Comparaciones absurdas
Con referencia a la carta publicada en ese peri¨®dico en la secci¨®n Cartas al Director el 23 de marzo de 1988, bajo el t¨ªtulo Rubios y calvos, no puedo resistir a la pulsi¨®n de escribirle sin perder un segundo.Reflexiones como las vertidas en esa carta no merecen que nadie se extienda para hacerle comprender a su autor lo que la lucha feminista -con sus hero¨ªsmos y sus excesos, sus fracasos y sus logros, sus contradicciones y su l¨®gica- ha significado en la evoluci¨®n del pensamiento contempor¨¢neo hacia una modernidad nunca alcanzada.
Espantado de que ciertas mujeres hayan exigido y obtenido "un 25% de cargos directivos de un determinado partido", este talento -humor¨ªstico a pesar suyo, mucho m¨¢s all¨¢ de sus pretensiones- se pregunta por qu¨¦ no reclamar¨¢n tambi¨¦n "su parte de pastel los rubios, los calvos, los gordos y los bizcos en proporci¨®n a su presencia en la sociedad". Y termina interrog¨¢ndose con una profundidad filos¨®fica que da v¨¦rtigo: "?Estamos de verdad todos locos?".
Conmovido por la angustia que se desprende de su pregunta, vuelo a su socorro para tratar, con mis escasas luces, de ayudarlo en su reflexi¨®n: ?todos locos?, qui¨¦n sabe. En todo caso s¨ª est¨¢ claro que en cualquier pa¨ªs hay una abundante proporci¨®n de idiotas que se ignoran. Y este ilustre pensador debe saber ante todo, por lo menos, d¨®nde catalogarse: s¨®lo entonces podr¨¢ comprender el porqu¨¦ de su interrogaci¨®n.
No es otro el motivo principal y caritativo de estas l¨ªneas: que la beatitud alcance a don Jes¨²s Mateos Perera y sus sufridos semejantes de Madrid y de todas las capitales del planeta.-
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