El acuerdo de los disgustos

El convenio de pesca firmado por la Comunidad Europea (CE) y Marruecos el pasado 25 de febrero dividi¨® al sector pesquero en Canarias y provoc¨® el rechazo del Gobierno aut¨®nomo, que se sinti¨® marginado en las negociaciones. En el archipi¨¦lago existe la impresi¨®n de que Europa no ha sabido proteger los intereses canarios, cediendo ante el Gobierno de Hassan II. Mientras los artesanales celebraron el acuerdo, los arrastreros se negaron en un principio a regresar al caladero africano, por considerarse sacrificados en el volumen de capturas fijado, y bloquearon en se?al de protesta el puerto de Las Palmas, siendo detenidos cuatro armadores. Los tripulantes marroqu¨ªes de los barcos con base en las islas prolongaron el amarre al exigir su homologaci¨®n laboral con los pescadores espa?oles.

En la opini¨®n p¨²blica, al margen de las repercusiones econ¨®micas del convenio, ha impactado la denuncia hecha por el Gobierno aut¨®nomo, a trav¨¦s de su presidente, Fernando Fern¨¢ndez Mart¨ªn, del CDS, quien hizo una valoraci¨®n pol¨ªtica del documento suscrito en Bruselas. Seg¨²n advirti¨®, el mismo entra?a un riesgo para la soberan¨ªa espa?ola en Canarias, al reconocer a Marruecos una zona econ¨®mica de 200 millas, que incluir¨ªa a las islas. La frase de Fern¨¢ndez Mart¨ªn "No nos apetece vestir con chilaba ni despertarnos con las ca?oneras marroqu¨ªes en el puerto de Las Palmas" hizo pensar que se hab¨ªa actuado con entreguismo ante el pa¨ªs vecino y resucit¨® el viejo s¨ªndrome del expansionismo marroqu¨ª.El Ministerio de Asuntos Exteriores reaccion¨®, a trav¨¦s del delegado del Gobierno, Eligio Hern¨¢ndez, para asegurar que el citado texto no supone ninguna dejaci¨®n de los derechos de Espa?a sobre las aguas de Canarias, ya que el art¨ªculo 11 del tratado aclara que "ninguna disposici¨®n del acuerdo afecta a los puntos de vista de cada parte en lo que concierne a los derechos del mar". Hern¨¢ndez Guti¨¦rrez record¨® que Espa?a aplica tambi¨¦n las 200 millas y, por tanto, en estos casos, se establece una mediana. El desmentido oficial anim¨® a la oposici¨®n socialista a calificar las manifestaciones de Fern¨¢ndez Mart¨ªn como "fr¨ªvolas". La pol¨¦mica, sin embargo, no se zanj¨®. La Consejer¨ªa de la Presidencia del Gobierno canario insisti¨® en que el acuerdo puede atentar contra la integridad de las aguas interiores canarias, que a¨²n no han sido delimitadas por la Administraci¨®n centraI. A su vez, el Gabinete de condici¨®n de centro-derecha y nacionalista de esta comunidad aut¨®noma mostr¨® su malestar por no haber sido consultado a tiempo. En este sentido, entiende que Madrid vulner¨® el estatuto canario (el art¨ªculo 37 obliga al Gobierno de la naci¨®n a informar a Canarias sobre convenios internacionales que le afecten) y est¨¢ dispuesto a recurrir ante el Tribunal Constitucional.

