El Comando Sur de EE UU despliega su paraguas militar sobre Latinoam¨¦rica
La defensa del canal de Panam¨¢ exige la presencia en el pa¨ªs de la totalidad del Comando Sur y su mantenimiento como fuerza de seguridad para toda Am¨¦rica Latina, aseguran fuentes norteamericanas de Quarry Heights, sede del cuartel general de los 10.000 soldados con que Estados Unidos cuenta en este pa¨ªs, la principal base militar al sur del r¨ªo Grande.
Desde que en 1903 Panam¨¢ se separ¨® de Colombia con apoyo de fuerzas norteamericanas para dar satisfacci¨®n a Estados Unidos, que planificaba entonces la construcci¨®n de un canal en el punto m¨¢s estrecho de la cintura de Centroam¨¦rica, nunca ha dejado de haber tropas estadounidenses en este pa¨ªs. La petici¨®n del jefe de las fuerzas armadas paname?as, general Manuel Antonio Noriega, de que el Comando Sur abandone sus posiciones constituye, por tanto, un dificil¨ªsimo reto.La primera brigada norteamericana que instal¨® sus cuarteles en Panam¨¢ lleg¨® en 1911 y, desde entonces, las fuerzas de Estados Unidos han construido 11 cuarteles, han ocupado en dos ocasiones el territorio paname?o para acabar con conflictos internos, han dispersado manifestaciones, han entrenado a oficiales de todos los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y, seg¨²n versiones no confirmadas, han utilizado sus instalaciones paname?as para la intervenci¨®n en Centroam¨¦rica.
El argumento que Noriega ha esgrimido para solicitar ahora la salida del Comando Sur es que sus fuerzas no est¨¢n en su totalidad dedicadas a la defensa del canal, por lo que su misi¨®n se aparta de lo pactado por los Gobiernos de Panam¨¢ y Estados Unidos en los tratado Torrijos-Carter de 1979. El art¨ªculo cuatro de esos tratados confiere a los norteamericanos "la responsabilidad de proteger y defender el canal hasta el fin de 1999" y para ello les otorga el derecho de mantener "fuerzas y sitios militares en Panam¨¢". No menciona espec¨ªficamente la presencia del Comando Sur.
Actualmente, entre sus misiones, el Comando Sur incluye, oficialmente, las de: "Mando operacional sobre las fuerzas de EE UU en la regi¨®n, preparaci¨®n de planes estrat¨¦gicos y de contingencia, entrenamiento y operaciones ordenadas por la Junta de Jefes de Estado Mayor, coordinaci¨®n de las actividades del personal militar norteamericano y apoyo a otros comandos unificados y espec¨ªficos".
La defensa del canal
Seg¨²n publicaciones del Comando, aunque "la misi¨®n primaria es la defensa del Canal de Panam¨¢", tambi¨¦n debe servir de apoyo a "otras misiones regionales, como el despliegue por 12 naciones latinoamericanas en ejercicios militares conjuntos, as¨ª como actividades de asistencia m¨¦dica o de inteligencia". A esto se a?ade "la evacuaci¨®n de ciudadanos norteamericanos que est¨¦n en ¨¢reas de peligro y el combate al terrorismo internacional, a la subversi¨®n y al tr¨¢fico de armas y narc¨®ticos".El jefe del Comando Sur, general Fred Woerner, explicaba recientemente en un art¨ªculo que sus fuerzas son "el escudo para la estrategia de seguridad por medio de democracia". "Nuestra disposici¨®n a estar firmes para proteger nuestros intereses y los de nuestros aliados determinar¨¢ el destino vital de esta regi¨®n. No podemos abandonar nuestro compromiso con la democracia. Ello constituye nuestro imperativo estrat¨¦gico y nuestro ideal", escrib¨ªa Woerner.
De acuerdo a fuentes oficiales del Comando Sur, todas estas misiones garantizan tambi¨¦n, como fin ¨²ltimo, la seguridad del canal. "La defensa efectiva del canal no se hace colocando a nuestros 10.000 hombres en sus riberas. Garantizar la estabilidad regional es uno de los requisitos b¨¢sicos para defender el canal". Seg¨²n esta versi¨®n, la retirada del Comando Sur ser¨ªa considerada, por tanto, como una violaci¨®n de los acuerdos, Torrijos-Carter. Otra de las dificultades con que se encuentra Panam¨¢ para prescindir de esas fuerzas es el alto precio econ¨®mico que, en tiempos de crisis y de bloqueo norteamericano, tendr¨ªa que pagar por ello. La presencia militar de Estados Unidos en la zona del canal deja a este pa¨ªs, seg¨²n datos norteamericanos, m¨¢s de 200 millones de d¨®lares anuales (22.800 millones de pesetas). En los primeros siete a?os de vigencia de los tratados Torrijos-Carter, seg¨²n las mismas fuentes, los norteamericanos han transferido fondos a Panam¨¢ por valor de 1.200 millones de d¨®lares. A esto hay que a?adir que 5.500 civiles paname?os se encuentran actualmente empleados al servicio del Ej¨¦rcito norteamericano.
Control paname?o
De acuerdo a los tratados, desde el 1 de enero del a?o 2000, la seguridad del canal pasar¨¢ ¨ªntegramente a manos paname?as. De cara a esa fecha, los Ej¨¦rcitos de EE UU y de Panam¨¢ ven¨ªan realizando en los ¨²ltimos a?os ejercicios para preparar a los futuro responsables de la estrat¨¦gica v¨ªa interoce¨¢nica. Como consecuencia de la actual crisis entre los dos pa¨ªses, esos ejercicios han sido suspendidos por orden del Congreso de EE UU, as¨ª como todo suministro militar norteamericano a Panam¨¢. La ¨²ltima prueba del deterioro de las relaciones entre los dos ej¨¦rcitos ha sido la retirada de las academias militares de EE UU de todos los alumnos paname?os.Los oficiales del Comando Sur no ocultan "una gran preocupaci¨®n" por esta situaci¨®n. Toda la actividad cotidiana se ha resentido. Los militares se quejan de que no encuentran a sus contrapartes paname?as para realizar los trabajos conjuntos. "A veces ni siquiera nos contestan al tel¨¦fono", dice un portavoz.
Una fuente del Comando conf¨ªa, en que esta situaci¨®n sea pasajera y que "se puedan volver a mantener relaciones profesionales entre los dos ej¨¦rcitos". Para ello, insiste en que las acusaciones que se han hecho en Estados Unidos han sido "individuales". "No se ha querido atacar a una instituci¨®n como son las Fuerzas de Defensa de Panam¨¢, sino a unas personas", dice.
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