Palestina, la lengua del drag¨®n
Es posible que cuando estas l¨ªneas aparezcan en EL PA?S la violencia imperante durante las ¨²ltimas semanas en los territorios ¨¢rabes ocupados por Israel (Cisjordania y Gaza) haya disminuido en su crudeza actual. Me refiero a un descenso de la intensidad represiva activa de la fuerzas de ocupaci¨®n, que no a la ocupaci¨®n misma, dado que toda invasi¨®n militar de un pueblo sobre otro es, por su propia naturaleza, una forma permanente, institucionalizada, de violencia instrumentada militar y policialmente.Como se sabe, y a consecuencia de la guerra de 1967, Israel se anexion¨® materialmente esos dos territorios antes pertenecientes a Jordania (Cisjordania) y a Egipto (Gaza), y en los que viven casi un mill¨®n de palestinos. Veinti¨²n a?os lleva, pues, un sector de este pueblo, con mayor o menor energ¨ªa, en mayor o menor n¨²mero, oponi¨¦ndose a dicha ocupaci¨®n, que una parte importante de la sociedad y del Gobierno israel¨ªes pretende que sea definitiva.
La resistencia a la invasi¨®n ha sido durante todo este tiempo diversa, en la forma (huelgas y manifestaciones sobre todo) y en los medios (desde acciones cuyo instrumento de agresi¨®n o de defensa, seg¨²n se mire, por parte palestina no ha pasado de las piedras, probablemente por carecer de armas de fuego, hasta actos aislados e infrecuentes que, tambi¨¦n seg¨²n qu¨¦ criterio se utilice, pueden calificarse de guerrilla o terrorismo).
Conviene recordar que Israel pretende asentar, y lo va haciendo ininterrumpidamente, a centenares de miles de colonos jud¨ªos, y expulsar, esencialmente hacia Jordania, a los palestinos, que de siempre han vivido en Gaza y Cisjordania. A tal pol¨ªtica israel¨ª de ocupaci¨®n y anexi¨®n se han opuesto siempre los palestinos. Generalmente de un modo regular, sociol¨®gico, rechaz¨¢ndola en cuanto colectivo. Y espor¨¢dicamente, mediante las acciones de protesta mencionadas, que, seg¨²n las ocasiones, han comportado un nivel dado de violencia.
Varios Gobiernos israel¨ªes y amplios sectores de la opini¨®n p¨²blica han pensado durante largo tiempo (y tambi¨¦n Gobiernos y mucha gente en Occidente) que ante la impresionante presencia militar y colonial israel¨ª en Gaza y Cisjordania, la resistencia popular, importante num¨¦ricamente, ir¨ªa decayendo con los a?os. Que entre la fuerza militar y la pol¨ªtica de expulsi¨®n de los habitantes ¨¢rabes, a veces sutil, a menudo descarnada, el pueblo palestino que quedara en los territorios perder¨ªa identidad y acabar¨ªa abandonando su reivindicaci¨®n nacional. Con el tiempo, se tratar¨ªa tan s¨®lo de hacer frente militarmente a las escasas acciones terroristas que la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), Abu Nidal, etc¨¦tera, pudieran intentar dentro de los territorios ocupados.
Neutralizado Egipto mediante los acuerdos de Camp David, inoperantes los Estados ¨¢rabes gracias a sus enormes discusiones internas y a su ausencia de inter¨¦s real por la suerte de los palestinos, Israel ha hecho frente durante mucho tiempo a las cr¨ªticas formales provenientes de varios Gobiernos occidentales y caso omiso a las acusaciones de numerosos sectores, de la opini¨®n p¨²blica internacional, que, aceptando el derecho a la existencia del Estado jud¨ªo, han mantenido y mantienen que id¨¦ntico derecho corresponde al pueblo palestino.
As¨ª las cosas, se produce hace casi dos meses la rebeli¨®n popular en Cisjordania y Gaza, que la televisi¨®n y dem¨¢s medios de comunicaci¨®n vienen ense?ando a la opini¨®n p¨²blica de casi todo el mundo. Una rebeli¨®n que, por lo generalizada y persistente (durante muchas semanas y con muchos muertos, siempre palestinos), sorprende a las autoridades y a la sociedad israel¨ªes. Pero tambi¨¦n -y esto es m¨¢s significativo- a los padres palestinos de muchos rebeldes y posiblemente a la propia OLP. Sorpresa, al menos, por la extensi¨®n, la intensidad y la duraci¨®n de la revuelta, que no sorpresa por ¨¦sta en s¨ª misma. Porque, como acaba de declarar el secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI) y ex presidente del Gobierno, Bettino Craxi, "es dif¨ªcil e irracional mantener durante 20 a?os una ocupaci¨®n pol¨ªtico-militar de unos territorios que son ¨¢rabes y habitados por una poblaci¨®n ¨¢rabe y luego sorprenderse porque el pueblo se rebela".