Menos barcos en 1992

Pero en materia propiamente pesquera, el acuerdo entre Bruselas y Rabat suscit¨® un gran descontento en la flota arrastrera de cefal¨®podos, compuesta por 147 barcos, con base en Las Palmas, y en los sardinales, repartidos en varias islas. ¨²nicamente, los artesanales (m¨¢s de 60. unidades) valoraron positivamente el concierto, al no representar ninguna disminuci¨®n en su capacidad extractiva. Esta flota, de capital netamente canario, cuya principal base est¨¢ en Lanzarote, es la m¨¢s d¨¦bil econ¨®micamente, y el d¨ªa 1 de marzo volvi¨® a la faena. En cambio, la Asociaci¨®n Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Cefal¨®podos (Anacef) tard¨® tres d¨ªas en ordenar el retorno de sus pesqueros al caladero norteafricanos. Los armadores estiman que la reducci¨®n impuesta de un 20% al total de extracciones correspondiente a esta flota, en el per¨ªodo de cuatro a?os de vigencia del acuerdo, recortar¨¢ en 30 barcos su presencia en las aguas marroqu¨ªes y, como consecuencia, el cierre de una treintena de empresas as¨ª como la desaparici¨®n de unos 3.000 puestos de trabajo, directos e indirectos.

Con esta merma, la situaci¨®n del subsector se ve agravada, ya que, a ra¨ªz del anterior convenio hispano-marroqu¨ª, firmado en., 1983, su flota sufri¨® una restricci¨®n del 40%. Adem¨¢s, ahora sus barcos tendr¨¢n que suspender su actividad cada mes de octubre como medida de recuperaci¨®n biol¨®gica del banco pesquero. El secretario general de Anacef, Jos¨¦ Ram¨®n Font¨¢n, solicit¨® sin ¨¦xito, en Madrid, que el descanso obligado fuera trasladado a las fechas de verano o Navidad, para hacerlo coincidir con las vacaciones de las tripulaciones, y reclam¨® la b¨²squeda de otros caladeros sustitutorios para los buques que deban ser retirados. En los ¨²ltimos meses se han barajado posibles destinos alternativos, como Gab¨¢n, Mauritania y Guinea Bissau.

Las autoridades canarias se muestran sensibles a las reivindicaciones de un sector que pesca desde hace 50 a?os en los bancos sahariano y marroqu¨ª y mueve un capital anual de 35.000 millones de pesetas, dando empleo a 7.000 personas. El Gobierno de Fern¨¢ndez Mart¨ªn considera desproporcionadas las contrapartidas de la CE a Marruecos en cr¨¦ditos, pagos y subvenciones: m¨¢s de 45.000 millones de pesetas, seg¨²n el protocolo financiero de ambas partes; 2.800 millones en c¨¢nones y 10.200 millones anuales como compensaci¨®n.

La salida al mar de los arrastreros a finales de la pasada semana estuvo precedida de escenas de tensi¨®n en el puerto de Las Palmas, que fue bloqueado por los pesqueros en se?al de protesta por las condiciones del convenio. Cuatro de estos empresarios fueron detenidos y pasaron a disposici¨®n judicial, porque, seg¨²n se?al¨® el delegado del Gobierno, "con su actitud cometieron un delito de coacciones". Durante el impasse de las negociaciones entre Bruselas y Rabat, los armadores y pescadores se hab¨ªan enfrentado a los consignatarios al impedir el desembarco de pescado de buques marroqu¨ªes. Las p¨¦rdidas por el amarre origin¨® que varias empresas anunciaran regulaci¨®n de empleo.

Cuando el conflicto parec¨ªa remitir, a mediados de la pasada semana, los 350 pescadores marroqu¨ªes enrolados en los barcos arrastreros canarios plantearon, como condici¨®n para reincorporarse a sus puestos de trabajo, su equiparaci¨®n laboral con los marineros espa?oles (Seguridad Social, subsidio de desempleo y derecho a residencia, toda vez que cotizan el 20% a Hacienda). El nuevo brote de discordia, rodeado de encierros y manifestaciones, se apag¨® con un principio de acuerdo. Los marroqu¨ªes expresaron su temor de padecer represalias en su pa¨ªs por esta acci¨®n. Seg¨²n el nuevo convenio, cada barco pesquero est¨¢ obligado a incluir en su lista de tripulantes a tres pescadores de esta nacionalidad.