Noriega: "Estoy pagando una factura muy alta"
ANTONIO CARO ENVIADO ESPECIAL, El general Manuel Antonio Noriega permitir¨¢ que las tropas norteamericanas destinadas a la vigilancia del canal de Panam¨¢ permanezcan en el pa¨ªs hasta el ¨²ltimo d¨ªa de 1999, pero las fuerzas que integran el Comando Sur tendr¨¢n que abandonar el territorio paname?o porque su presencia no est¨¢ contemplada en los tratados Torrijos-Carter. En una entrevista concedida a EL PA?S, el jefe de las Fuerzas de Defensa asegur¨® tambi¨¦n que no Impedir¨¢ el acceso al poder en 1989 de cualquiera que gane las elecciones previstas para ese a?o.
El general Noriega, que ayer cumpli¨® 50 a?os, afirma que la presencia del Comando Sur hab¨ªa sido ya denunciada en 1977, una vez que fueron firmados los tratados que precisan el nivel de participaci¨®n militar norteamericana en Panam¨¢ hasta comienzos del pr¨®ximo siglo. Posteriormente, seg¨²n Noriega, "en la medida en que este Comando Sur se va haciendo m¨¢s agresivo para otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y m¨¢s comprometedor para la seguridad paname?a, Panam¨¢ tiene que reaccionar".El primer paso en ese sentido fue la solicitud presentada el pasado lunes al presidente Erick Arturo Delvalle por los mandos medios del Ej¨¦rcito para que inicie los tr¨¢mites legales necesarios para la salida de las tropas del Comando Sur. Ahora, a?ade Noriega, "Ias autoridades que les corresponda dentro del Gobierno tienen que continuar ese pronunciamiento estrat¨¦gico". Las presiones para conseguir la salida del Comando Sur, afirma el general, "ser¨¢n siempre siguiendo los mecanismos legales, las normas de la inteligencia y de la civilizaci¨®n". A?ade que en ning¨²n momento se recurrir¨¢ a otras medidas de fuerza. Dirigentes pol¨ªticos del pa¨ªs han anunciado, por su parte, que hay planes para lanzar una campa?a diplom¨¢tica y de opini¨®n p¨²blica para conseguir lo antes posible el desmantelamiento del Comando Sur.
Integrado por unos 10.000 militares, el Comando Sur es la principal base de operaciones de EE UU para Am¨¦rica Latina. Sus oficiales planifican en ¨¦l todas las acciones desde la Tierra de Fuego hasta el r¨ªo Grande, y est¨¢ considerado como de una gran importancia para la pol¨ªtica de EE UU en Centroam¨¦rica. Entre sus misiones destaca, oficialmente, la defensa del canal de Panam¨¢. Noriega considera, sin embargo, que las fuerzas norteamericanas destinadas a esa misi¨®n est¨¢n espec¨ªficamente definidas en los tratados Torrijos-Carter, de 1977, y no son parte del Comando Sur. Las fuerzas para la protecci¨®n del canal, se?ala el general, podr¨¢n quedarse hasta 1999, como est¨¢ previsto por los tratados. "No somos tontos como para irrespetar los tratados ahora, ning¨²n punto, ninguna cl¨¢usula ni ninguna coma, porque con eso les estar¨ªamos dando a ellos la oportunidad de que no los respeten, y lo que queremos es que los cumplan".
Manuel Antonio Noriega revela, por otra parte, que, gracias a su intervenci¨®n, Nicaragua acept¨® sentarse a la mesa de negociaciones con los dem¨¢s jefes de Estado centroamericanos para discutir el plan de paz del presidente de Costa Rica, ?scar Arias. De acuerdo con su versi¨®n, Noriega se comprometi¨® ante Arias a ejercer su influencia ante los dirigentes sandinistas para buscar una posici¨®n m¨¢s flexible respecto al plan de paz. "Nosotros hablamos con el presidente Ortega y ¨¦l acept¨® venir a Panam¨¢ [en junio del a?o pasado], y, despu¨¦s de que hablamos aqu¨ª, ¨¦l envi¨® un mensaje al presidente Arias y entr¨® en los canales de equilibrio".
Noriega insiste en que est¨¢ "pagando una factura muy alta" por haberle negado a EE UU en 1985 el apoyo para invadir Nicaragua, y asegura que nunca ha colaborado con la CIA en planes en Centroam¨¦rica, ni ha mantenido jam¨¢s contactos con la agencia de inteligencia norteamericana. Desmintiendo las acusaciones del ex c¨®nsul paname?o en Nueva York, Jos¨¦ Bland¨®n, el jefe de las Fuerzas de Defensa dice que nunca ha tenido en sus manos un secreto de la CIA, porque "las potencias no ceden sus secretos, ni los pa¨ªses d¨¦biles buscan los secretos de las potencias".
S¨ª reconoce que, gracias a su buena comunicaci¨®n con el l¨ªder cubano, Fidel Castro, con los dirigentes sandinistas y con otros gobernantes latinoamericanos, Panam¨¢ ha tenido un cierto papel en el continente en los ¨²ltimos a?os, pero afirma que "todas las misiones y todo el papel de Panam¨¢ han sido abiertos, han sido gestiones para lograr la paz o para sentar a dialogar a organismos en conflicto".
Noriega desmiente tambi¨¦n las acusaciones contra ¨¦l por narcotr¨¢fico, y como ejemplo de su actitud frente a ese problema manifiesta que fue Panam¨¢ quien comunic¨® a la polic¨ªa espa?ola la presencia en Madrid de Jorge Luis Ochoa, considerado como uno de los miembros del c¨¢rtel de Medell¨ªn, cuando ¨¦ste fue detenido, en noviembre de 1984. Dice que Panam¨¢ lleva colaborando con Estados Unidos en la lucha contra el narcotr¨¢fico desde hace 18 a?os, "cuando nadie colaboraba con ellos en esto".
El general no cree que haya imprimido a su gesti¨®n un giro izquierdizante y, aunque reconoce que su popularidad ha aumentado despu¨¦s de las acusaciones hechas contra ¨¦l en EE UU, insiste en que en 1989 el poder pasar¨¢ a manos de quien resulte vencedor "en unas elecciones bajo las reglas del juego de las leyes paname?as".
[El vicepresidente norteameriano George Bush declar¨® ayer en Portsmouth que ni el presidente Ronald Reagan ni ¨¦l tolerar¨¢n las amenazas de Noriega sobre la retirada del Comando Sur de Panam¨¢. Bush dijo que Noriega parece ir "por mal camino", informa Reuter].
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