15 minutos de fama para lowa
Los 'caucuses' de ma?ana ser¨¢n la primera prueba real de los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos
Andy Warhol dijo que toda persona vive, en alg¨²n momento, sus 15 minutos de fama. A un cuarto de mill¨®n de ciudadanos de Iowa, este momento les llegar¨¢ en la noche del lunes, cuando, a 15 grados bajo cero, seg¨²n el pron¨®stico meteorol¨®gico, abandonar¨¢n el calor de sus granjas para acudir a la escuela, a la iglesia o al cuartel de bomberos local para participar en los caucuses ofreciendo la primera prueba real de qui¨¦nes son los preferidos de la Am¨¦rica profunda para ocupar la presidencia de Estados Unidos. Y todo el mundo -gracias a la magia electr¨®nica de la televisi¨®n- estar¨¢ mirando.Ser¨¢ el pistoletazo de salida del largo y complejo proceso para elegir, el primer martes despu¨¦s del primer lunes de noviembre, al l¨ªder del llamado mundo libre. Y este curioso ejemplo de democracia representativa a nivel local ser¨¢ extrapolado y magnificado por 2.000 periodistas, que ya est¨¢n en Des Moines (Iowa), y decenas de analistas y junkies pol¨ªticos, que estas noches intercambian apuestas y cromos de los candidatos en el bar del hotel De Savery, un Palace de Madrid en v¨ªsperas electorales.
Catapulta irreal
Y un Dukakis, un Simon, un Gephardt, un Dole o un Bush ser¨¢n catapultados como l¨ªderes nacionales, ungidos por las portadas de las revistas nacionales y por los grandes diarios de Nueva York, Washington y Los ?ngeles como presidenciables. Y m¨¢s de la mitad de los 13 candidatos ver¨¢n enterrado su sue?o presidencial despu¨¦s de New Hampshire.
Ayer todav¨ªa, un sondeo dec¨ªa que el 48% de los norteamericanos no est¨¢ satisfecho con ninguno de los candidatos que ofrecen tanto republicanos como dem¨®cratas. Una semana despu¨¦s, el 16 de febrero, las primarias de New Hampshire reforzar¨¢n este efecto catapulta de Iowa, quiz¨¢ irreal, pero que funciona en un pa¨ªs en el que las percepciones recibidas a trav¨¦s de la pantalla de la televisi¨®n son m¨¢s verdad que la vida misma.
?Es posible que el 15% de los habitantes de Iowa registrados electoralmente que participar¨¢n en los caucuses (la poblaci¨®n del Estado es de 2,8 millones, que a su vez es menos del 1%, de la poblaci¨®n de EE UU) vaya a influir decisivamente en qui¨¦n sustituir¨¢ el 20 de enero de 1989 a Reagan en la Casa Blanca? Puede ser, y en ocasiones lo han hecho, como cuando un desconocido gobernador de Georgia llamado Jimmy Carter gan¨® aqu¨ª en febrero de 1976. Otras no: Reagan perdi¨® en Iowa en 1980 frente a George Bush.
Pero este a?o, el hecho de que no haya un presidente en la batalla y el que no se vislumbre ning¨²n candidato con gancho nacional multiplican el inter¨¦s en el comportamiento de este Estado agr¨ªcola, una mezcla de Teruel y Palencia en el que las iglesias de piedra son sustituidas por gigantescos silos.
Espa?a, justo por detr¨¢s de la URSS, es el quinto cliente agr¨ªcola en el mundo de Iowa, que le suministra haba de soja y sorgo por valor de 161 millones de d¨®lares anuales (unos 18.000 millones de pesetas). Aqu¨ª, las cosechas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica o Argentina y las cotizaciones del mercado de granos de Chicago son primera p¨¢gina en la Prensa local. Pero no conviene enga?arse. "Estas gentes son muy alfabetas pol¨ªticamente, m¨¢s que los neoyorquinos", afirma Kathy Brieley organizadora de la campa?a del senador republicano Robert Dole en el condado de Wright, mientras espera al candidato en un cafet¨ªn de Belmond, un villorrio del norte del Estado batido por un viento ¨¢rtico.
Esto no hay que tom¨¢rselo, sin embargo, al pie de la letra. Doscientos kil¨®metros m¨¢s abajo, uno de estos votantes ilustrados, esta vez de la campa?a del predicador evangelista Pat Robertson, afirma sin pesta?ear, ante una audiencia con f¨¦ pol¨ªtica de carbonero, que no hay que controlar las armas de fuego en Estados Unidos (hay 150 millones), "porque pueden servir para defenderse del propio Gobierno; Bulgaria y Ruman¨ªa cayeron en manos del comunismo porque a los ciudadanos no les permit¨ªan armarse".
