Las conclusiones del 'informe Waldheim'
Siete historiadores han investigado las presuntas implicaciones del presidente austriaco en cr¨ªmenes de guerra nazis
1. La comisi¨®n de historiadores concibi¨® su tarea como trabajo cient¨ªfico.La comisi¨®n interpret¨® su tarea como sigue: "Esta comisi¨®n independiente se ha formado para determinar los hechos relativos al servicio de Waldheim en tiempo de guerra y a su participaci¨®n en las organizaciones nacionalsocialistas. Tambi¨¦n se examinar¨¢ el contenido pol¨ªtico de su disertaci¨®n doctoral".
"La comisi¨®n puede entrevistar testigos y examinar sin restricciones pruebas documentales de archivos privados y p¨²blicos".
"El Ministerio austriaco de Relaciones Exteriores, si bien sufragar¨¢ los gastos de la comisi¨®n, no tiene poder para alterar el informe final de la comisi¨®n".
Puesto que el contenido del libro blanco editado por los colaboradores de Waldheim se extiende m¨¢s all¨¢ de los tiempos de guerra, tambi¨¦n en el informe de la comisi¨®n habr¨¢ observaciones que afectan a los a?os de la posguerra.
El trabajo de la comisi¨®n consisti¨® en, siguiendo m¨¦todos de investigaci¨®n hist¨®rica y apoy¨¢ndose en todas las fuentes a que ten¨ªa acceso, sobre todo las actas a¨²n disponibles, determinar con la mayor amplitud y objetividad posible los hechos hist¨®ricos y aclarar, sin opini¨®n preconcebida pero tambi¨¦n sin orientaci¨®n determinada, qu¨¦ papel jug¨® Waldheim en los diversos escenarios b¨¦licos en que actu¨®. La comisi¨®n se considera a s¨ª misma como una instancia comprobante puramente cient¨ªfica; no tiene ninguna funci¨®n judicial. Su tarea consiste exclusivamente en exponer los hechos y contexto tal como se desprenden de los documentos disponibles.
Es asunto de los peticionarios y receptores del informe sacar de ¨¦ste las conclusiones que les parezcan necesarias.
2. La Prensa y otras entidades interesadas han planteado varias cuestiones sobre el trabajo de la comisi¨®n.
?stas fueron seriamente consideradas por la comisi¨®n. He aqu¨ª su dictamen:
a) Los miembros de la comisi¨®n son conscientes del hecho de que cinco meses es poco tiempo para este trabajo. De cualquier modo, la comisi¨®n de historiadores pudo recurrir a las experiencias pertinentes de diversos investigadores y organizaciones, aunque en algunos casos no lo logr¨®, porque a la comisi¨®n se le neg¨® el acceso a la base documental de algunas entidades o personas investigadoras. No obstante, la comisi¨®n opina que conoce y ha evaluado la mayor parte de los documentos disponibles.
Aunque a los historiadores no les gusta poner fin a sus proyectos de investigaci¨®n, todo estudio tiene que terminar alguna vez. El momento de finalizar esta investigaci¨®n puede considerarse aceptable.
b) La comisi¨®n recibi¨® de los organismos austriacos el apoyo necesario para su trabajo. No se rechaz¨® ninguna de sus peticiones de informaci¨®n o documentos.
c) Se ha reprochado a la comisi¨®n que no contara entre sus miembros con especialistas en investigaci¨®n (investigators). Pero se olvida que los miembros de la comisi¨®n son historiadores experimentados y por tanto especialistas en investigaci¨®n. Adem¨¢s, todos los componentes de la comisi¨®n tuvieron contactos con bibliotecarios, archiveros y colegas que contribuyeron sustancialmente a completar y ampliar el alcance de su estudio.
d) Tambi¨¦n se afirm¨® que la falta de obligaci¨®n de testimoniar, que hubiera exigido la presencia de testigos y la presentaci¨®n de documentos, era un inconveniente. Una obligaci¨®n de testimoniar limitada a Austria -el Gobierno austriaco no hubiera podido conceder m¨¢s- de poco hubiera servido a la comisi¨®n para conseguir documentos y citar testigos de otros pa¨ªses. Por lo que respecta a Austria, a la comisi¨®n se le facilitaron todas las declaraciones testimoniales que pidi¨®.
e) Como la comisi¨®n no es un tribunal, no le pareci¨® un inconveniente que s¨®lo dos de sus miembros tuvieran una formaci¨®n jur¨ªdica. La comisi¨®n no quer¨ªa enjuiciar ni defender judicialmente los hechos; consider¨® que su tarea consist¨ªa en aclarar los nexos hist¨®ricos de su campo de estudio. De los historiadores se espera que constaten lo ocurrido en el pasado. Unos acontecimientos de hace 43 a 46 a?os se prestan perfectamente a un estudio hist¨®rico. Los historiadores est¨¢n acostumbrados a trabajar en archivos para evaluar el significado de los documentos existentes en el contexto de los acontecimientos del momento. Si hubieran surgido cuestiones jur¨ªdicas importantes, se hubiera podido recurrir a expertos en derecho de gentes.
