Marta Ol¨¦
Un sistema pol¨ªtico, hist¨®rico un momento social no se decanta y consolida hasta que no corporaliza en una met¨¢fora femenina, en una alegor¨ªa hembra, en una t¨ªa. La Revoluci¨®n Francesa en seguida tuvo su Mariana con un seno fuera (como Sabrina, en la c¨¢mara lenta de las litograf¨ªas, que eran la televisi¨®n del XVIII). Y si la revoluci¨®n de Octubre no ha acabado de persuadir al mundo es porque a Lenin no se le ocurri¨® (hombre, tampoco se puede estar en todo) alegorizar/metaforizar la movida bolchevique mediante una matrona rusa, apaisada y arriesgada. Nosotros, aqu¨ª y ahora, hemos encontrado al fin el signo sexual de la situaci¨®n (centroliberalismo de izquierda no cr¨ªtica y socialismo sin obreraje, que el obreraje es una resaca/ secuela del XIX): la musa es Marta S¨¢nchez, Marta Ol¨¦/Ol¨¦, la cantante de ese conjunto de tres que va ya por los 100.000 redondos de venta.He estado con Marta la otra noche, en Long /Play, roneando y haci¨¦ndonos fotos. Marta tiene 22 a?os, es rubia y bella, de una belleza fina e impersonal, y todo es gloriosa y excesivamente par en ella, adem¨¢s de la edad. Esa paridad desmedida vigente y valiente de cintura para arriba (y para abajo), es lo que le confiere calidad/cualidad escult¨®rica de s¨ªmbolo retroprogresivo (P¨¢niker), pues que la delgada absoluta es m¨¢s l¨ªrica, pero menos aleg¨®rica. Una se?orita de pechos ef¨¦bicos, que son las que le gustan a uno, no sirve para alegor¨ªa nunca har¨¢ carrera como alegor¨ªa de nada.
"Nunca me desnudar¨¦ en p¨²blico". "No he matado a Sabrina porque mi madre me d¨ªjo, de peque?a, que eso de matar le quita clase a una se?orita". "Cuando act¨²o en Andaluc¨ªa me llaman torera, que es un piropo muy bonito". ?stas son, m¨¢s o menos, las cosas que me dice Marta Ol¨¦. O sea que intelectualmente est¨¢ en el tema de casi toda su generaci¨®n: liberalismo light y desmadre dentro de un orden. Justo lo que reclama y ofrece el Poder liberalcambista que vivimos y la pol¨ªtica y la econom¨ªa rojo/reformista que disfrutamos. La ambig¨¹edad matinal y vaga del momento estaba necesitando una imagen neta y bruta, una alegor¨ªa femenina, joven y flipante, para expresarse y concretarse. Ya la tenemos. Con Marta Ol¨¦ est¨¢ todo m¨¢s claro. La juventud m¨¢s joven es de centro/derecha en lo social y de centro/izquierda en la cama. (El centro, esa cosa que cre¨ªamos que no exist¨ªa, y va Su¨¢rez y lo abandona, ahora que resulta que s¨ª existe: el centro/multicentro son el Gobierno y Marta Ol¨¦.)
Tom¨¦ una copa con Daniel Ortega, a su paso por Madrid, cercados por hombres de la CIA: "Usted escrib¨ªa en Triunfo, Umbral; ?qu¨¦ fue de Triunfo? Triunfo puede decirse que me hizo revolucionario, Triunfo nos daba la imagen del mundo todas las semanas. Vuelvan a sacar Triunfo". Y le dije: "Mire usted, presidente, yo hablar¨¦ con los se?oritos, que se llaman Ezcurra y Haro-Tecglen, a ver qu¨¦ se puede hacer, presidente". Ortega vino a Espa?a buscando el socialismo duro, pero s¨®lo encontr¨® a Solana en Barajas. Uno, con m¨¢s tiempo, le hubiera explicado a Ortega que ahora vivimos felices bajo el mito/alegor¨ªa de Marta Ol¨¦. Al fin, Espa?a en paz.
Uno, en fin, pasa las tardes en el Ritz, bajo la sombra de Penagos, y las noches en Long Play, bajo el enhechizo de Marta Ol¨¦, mientras el socialismo democr¨¢tico se desliza hacia la democracia light y el socialismo off/off Redondo, con quien asimismo nos hemos dado un abrazo. Pero Marta Ol¨¦ (a la que uno viene siguiendo el rastro hace un a?o, aunque es un poco mayor para m¨ª) la verdad es que est¨¢ buen¨ªsima y tiene calidad/cualidad tect¨¢nica de alegor¨ªa. Nunca vi unos pechos tan tect¨®nicos, maestro Ruskin. Iria Bugallal, de 13 a?os, amiga y vecina, me acompa?a en estas traves¨ªas nocturnas. De mayor quiere ser como Marta. As¨ª est¨¢ el g¨¦nero.
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