Frankenstein necesita amigos
El mito de Frankenstein qued¨® aparentemente cristalizado en las pel¨ªculas de los a?os treinta. Era la criatura malvada fabricada por un cient¨ªfico inmoral. Poco a poco, el propio cine y su p¨²blico descubri¨® que el monstruo lloraba. Frankenstein sosten¨ªa maldiciones seculares (el maleficio de los avances cient¨ªficos, el hecho de que su creador cometiera el sacrilegio de crear vida humana sin permiso divino, su propia fealdad).El drama de Frankenstein es su soledad. En la novela de Mary Shelley es capaz de articular palabras. El cine le quit¨® esa ¨²ltima posibilidad de darse a conocer, lo dej¨® a la intemperie.
En la novela, el cient¨ªfico paga mucho m¨¢s penosamente su atrevimiento que en el cine porque, ah¨ª, pronto se olvida qui¨¦n comete el gran pecado original y el castigo, sin matices, lo hereda su criatura.
La posterior redenci¨®n cinematogr¨¢fica de Frankenstein lleg¨® a convertirlo en un juguete sexualinente apetitoso para la ninf¨®mana esposa del cient¨ªfico, le di¨® una compa?era a la medida (con una nueva usurpaci¨®n del mito ad¨¢nico) o lo retrat¨® como un ciudadano domesticado que invierte el problema inicial: los diferentes son los otros, que perturban su tranquila vida cotidiana (la serie Monsters). Frankenstein, como en general las criaturas del cine de terror, desatan la tragedia cuando aparecen ante los dem¨¢s. Cuando se muestran, son vistos como seres distintos, intolerables. En algunos casos, ¨¦ste por ejemplo, su agresividad es mera autodefensa. Victor Erice (El esp¨ªritu de la colmena) supo verlo as¨ª, como esp¨ªritu de liberaci¨®n cuyo cuerpo se exhibe (la sala de cine) en el mismo lugar donde, m¨¢s tarde, se mostrar¨¢ el cad¨¢ver de un maquis. Esta noche, una producci¨®n brit¨¢nica ofrece un trabajo sobre Frankenstein, una criatura que reclama voces amigas, indulgentes.
El exta?o caso de... se emite hoy a las 20.30 por TVE-2.
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