Funciones de Estado Mayor
3. Los distintos cap¨ªtulos del informe de la comisi¨®n tratan de la actividad de Waldheim en diversas funciones de Estado Mayor en Yugoslavia y Grecia. S¨®lo durante su intervenci¨®n en la Uni¨®n Sovi¨¦tica en la avanzada de Panwitz tuvo Waldheim, como jefe de escuadr¨®n, capacidad de mando sobre soldados alemanes.
En los diversos puestos de oficial cumpli¨® tareas que pod¨ªan afectar al destino de prisioneros o refugiados.
La entrega de protocolos de interrogatorios con las declaraciones de comandos aliados tuvo relaci¨®n causal ton su destino posterior, decidido en general por la orden de Hider del 18 de octubre de 1942. Una colaboraci¨®n de esta clase puede calificarse de actuaci¨®n a modo de orden, con claro conocimiento del hecho de que la orden conduc¨ªa a un acto criminal. Sobre la capacidad de actuaci¨®n de un 03 en este contexto se exponen m¨¢s pormenores en el lugar citado del dictamen.
Como 02, en Bosnia Occidental, Waldheim estuvo directamente pr¨®ximo a acciones criminales, sobre todo en Banja Luka, donde ten¨ªa que conocer la forma de trabajo del Ig de all¨ª. La relaci¨®n con el transporte de prisioneros y refugiados del departamento lb es indudable, incluso si los documentos disponibles son pocos. Hasta ahora no se ha sabido de un indicio concreto de la forma de intervenci¨®n de Waldheim en cuestiones de transporte y problemas de campos de concentraci¨®n. Por los motivos citados, la copia de un escrito fechado el 22 de julio de 1942, en que se menciona a Waldheim, no sirve como fundamento para una declaraci¨®n definitiva de la comisi¨®n.
Como 01 en Atenas, Waldheim conoc¨ªa la existencia de las deportaciones de prisioneros-internados italianos a Alemania en septiembre de 1943, es decir, en un momento en que entre el Reich alem¨¢n y el reino de Italia no hab¨ªa estado de guerra. Estos hechos ilegales, as¨ª como los numerosos fusilamientos, eran conocidos en los altos Estados Mayores. Como 01, Waldheim seguramente ten¨ªa pocas posibilidades de influir efectivamente en el curso de los acontecimientos.
De la misma manera cabe caracterizar su papel como 03 en Arsakli en su funci¨®n de relator de la situaci¨®n del enemigo.
En conjunto resulta el cuadro de una proximidad a medidas y ¨®rdenes lesivas del derecho militar, mayor o menor seg¨²n el puesto ocupado.
4. Con estas constataciones no se responde definitivamente a la cuesti¨®n sobre el comportamiento culpable de Waldheim, en la guerra.
En general, ya s¨®lo por conocer que se lesionan los derechos humanos all¨ª donde uno ejerce su puesto, puede haber una cierta culpa cuando el afectado -por falta de poder o de valor- inflinge su deber humano de intervenir en contra de la injusticia. Esas medidas, cuya injusticia deb¨ªa reconocerse, y probablemente se reconoc¨ªa, fueron sobre todo el gran n¨²mero de represalias exageradas y desproporcionadas, la muerte o deportaci¨®n de grandes grupos ¨¦tnicos, sobre todo la despiadada deportaci¨®n de todos los grupos ¨¦tnicos jud¨ªos, as¨ª como, finalmente, el tratamiento especial, es decir, la ejecuci¨®n de comandos aliados o el env¨ªo de mujeres, ni?os y ancianos a campos de concentraci¨®n.
M¨¢s grave que la aceptaci¨®n pasiva de esos delitos contra los derechos humanos fue la colaboraci¨®n en aquellos casos en que pudieron comprobarse diversos grados de participaci¨®n. Hubo una participaci¨®n, as¨ª, por ejemplo, en el apoyo consultivo de medidas opresivas, como en forma de informes de situaci¨®n del enemigo relacionados con acciones de limpieza.
