci¨®n, una desgarradora destrucci¨®n de las capacidades productivas del pa¨ªs, una demolici¨®n controlada de los pilares sobre los que se asienta su todav¨ªa d¨¦bil aparato productivo. Se desmantela la construcci¨®n naval, sector de larga tradici¨®n e indiscutible peso en la econom¨ªa gallega, y se abandona a su suerte a toda una comarca, como la de El Ferrol, convertida en un aut¨¦ntico polvor¨ªn social; se elude el planteamiento de una pol¨ªtica adecuada para el desarrollo del potencial agropecuario y pesquero, negativamente afectado por la entrada en la CEE; se asiste a una exacerbada penetraci¨®n de los grupos monopolistas en el sector de servicios, y todo ello se adereza, hay que decirlo, con una beligerancia exasperante frente a toda pol¨ªtica que suponga una defensa del hecho nacional gallego.La responsabilidad de este proceso no es s¨®lo del Ejecutivo central que lo propicia; los sucesivos Gobiernos de la Xunta, hasta ahora de CP, asistieron a su desarrollo como un pasivo, aunque gesticulante, espectador. Trataron de ocultar su derrotismo frente a la Administraci¨®n central, su ausencia de criterios y voluntad pol¨ªtica, su ineficacia gestora con alg¨²n que otro gesto de protesta cuya inutilidad s¨®lo es comparable a la del pol¨ªtico que la propicia.
La constituci¨®n de un nuevo Gobierno de coalici¨®n, liderado por el PSOE, ha comportado una dinamizaci¨®n, a todas luces conniente, de la vida pol¨ªtica de Galicia. Lo que es m¨¢s dudoso a la vista de su proceder hasta el momento es que ese Gobierno suponga el necesario punto de inflexi¨®n, el cambio que se requiere en la acelerada marcha hacia la disoluci¨®n de la estructura productiva y social de Galicia.
Escasa capacidad
A varios meses de su constituci¨®n se pueden ya rese?ar diversas actitudes que demuestran la poca capacidad que tiene el nuevo Gobierno para cumplir los objetivos expuestos, con todo c¨²mulo de vaguedades, por Gonz¨¢lez Laxe en la moci¨®n de censura.
1. En lugar de proceder a una reforma de la Administraci¨®n auton¨®mica y local, se confirman parte de los directores generales t¨¦cnicos y directores generales de la antigua Xunta de CP, lo que demuestra bien a las claras la voluntad renovadora del nuevo Gobierno, adem¨¢s de convertir en silogismo de dif¨ªcil soluci¨®n las cr¨ªticas del nuevo Ejecutivo a la capacidad gestora del anterior equipo. Para completar tan activa y regeneradora disposici¨®n, en lugar de retirar y reformar la ley de la Funci¨®n P¨²blica, se opta por la v¨ªa transaccional para enmendarla con una indisimulada pol¨ªtica de parcheo.
2. Se renuncia a la necesaria ley de Inter¨¦s General de Galicia, que permitir¨ªa una vertebraci¨®n de las actividades de las diputaciones, y se deja que campeen a sus anchas los mandarines provinciales, agostando los escasos recursos inversores en la descoordinada actividad de las administrativas.
3. Se abandona el prop¨®sito de dise?ar un plan econ¨®mico global que gu¨ªe los esfuerzos presupuestarios de acuerdo con unos objetivos y preferencias previamente definidas. La inversi¨®n real, que no llega a los 49.000 millones en 1988, se destina a obras p¨²blicas e infraestructura, y se rechaza toda posibilidad de asentar sobre la inversi¨®n productiva la recuperaci¨®n del tejido industrial de Galicia. Se niega la posibilidad de crear un Instituto de la Empresa P¨²blica de Galicia para actuar en las ¨¢reas estrat¨¦gicas del desarrollo econ¨®mico. Y todo ello se refuerza con la ausencia de voluntad pol¨ªtica para imponer un cambio en los sistemas de financiaci¨®n auton¨®mica y en la funci¨®n y reparto del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial, con lo que se limitan, casi anulan, los m¨¢rgenes de actividad financiera del Gobierno aut¨®nomo.
4. Se reconoce la manifiesta incapacidad para intervenir de forma activa en los sectores y comarcas en crisis, confiando, frente a lo que dicta la experiencia hist¨®rica, en que sea la iniciativa privada la que reflote el barco. As¨ª, la Conseller¨ªa de Industria reconoc¨ªa que parte de sus previsiones de inversi¨®n en la comarca ferrolana tendr¨¢n previsiblemente que realizarse en otros puntos de Galicia ante la falta de iniciativa privada en el ¨¢rea afectada; y el propio presidente Gonz¨¢lez Laxe confirmaba que la Xunta no podr¨ªa actuar en Sidegasa si no aparec¨ªan empresarios interesados.
5. Y poco se hace o se dice sobre la necesaria extensi¨®n de los servicios p¨²blicos de que tan precisada est¨¢ Galicia. Nada sobre la ley de Ordenaci¨®n de la Ense?anza o el Estatuto Gallego del Profesorado; nada para acelerar o mejorar las condiciones de transferencia del Insalud; nada respecto al necesario plan de infraestructuras culturales, para favorecer la activaci¨®n creativa y cultural de nuestro pueblo; nada para acometer una actuaci¨®n integral sobre los recursos forestales progresivamente consumidos por la imprevisi¨®n y la cat¨¢strofe, y as¨ª se podr¨ªa seguir ad infinitum.
Lo cierto es que se est¨¢n escamoteando los grandes temas pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales que ayudar¨ªan a desarrollar Galicia y a dignificar su autogobierno. Se quiere vender la imagen de un Gobierno gestor, y el triste asunto del naufragio del Cason, con todas sus derivaciones, confirma la penosa idea que tiene el Gobierno aut¨®nomo de lo que es eficacia en la gesti¨®n. Y es que, adem¨¢s, lo que requiere Galicia en el momento actual no es tanto capacidad de gesti¨®n como energ¨ªa y voluntad para recuperar al paciente. Se trata de disponer de la voluntad pol¨ªtica para regenerar el tejido industrial, para reactivar la econom¨ªa, para ilusionar al pueblo con un proyecto de emergencia nacional que saque a Galicia de su din¨¢mica depresiva.
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