El esc¨¢ndalo de Sur¨¢frica
El presidente Botha se equivocar¨¢ m¨¢s que nunca si permite que los seis de Sharpeville sean colgados el viernes. Los seis estaban entre una gran multitud que protestaba contra el aumento de los arrendamientos impuesto por el Ayuntamiento del municipio africano de Sharpeville. La gente captur¨® a un funcionario y lo quem¨® despu¨¦s de apedrearle, un brutal asesinato incluso para la horrible violencia tipo del municipio. Los jueces aceptaron que ninguno de los seis levant¨® un dedo contra la v¨ªctima, pero mantuvieron que eran culpables simplemente porque estaban presentes. Toda la multitud fue considerada culpable de haber tenido la "finalidad com¨²n" de asesinar, independientemente de quien lo realizara. El concepto legal de `finalidad com¨²n" es ampliamente reconocido fuera de Sur¨¢frica.Pero la gran injusticia es que Botha rechaz¨® la clemencia por razones no relacionadas con meros puntos legales. Es rid¨ªculo e indefendible argumentar que porque un hombre fuera asesinado por miembros de una multitud, cada -persona de esta multitud tenga que haber sido c¨®mplice.
La "finalidad com¨²n" podr¨ªa aplicarse razonablemente cuando una manifestaci¨®n intenta quebrantar la paz, pero muy pocas personas tienen la intenci¨®n de cometer un asesinato bajocualquier circunstancia, y es una gran distorsi¨®n atribuir este motivo a media docena, arrestada al azar cuando cientos no lo fueron.
, 16 de marzo
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