Complicidad
5. En cuanto a la cuesti¨®n de en qu¨¦ medida hay que hablar en el caso de Waldheim de complicidad en delitos de guerra, ha de partirse del hecho bien comprobado en el informe de que, en sus funciones de Estado Mayor en los Balcanes, a pesar de su baja graduaci¨®n era, sin duda, bastante m¨¢s que un oficial de despacho de segundo orden. Incluso si como oficial subalterno en puestos de Estado Mayor carec¨ªa de toda capacidad ejecutiva, por su educaci¨®n y por sus conocimientos, as¨ª como por lo que pudo saber por su actuaci¨®n de int¨¦rprete en procedimientos decisivos, pero sobre todo por su actividad en los servicios informativos centrales de su grupo del ej¨¦rcito y por su proximidad material a los acontecimientos, ten¨ªa que estar especialmente bien orientado sobre el curso de la guerra. Por este considerable n¨²mero de informes de situaci¨®n o anotaciones de diario de guerra que, o bien redact¨® ¨¦l mismo o pasaron por su escritorio, y sobre todo en relaci¨®n con la elaboraci¨®n de los informes de situaci¨®n que expuso varias veces en las conversaciones de mandos a nivel de grupo del ej¨¦rcito, obtuvo una visi¨®n profunda y completa de las condiciones de los frentes y especialmente en los Balcanes. Incluso si su influencia personal en el proceso de decisi¨®n del mando superior (en el Sureste) ha sido algo sobrevalorada por sus adversarios y demasiado atenuada por sus defensores, es cierto que Waldheim estuvo presente a menudo en estas conversaciones, intervino en ellas y por consiguiente era uno de los miembros del Estado Mayor especialmente bien, orientado. Y sus opiniones generales eran globales: no se refer¨ªan s¨®lo a las disposiciones t¨¢cticas, estrat¨¦gicas y administrativas, sino que en algunos casos inclu¨ªan tambi¨¦n las acciones y medidas que contraven¨ªan el derecho de guerra y los principios de humanidad.
La comisi¨®n no tuvo conocimiento de ning¨²n caso en que Waldheim se haya opuesto, protestado o tomado alguna medida contra lo que sin duda reconoc¨ªa como injusticia, para evitar que se cometiese la misma, o al menos para dificultarla. Por el contrario, repetidas veces intervino en relaci¨®n con medidas contra derecho y as¨ª facilit¨® su ejecuci¨®n.
6. La comisi¨®n se esforz¨® por comprender este comportamiento de Waldheini en las circunstancias en que tuvo que realizar su servicio militar. La actividad de Waldheim se puso en el contexto de la guerra que determin¨¦ decisivamente su postura.
Para ello hab¨ªa que tener en cuenta una serie de factores determinantes:
a) Waldheim no ha dejado de apelar hasta hace poco a que durante su ¨¦poca en el ej¨¦rcito estaba vinculado como soldado al mandamiento de obediencia militar ilimitada. Independientemente del contenido de una orden, ¨¦l ve¨ªa en su cumplimiento un principio obligatorio al que deb¨ªa someterse.
En los casos citados la comisi¨®n no pudo aceptar esta justificaci¨®n. La jurisprudencia de los a?os de posguerra sobre tiempos de guerra, sobre todo en los procesos posteriores de Nuremberg, resolvi¨® varias veces claramente que ni siquiera en la guerra la orden militar tiene validez ilimitada. Tiene sus limitaciones, especialmente cuando contradice a las exigencias del derecho y la moral y a los mandamientos de la humanidad. El rechazo de una ciega obediencia a ultranza se fijaba en el p¨¢rrafo 47 del c¨®digo penal militar de entonces, en el que se estipulaba que incluso un subordinado que obedeciera una orden era punible si la orden en cuesti¨®n conduc¨ªa a la comisi¨®n de un delito o falta. Este principio de culpabilidad de ejecuci¨®n de ¨®rdenes injustas, que demuestra una larga. tradici¨®n en Alemania, si bien apenas ten¨ªa plena validez en tiempos de la jurisprudencia nacional socialista, como principio moral segu¨ªa vigente.
Quien ejecutaba ¨®rdenes contra derecho o favorec¨ªa su ejecuci¨®n incumpl¨ªa, tambi¨¦n durante la II Guerra Mundial, normas de derecho de validez general y se convert¨ªa as¨ª en c¨®mplice del delito. La apelaci¨®n a un estado de necesidad por obediencia no puede justificar el cumplimiento de ¨®rdenes contra derecho. En sus investigaciones la comisi¨®n comprob¨¦ la existencia de varios casos en que oficiales asumieron la responsabilidad de eludir ¨®rdenes contra derecho e incluso de actuar en contra de ellas, sin que por ello les sobrevinieran desventajas notables. La afirmaci¨®n de que "resistirse a una orden ser¨ªa de antemano suicida" no puede aceptarse de una forma tan categ¨®rica, si nos basamos en experiencias, aunque hay que conceder que nadie ten¨ªa la garant¨ªa de escapar a la venganza del sistema.