En cualquier caso, lo intenso y amplio de la protesta constituye un dato nuevo, como lo es la firmeza de la condena de la actitud israel¨ª por parte de algunos Gobiernos conservadores europeos. Como lo es, afortunadamente, el que, por vez primera, Estados Unidos haya votado a favor de un documento del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que desaprueba lo que est¨¢ sucediendo en Gaza y Cisjordania.
Sin embargo, no todo lo nuevo es necesariamente positivo. Cualificados observadores opinan desde hace alg¨²n tiempo que en los territorios ¨¢rabes ocupados por Israel est¨¢ apareciendo con fuerza significativa el fundamentalismo isl¨¢mico. Lo que no ser¨ªa extra?o por varios motivos, entre otros porque durante tiempo (aunque, al parecer, pararon cuando vieron las orejas al lobo) los propios israel¨ªes fomentaron, directa o indirectamente, el nacionalismo religioso ¨¢rabe como contrapartida al que cre¨ªan mucho m¨¢s peligroso radicalismo pol¨ªtico y laico de la OLP. Y porque en ¨¦pocas y situaciones de desesperaci¨®n, de miseria y de frustraci¨®n sociopol¨ªtica (y Cisjordania y Gaza viven en esa tesitura) el extremismo isl¨¢mico (y cualquier otro) tienen excelente caldo de cultivo.
Ante una situaci¨®n como la descrita, invocada recientemente incluso por el Rey ("debe respetarse la vida de todas la! partes implicadas en el conflicto de Oriente Pr¨®ximo") y por el Papa ("tanto palestinos como jud¨ªos son pueblos con derecho a una patria"), se impone el fin de la represi¨®n israel¨ª en los territorios y el comienzo de la negociaci¨®n. De una aut¨¦ntica negociaci¨®n en la que est¨¦n involucrados todos los protagonistas. Ante la magnitud de los hechos, la comisi¨®n ejecutiva del PSI acaba de recibir al delegado de la OLP en Roma para que informe y explique lo que est¨¢ ocurriendo. Ello, sintom¨¢ticamente, es tambi¨¦n un hecho nuevo. Es la primera vez que un representante de una organizaci¨®n extranjera participa en una reuni¨®n de la direcci¨®n socialista. Al t¨¦rmino de la misma, Craxi dijo: "Hay que negociar en un contexto pac¨ªfico y encontrar una soluci¨®n pol¨ªtica que respete el principio de independencia de los pueblos y de su derecho a la autodeterminaci¨®n. Antes o despu¨¦s se estar¨¢ obligado a hacerlo".
El ministro italiano de Exteriores, Andreotti, se expresa de similar manera: "El verdadero problema consiste en llegar r¨¢pidamente a una soluci¨®n, porque el tiempo desequilibra la estabilidad demogr¨¢fica y exaspera la situaci¨®n en los territorios ocupados".
Ahora bien, ?negociar con qui¨¦n? Obviamente, con interlocutores v¨¢lidos. A ello se ha negado Israel hasta ahora. Con el trasfondo de lo que est¨¢ sucediendo en Gaza y Cisjordania, ante el hecho del crecimiento demogr¨¢fico palestino (muy superior al israel¨ª) y con datos como los que suministra la experiencia de Naciones Unidas (150 Estados votan a favor de resoluciones propalestinas y s¨®lo Israel y Estados Unidos se oponen, y ya, en alg¨²n caso, ni siquiera Washington), a Tel Aviv no le quedan muchas bazas para negociar. Probablemente la ¨²nica realista, si es que hay tiempo, sea hacerlo con los representantes no ya leg¨ªtimos, sino sensatos, del pueblo palestino. Directa o indirectamente. O esperar a tener que v¨¦rselas dentro de unos a?os con la Jihad isl¨¢mica. Y la Jihad isl¨¢mica, como dice un diputado sensato del Parlamento israel¨ª, es un drag¨®n que no habla: tan s¨®lo escupe lenguas de fuego.
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