"Iowa es un buen lugar para criar y sacar adelante una famil?a", dice filos¨®ficamente un habitante de Des Moines, acodado en la barra del Julio's Bar. Des Moines (250.000 habitantes), la capital del Estado, es una ciudad fantasmag¨®rica en la que sus habitantes, para evitar la congelaci¨®n, circulan por unos tubos de cristal que enlazan los edificios y las tiendas, y que parece que ha sido alcanzada por una bomba de neutrones, que acaba con los ciudadanos y respeta los edificios.
Y una sorpresa m¨¢s: no s¨®lo es el centro del primer Estado productor de ma¨ªz y de cerdos del pa¨ªs (13,8 millones de cochinos) y el segundo exportador de productos agr¨ªcolas, detr¨¢s de California, sino la segunda ciudad de Estados Unidos por el n¨²mero de compa?¨ªas de seguros.
Estado laboratorio
lowa, convertido en laboratorio, es para los cr¨ªticos demasiado rural, demasiado peque?o, demasiado blanco (solo un 1% de la poblaci¨®n es de raza negra o hispana), demasiado religioso y seguro (el crimen es pr¨¢cticamente desconocido, y a¨²n se dejan las puertas abiertas en los pueblos), para ser representativo.
Es el Estado que menos bebe del pa¨ªs, y sus habitantes son honestos y temerosos de Dios. Forman en conjunto una poblaci¨®n vieja; los j¨®venes tratan de abandonar estas inh¨®spitas llanuras, cubiertas cinco meses por la nieve, y buscan fortuna en las grandes ciudades que se encuentran fuera de Iowa.
Estos datos, que debieran dar un perfil muy conservador, ofrecen, sin embargo, la siguiente contradicci¨®n en lowa: los votantes del Estado son aislacionistas y mayoritariamente se oponen a las aventuras militares de Ronald Reagan en el exterior. La oposici¨®n a la ayuda a los contras nicarag¨¹enses est¨¢ muy arraigada, y estos d¨ªas est¨¢ siendo muy aprovechada por los candidatos dem¨®cratas.
Por otra parte, la crisis de la agricultura norteamericana, que empieza a ser superada, hace que la popularidad de Reagan en Iowa sea inferior a la media nacional. Los que defienden que Iowa act¨²e cada cuatro a?os como Estado piloto aseguran que este pedazo de rica tierra en el coraz¨®n de Estados Unidos es representativo del conjunto nacional.
Por poblaci¨®n y renta per c¨¢pita (13.000 d¨®lares) est¨¢ en la mitad de los Estados (ocupa el puesto 25?). Sus habitantes tienen una cultura superior a la media -un ¨ªndice de lectura de Prensa muy alto-, y existe un equilibrio entre el campo y la ciudad, sin ninguna megal¨®polis. Iowa es la imagen de la Norteam¨¦rica de los valores profundos, de las granjas familiares, donde la religi¨®n desempe?a a¨²n un papel importante, la Norteam¨¦rica idealizada pintada por Norman Rockwell y sobre cuya ilusi¨®n se ha construido el reaganismo.
Y, lo que es m¨¢s importante para los tratadistas pol¨ªticos: su sistema pol¨ªtico est¨¢ casi libre de corrupci¨®n. Y los que inventaron el sistema de caucuses y primarias trataban de arrancar a los pol¨ªticos profesionales el poder de selecci¨®n de los candidatos presidenciales y la excesiva influencia que ejerc¨ªan en el proceso electoral.
Democracia vecinal
En Iowa es donde se puede poner en pr¨¢ctica esta democracia vecinal, en la que bastantes votantes han tenido, desde hace meses, a los candidatos, uno tras otro, tomando jugo caliente de manzana en sus salas de estar. A¨²n, a tres d¨ªas de los caucuses, algunos m¨ªtines se realizan en hogares privados. El dem¨®crata Richard Gephardt se ha pasado 120 d¨ªas en este Estado desde que inici¨® la campa?a, hace siete meses.
La prueba de Iowa es, entre otras cosas, una cura de humildad para los aspirantes a ocupar el despacho Oval de la Casa Blanca.
Aqu¨ª, Dukakis, gobernador del Estado de Massachusetts, un tecn¨®crata urbano, ha tenido que subirse a. innumerables tractores; el general Alexander Haig se ha visto forzado a coger en brazos a un cerdo, y Jesse Jackson ha orde?ado vacas.
En el campo republicano, hasta el arist¨®crata George Bush, educado en Yale, ha hundido sus botas en las pocilgas. Y todo para conseguir que media docena de granjeros acuda a los caucuses. "Uno solo de vosotros puede suponer la diferencia y elegir al pr¨®ximo presidente de Estados Unidos. El mundo entero est¨¢ mirando a Iowa".
Con esta frase acaban todos los candidatos sus m¨ªtines en familia en los establos, los caf¨¦s y las escuelas de Iowa.
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