b) Hay que decir a favor de Waldheim que s¨®lo dispon¨ªa de posibilidades extremadamente modestas para resistirse al delito. Esos actos, seg¨²n el nivel a que se realizaran, ten¨ªan un peso muy distinto. Para un joven miembro de Estado Mayor, que a nivel de grupo de ej¨¦rcito no ten¨ªa ninguna capacidad de mando propia, las posibilidades pr¨¢cticas de oponerse eran muy pocas y con toda probabilidad apenas hubieran conducido a un resultado palpable. Seguramente hubieran tenido que limitarse a una protesta formal o al rechazo formal de colaborar -cosa que, si bien aparecer¨ªa como un acto valeroso, dif¨ªcilmente conducir¨ªa a un resultado pr¨¢ctico- No se conoce una actuaci¨®n as¨ª por parte de Waldheim. Tampoco el documento del 25 de mayo de 1944, que la comisi¨®n hace tiempo que conoce y que la Prensa ha citado, en que se dice que Waldheim protest¨® por las desmesuradas medidas de represalia (se trata de una Hoja de Noticias del Enemigo en Grecia mensual), contiene protesta alguna contra el uso de medidas de represalia, sino s¨®lo observaciones pragm¨¢ticas sobre la dosificaci¨®n de estas medidas, y no hay ninguna. "cr¨ªtica de las atrocidades de los Balcanes", como se dec¨ªa en algunas informaciones de Prensa. De todos modos, una Hoja de Noticias del Enemigo no era el lugar apropiado para protestas. La cr¨ªtica de las excesivas represalias contraproducentes ya se manifest¨® en forma de orden (orden del 22 de diciembre de 1943) y tambi¨¦n el general Speidel lo manifest¨® minuciosamente con motivo de la masacre de Kalavrita en diciembre de 1943.
Por lo dem¨¢s, el documento demuestra, una vez m¨¢s, que Waldheim conoc¨ªa las medidas de represalia.
c) Tampoco la apelaci¨®n al car¨¢cter incompleto y poco claro del derecho de guerra codificado puede disculpar en el caso de cooperaci¨®n en delito p¨²blico. La norma principal de derecho internacional b¨¦lico entonces determinante para el comportamiento en guerra en tierra, la norma de La Haya de 1907 para guerra en tierra, era consciente de ser incompleta y por eso en su f¨®rmula de introducci¨®n (cl¨¢usula de Martens) estipula que cuando no pudiera deducirse ninguna norma concreta de la Convenci¨®n, en la guerra se deber¨ªa actuar seg¨²n los usos ?arraigados entre pueblos civilizados, las leyes de humanidad y las exigencis de la conciencia p¨²blica.
Por ejemplo, en la ley de La Haya faltaba una prohibici¨®n expresa de tomar rehenes; pero de ello en modo alguno se deb¨ªa derivar el derecho a tomar medidas desproporcionadas y. excesivas, en caso de toma de rehenes (u otras represalias), por ejemplo fijando cuotas exageradamente crueles en las medidas de represalia. Por las mismas consideraciones, tampoco la guerra contra los partisanos deb¨ªa realizarse sin limitaciones, con la justificaci¨®n de que, seg¨²n la ley de entonces, aqu¨¦llos no disfrutaban de la protecci¨®n del derecho de guerra como combatientes. Estas constataciones son v¨¢lidas a pesar de la opini¨®n de los expertos en derecho constitucional y pol¨ªtico nacionalsocialistas de que Hitler estaba en posesi¨®n de la facultad suprema de legislar. Hitler no pod¨ªa derogar reglas reconocidas del derecho internacional de guerra.
d) Al enjuiciar la postura de los mandos responsables tambi¨¦n hay que tener en cuenta el car¨¢cter especial de la guerra inhumanamente dura y cruel en los Balcanes, puesto que se trataba de una guerra popular contra los invasores extranjeros y sus colaboradores, aunque hay que tener presente que los ocupantes alemanes hab¨ªan ocasionado el car¨¢cter especial de esta guerra, de la que formaba parte tambi¨¦n la explotaci¨®n de las contradicciones ¨¦tnicas y pol¨ªticas en los Balcanes. Los grupos Ic/AO de los distintos Estados Mayores actuaron en este terreno con una intensidad especial.
Pasado militar
7. La comisi¨®n ve su tarea en relaci¨®n con las manifestaciones de Waldheim sobre su pasado militar. En su informe no sigue las numerosas posturas cr¨ªticas adoptadas que se han dado a conocer, sino que se limita a partir del material acreditado.
La versi¨®n de Waldheim de su pasado militar no concuerda en muchos puntos con los resultados de la comisi¨®n. ?l se esforz¨® por hacer que su pasado militar cayera en el olvido y, cuando esto no fue posible, por dulcificarlo. Este olvido es tan deliberado, seg¨²n cree la comisi¨®n, que no pudo obtener de Waldheim ninguna indicaci¨®n aclaratoria para su trabajo.
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