La magia del superviviente
En sus comienzos, a Chet Baker le comparaban con James Dean. Luego James Dean cumpli¨® su destino tr¨¢gico y muri¨® joven, mientras que Chet Baker sobrevivi¨®, a pesar de que hizo casi todo para evitarlo.Sobrevivi¨® muy mal. Ten¨ªa a la afici¨®n en un suspiro. Una enciclopedia lleg¨® a decir que se hab¨ªa muerto, y no era hip¨®tesis aventurada. Si Chet Baker se hubiera muerto hace veinte o treinta a?os, a nadie le habr¨ªa extra?ado.
Pero ah¨ª est¨¢. La vida que ha llevado se le nota en la cara y en la forma de tocar, pero sigue tocando y dando la cara. Aquellos contrapuntos que le sal¨ªan tan limpitos cuando los hac¨ªa con Gerry Mulligan le salen ahora atropellados y chapuceros, pero todav¨ªa se atreve a hacerlos. Tiene el sonido de los viejos tiempos, y canta como en los viejos tiempos; muy mal, seg¨²n los c¨¢nones, pero lo bueno en el jazz es que los c¨¢nones importan muy poco. Como cantante, tiene Chet Baker la virtud de otros trompetistas: su voz es una extensi¨®n de su trompeta, y su trompeta una extensi¨®n de su voz.
Chet Baker
Colegio Mayor San Juan Evangelista. Madrid, 11 de marzo
Todav¨ªa le funciona la magia. El pelo lo lleva ahora largo no se sabe si porque quiere o porque se le ha olvidado cortarselo. Conquista al p¨²blico cuando toca, cuando calla y hasta cuando se marcha del escenario y deja solos a sus acompa?antes. Ya pueden ¨¦stos entonces hacer maravillas, que de lo que estamos todos pendientes es de si ¨¦l vuelve o no.
Philip Catherine toc¨® la guitarra bien, y a ratos muy bien. El contrabajo de Marc Johnson es ideal para acompa?ar a Chet Baker, pero Johnson parece tener la cabeza en una m¨²sica diferente. De todas formas, tampoco conviene extenderse sobre Johnson y Catherine, porque no fuimos al San Juan a escucharles a ellos.
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