Tiempo de pasion
12 cofrad¨ªas y el Ayuntamiento organizan las seis procesiones que recorren el centro de Madrid
Unos salen de Madrid para desnudarse al sol y otros aprovechan la Semana Santa para descalzarse, ponerse el capirote y purgar sus pecados cargando con cruces de madera. Cerca de 20.000 madrile?os son miembros, hermanos, socios o esclavos de reales archicofrad¨ªas que esperan con ansiedad el tiempo de pasi¨®n. Ellos y el Ayuntamiento organizan las seis grandes procesiones que recorren el centro de Madrid a partir de hoy.
"En las cofrad¨ªas hay de todo", dice Fernando Rodr¨ªguez de Ribera, presidente de la comisi¨®n organizadora de la Semana Santa y comendador general del Gran Consejo de la Hermandad de Cruzados de la Fe. "Pero cada vez son m¨¢s las j¨®venes y mujeres que quieren salir en las procesiones vestidas de nazarenas". Afirma que el objetivo de la hermandad, fundada en 1940, es llevar a cabo una "cruzada en pro de la moralidad y defensa de la fe". Sus 3.000 miembros tienen como principio b¨¢sico "seguir todas las enc¨ªclicas papales".Rodr¨ªguez de Ribera recuerda que en otros tiempos las procesiones recib¨ªan ayudas econ¨®micas de la C¨¢mara de Comercio, la Diputaci¨®n Provincial, los ministerios... "Ahora s¨®lo del Ayuntamiento. Y los gastos son muchos".
Cada paso de la procesi¨®n del Santo Silencio, organizada por la hermandad, requiere una inversi¨®n de 50.000 pesetas en flores y 75.000 para pagar a los costaleros. Las bandas de m¨²sica cobran alrededor de 100.000 pesetas. A eso hay que a?adir los gastos de instalaci¨®n el¨¦ctrica y cera de velas y velones. Total, m¨¢s de un mill¨®n de pesetas.
"Emociona ver c¨®mo las aceras se siguen llenando con algo que cuatro siglos atr¨¢s ya se hac¨ªa", apunta Julio D¨ªaz, hermano mayor de la Real y Primitiva Cofrad¨ªa del Glorioso Patriarca Se?or San Jos¨¦ y Sant¨ªsimo Cristo de la Vida Eterna, de ebanistas y carpinteros, que con 400 miembros es una de las pocas grandes cofrad¨ªas de Madrid que conservan su car¨¢cter gremial. Esta cofrad¨ªa organiza ?unto con el Ayuntamiento la procesi¨®n del Santo Entierro. As¨ª viene haci¨¦ndose desde 1940, fecha en la que, tras el par¨¦ntesis marcado por los a?os de la Rep¨²blica y la guerra civil, volvieron a salir las im¨¢genes a la calle.
Cada cofrad¨ªa tiene su personalidad. La de Nuestro Padre Jes¨²s del Gran Poder y Mar¨ªa Sant¨ªsima de la Esperanza est¨¢ formada principalmente por andaluces, pues andaluces la fundaron. La del Divino Cautivo se nutri¨® en sus comienzos de los combatientes nacionales que estuvieron presos en la c¨¢rcel de General Porlier.
Pelucas y escapularios
Pero entre todas las santas tallas, una es la que levanta aut¨¦nticas pasiones entre el pueblo madrile?o: Jes¨²s de Medinaceli, que los primeros viernes de marzo llega a reunir 250.000 fieles en su iglesia, de los cuales unos 40.000 alcanzan a besarle los pies. Por generosidad de los devotos, la imagen ha conseguido reunir un ajuar de siete pelucas, 14 t¨²nicas, coronas, escapularios y cordones de oro.
Ese mimo popular le ha dado tambi¨¦n derecho para salir ¨¦l solo en procesi¨®n los viernes santos y para que la cofrad¨ªa que promueve su culto, la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jes¨²s Nazareno, fundada en 1710, vaya por libre, sin pertenecer a la comisi¨®n organizadora.
Seg¨²n Manuel Barrado, secretario general de la archicofrad¨ªa, el principal problema con el que se encuentra la organizaci¨®n es que "todos quieren ir al lado de la imagen, y dentro de la procesi¨®n van unas 20.000 personas".
De los 8.000 esclavos que forman la cofrad¨ªa unos 2.500 son de m¨¦rito; es decir, que llevan ya 40 a?os dentro y no han de pagar la cuota anual -250 pesetas, 600 los miembros de honor-. Cuenta adem¨¢s la organizaci¨®n con 25 filiales repartidas por Espa?a que rezan a reproducciones de la talla madrile?a original. "Al Cristo hay que mirarle fijamente a la cara para saber lo que se siente".
"Pues que te impone, que no puedes mirarle".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.