Despliegue de seguridad israel¨ª ante la 'jornada de la tierra'
Israel est¨¢ en pie de guerra. O casi. Mill¨®n y medio de palestinos se encuentran sometidos a un estado de sitio total en los territorios ocupados. Los tel¨¦fonos de Gaza est¨¢n cortados para impedir a los organizadores de la revuelta palestina comunicarse entre ellos y con sus compa?eros de Cisjordania e impedir la coordinaci¨®n en las manifestaciones que se esperan para hoy. La Prensa tiene prohibido el paso. Y todo esto, ?por qu¨¦? Para evitar el contacto entre los habitantes de los territorios ocupados y los ¨¢rabes israel¨ªes durante la jornada de la tierra.Hoy, los 650.000 ¨¢rabes ciudadanos del Estado de Israel marcar¨¢n, con m¨ªtines y manifestaciones, el 129 aniversario de la muerte de seis j¨®venes ¨¢rabes a manos de la polic¨ªa. "Si es preciso continuaremos cerrando los territorios herm¨¦ticamente, incluso despu¨¦s de ma?ana", dec¨ªa ayer el jefe del Estado Mayor, general Dan Shoniron. "Veremos qui¨¦n es m¨¢s fuerte, si ellos o nosotros", dec¨ªa, por su parte, el ministro de Defensa, Isaac Rabin. En el norte de Israel, en Galilea, unos 1.500 polic¨ªas est¨¢n colocados en puntos estrat¨¦gicos para evitar disturbios.
Los organizadores de la jornada de la tierra se han comprometido a evitar toda provocaci¨®n, toda violaci¨®n de la ley, pero a cambio piden que la polic¨ªa no entre en las localidades ¨¢rabes. El mando de la polic¨ªa ha aceptado..., siempre que no se produzcan des¨®rdenes. Michael Eytan, diputado de la coalici¨®n derechista Likud (a la que pertenece el primer ministro, Isaac Shamir), ha protestado contra esta "dimisi¨®n de la soberan¨ªa israel¨ª". En el Likud se estuna que tanto Rabin como el ministro de Polic¨ªa, Bar Lev (ambos laboristas), son demasiado blandos. "Estoy a favor de medidas m¨¢s draconianas", ha dicho, por su parte, Shamir.
Las disposiciones tomadas el lunes para aislar totalmente los territorios ocupados llegan demasiado tarde. Veinte a?os de ocupaci¨®n militar han acabado porpalestinizar a los ¨¢rabes israel¨ªes que viven en Galilea, Acre u otras zonas, y que tienen casi todos familiares m¨¢s o menos cercanos en Cisjordania y Gaza. Aunque han comenzado a integrarse en el Estado israel¨ª, jam¨¢s lo han hecho por completo. Y han sido objeto de una discriminaci¨®n de hecho, considerados en la pr¨¢ctica como ciudadanos de segunda categor¨ªa.
Parad¨®jicamente, despu¨¦s de la colosal victoria militar sobre los ej¨¦rcitos ¨¢rabes de Egipto, Jordania, Siria e Irak, los ¨¢rabes israel¨ªes se despertaron bruscamente en otro mundo, repentinamente reunidos, cortados de sus pr¨®ximos por una frontera infranqueable.
Con el paso de los a?os, sobre todo tras la primera jornada de la tierra, en 1976, los palestinos perdieron su desconfianza hacia unos compa?eros ¨¢rabes israel¨ªes a los que consideraban demasiado blandos y se dieron cuenta de que pod¨ªan ser tan combativos como ellos.
Era el comienzo de una evoluci¨®n, de un acercamiento progresivo, de una creciente identificaci¨®n pol¨ªtica a la que las autoridades del Estado israel¨ª tienen que hacer hoy frente, no sin cierto temor.
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