Conclusiones

Gurruchaga y Boadella se dieron cita un buen martes y, despu¨¦s de leer cuantas cr¨ªticas suscitaron dicho encuentro, se llega a la conclusi¨®n de que quien no aplaudi¨® a Els Joglars no tiene sentido del humor. ?Arte? ?Humor? ?Calidad? ?Beatos? ?Pujol, Pujol, Pujol?...Cada pluma (valga la expresi¨®n) ha escrito seg¨²n la riqueza y capacidad de su vocabulario, honestamente unos y con mal disimulado antagonismo (sea pol¨ªtico, regional, religioso o deportivo) otros, tal vez esas te¨®ricas definiciones sobre el humor pudieran ser realidades en otro pa¨ªs que no fuera el nuestro, pero aqu¨ª todo espa?ol (sea o no catal¨¢n) tiene ese sexto sentido nacional de saber muy bien de antemano, y sin esperar reacciones, lo que puede agradar a unos o enojar a otros.

Telefilmes humor¨ªsticos extranjeros fueron pioneros en la innovaci¨®n de a?adir a sus efectos de sonido risitas y carcajaditas de fondo, interpretaci¨®n exterior del humor que nos lleva a otra conclusi¨®n: el sufrido espectador carece de la suficiente inteligencia para distinguir por s¨ª mismo si lo dicho y escuchado es para re¨ªr y no para llorar.

En una democracia, los muchachos de la vaselina (sin ¨¢nimo de ofender) tambi¨¦n tienen derecho a la vida; la peque?a gran pantalla se llen¨® de culos, los culos del Bar?a, lo cual hace aventurarse en una nueva conclusi¨®n: los homosexuales espa?oles estar¨¢n eternamente agradecidos a Pilar Mir¨®.

Aquel curioso martes me qued¨¦ con la misma impresi¨®n de cuando uno escucha a un semejante contar un chiste y se r¨ªe a continuaci¨®n a carcajada batiente sin esperar la reacci¨®n que haya podido causar a sus oyentes. Conclusi¨®n final: carezco del sentido del humor, y ya que no re¨ª ni tampoco aplaud¨ª debe perdon¨¢rseme el que me autopregunte, dudoso, si la b¨²squeda afanosa de tanta perfecci¨®n nos llevar¨¢ un d¨ªa a sustituir la paella por el cacahuete o la zanahoria como plato nacional.-