Ch?teau-Chinon, el santuario de Fran?ois Mitterrand
El presidente franc¨¦s vuelve a su 'feudo' electoral, mientras mantiene la incertidumbre sobre su candidatura
Fran?ois Mitterrand naci¨® en Angulema, en La Charente. Su casa campestre est¨¢ en Las Landas, entre Burdeos y Bayona, a pocos kil¨®metros de Espa?a. Es una humilde caba?a de pastores, convertida en c¨®moda residencia para los fines de semana. Pero Mitterrand es, ante todo, un hijo del Morvari, una comarca borgo?ona h¨²meda y fr¨ªa, oscura y monta?osa, con un nombre extra?o, que parece extra¨ªdo de alguna antigua leyenda. A fin de cuentas, la patria de un pol¨ªtico es su circunscripci¨®n.
Desde 1946, el actual presidente de los franceses ha conseguido sus actas de representante popular en el departamento de la Ni¨¦vre y, m¨¢s en concreto, en Ch¨¢teau-Chinon, la capital del Morvan, su santuario, donde ha reinado como alcalde desde 1959 hasta 1981.En 1946, 15 d¨ªas antes de las elecciones, lleg¨® como un vulgar paracaidista a esta circunscripci¨®n, que le dar¨ªa el esca?o de diputado en la primera Asamblea Nacional de la IV Rep¨²blica, dentro de una formaci¨®n con nombre de izquierdas, pero m¨¢s bien centrista: el Rassemblement de Gauches Republicanes. En 1988, seis semanas antes de la elecci¨®n presidencial, paseando la duda sobre su candidatura a la reelecci¨®n, ha recorrido estas tierras como el m¨¢s ilustre de sus hijos.
En representaci¨®n de este pedazo de la Francia profunda, ha sido diputado, consejero general de departamento, presidente del consejo general y alcalde, mientras se sentaba por 11 veces en el Consejo de Ministros durante la IV Rep¨²blica y se constitu¨ªa en el dirigente de la oposici¨®n durante la V Rep¨²blica.
Simbolismo
Ahora, su circunscripci¨®n es Francia, pero su antiguo feudo es la almendra y el n¨²cleo de esta Francia. En Ch?teau-Chinon ha ironizado sobre la presencia de m¨¢s de un centenar de periodistas y de televisiones de todo el mundo, que esperaban el anuncio de su candidatura en tan simb¨®lico lugar, y ha persistido en su silencio sobre sus intenciones pol¨ªticas. "S¨®lo he venido a reemprender el hilo de antiguas conversaciones", dijo, despu¨¦s de condecorar a viejos amigos y conocidos del lugar.Nunca ha tenido, sin embargo, ni casa ni piso en la regi¨®n. Su alojamiento habitual era el hotel Au Vieux Morvan, una vieja y cuidada fonda de pueblo, cuyo comedor abre sus ventanales sobre las foscas colinas y campos cenicientos, todav¨ªa nevados ahora. Los fines de semana son tradicionalmente los d¨ªas de trabajo en la circunscripci¨®n, en este pa¨ªs donde Par¨ªs concentra toda la vida pol¨ªtica. Durante muchos a?os, Mitterrand ha recorrido en su coche las carreteras de esta regi¨®n, en r¨¢pidos viajes de ida y vuelta, para presidir reuniones o celebrar plenos municipales.
No se quejan los de Ch?teau-Chinon. Al rev¨¦s. Contar como alcalde durante 22 a?os a un notable como Mitterrand es algo que no se lo permiten todos los pueblecitos franceses de 2.300 habitantes. Es la ventaja que ofrecen ciertos diputados cuneros. Un alcalde salido del pueblo no tendr¨ªa ninguna influencia en Par¨ªs y apenas en la capital del departamento, en Nevers.
Hacerse representar por alguien extra?o, proporcionarle calor y filiaci¨®n, es realmente rentable para estos pueblos de la Francia profunda, corro¨ªdos por la emigraci¨®n y los desequilibrios regionales. Ch?teau-Chinon, con poco m¨¢s de 2.000 habitantes, tiene unos equipamientos p¨²blicos y se ha beneficiado de unas inversiones del Estado que para s¨ª quisieran algunas ciudades de mayores dimensiones.
El presidente de la Rep¨²blica fue, la pasada semana, a inaugurar las dos ¨²ltimas realizaciones. Una fuente de esculturas m¨®viles y multicolores, hermana de la que est¨¢ instalada en Par¨ªs al lado del Centro Pompidou, sobre cuyo coste ninguna autoridad ha querido hacer declaraciones, y una imprenta del Ej¨¦rcito de Tierra en la que trabajan 150 personas, y que obligar¨¢ a un curioso traj¨ªn de papel y de impresos entre la capital y este rinc¨®n olvida do. Pero la capital del Morvan tiene ya un polideportivo con tribuna cubierta de dimensiones m¨¢s que envidiables, una casa de jubilados, unos servicios de excombatientes y una escuela de formaci¨®n profesional.
El alcalde y senador, el doctor Fran?ois-Ren¨¦ Sign¨¦, sonr¨ªe satisfecho. "Se?or alcalde: ?entonces es una ganga tener como presidente de la Rep¨²blica a Fran?ois Mitterrand?". El doctor Sign¨¦ asiente, pero defiende la discriminaci¨®n positiva que ha sufrido el pueblo. "?sta es una de las comarcas m¨¢s pobres, despobladas y aisladas. Una circunstancia as¨ª significa la compensaci¨®n ante tanto olvido".
El Morvan no cuenta con m¨¢s de 30.000 habitantes, aunque se calcula que el 35% de sus hogares son residencias secun darias, de parisienses principalmente. Tuvo anta?o 140.000 habitantes, cuando aprovisionaba a Par¨ªs de madera, de mano de obra y de nodrizas. Ahora, con menos poblaci¨®n, cuenta con un producto regional de calidad superior: el presidente de la Rep¨²blica.
Todo presidente de la V Rep¨²blica, e incluso todo candidato serio a la presidencia, desde De Gaulle, con su Colombey-les-Deux-?glises, hasta Mitterrand, con su Ch?teau-Chinon y su Latche, debe contar con un punto de referencia rural, donde aparece enraizado y en comuni¨®n con la tierra y la naturaleza, como expresiones casi corporales de Francia.
En su carn¨¦ de notas La abeja y el arquitecto, publicado hace 10 a?os, Mitterrand explica sin rodeos la relaci¨®n casi f¨ªsica que establece con su pa¨ªs: "No tengo necesidad de una idea de Francia. Yo la vivo. Tengo una conciencia instintiva y profunda de Francia, de la Francia f¨ªsica, y tengo la pasi¨®n de su geograf¨ªa, de su cuerpo vivo. En ella han crecido mis ra¨ªces. El alma de Francia es in¨²til buscarla: me habita".
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