Iniesta
Lo malo de los pobres es que sean tan pintorescos y le gustasen tanto a Stendhal (los pobres espa?oles, me refiero), o que Picasso dijese que si la miseria pudiera comprarse, ¨¦l se arruinar¨ªa. Los pobres tienen tanto car¨¢cter que no s¨¦ qu¨¦ da redimir a un pobre. El pobre del aparcamiento del Palace me llama por mi nombre y dice que me lee en este peri¨®dico. El pobre de la plaza del Conde de Barajas tambi¨¦n parece que es un erudito en mi peque?a obra, como L¨¢zaro Carreter o as¨ª, s¨®lo que el pobre me pide 20 duros y L¨¢zaro no.Qu¨¦ ser¨ªa de Espa?a sin sus pobres, sin sus etarras y sin la Pantoja. Parecer¨ªa Suiza. Monse?or Iniesta, el que fuera obispo rojo de Vallecas, "cuando entonces" (me llama Onetti y hablamos de su novela, que titul¨® con esta frase m¨ªa, previo permiso). Cuando Iniesta y yo, quiero decir, ¨ªbamos en su dos caballos por Entrev¨ªas y cre¨ªamos en lo venidero, hace 10 a?os, sin saber que lo venidero iba a ser esto: "Ocho millones de espa?oles viven con menos de la mitad de lo necesario", seg¨²n acaba de informarme el citado cura. ?Y para eso hemos hecho una transici¨®n? "Mira Umbral, los pobres son cada vez m¨¢s pobres; los hogares espa?oles que est¨¢n por debajo del l¨ªmite de la pobreza tienen unos ingresos de s¨®lo el 58% de lo que necesitan". As¨ª me gustan a m¨ª los curas, o sea trabucaires de la izquierda, como en el siglo pasado eran trabuca? res de la derecha.
Iniesta es un trabucaire a lo divino. Lo siento, cura, amore, pero le has fornifollado la macroeconom¨ªa a Felipe Gonz¨¢lez. Anguita, el zar/califa del PCE, con el alma de nardo del rojo espa?ol, ha dicho por es tos mismos d¨ªas que "ojal¨¢ el PSOE fuese socialdem¨®crata" Claro, ahora son liberales, y debieran cambiar a su patr¨®n, Pablo Iglesias, por Salvador de Madariaga, que cre¨ªa en la libertad de morirse de hambre, porque ¨¦l siempre cobr¨¦ su prosa "de almac¨¦n", como dir¨ªa Borges, en francos suizos. Lo cual que Madariaga desautorizaba a Las Casas en sus proclamas a favor del indio, cuyo encuentro fortuito (nada menos que un continente populoso de se?oritas aztecas en bolas) vamos a conmemorar ahora disparatando generosamente unos millones que hubleran bastado para incorporar al bocata y la democracia a los ocho millones de espa?oles que a¨²n no han tenido su pasada por la transici¨®n, el cambio, los niveles ¨®ptimos de Solchaga y toda la cosa esta europea que ahora anda. Lo ¨²nico que se ha inventado para hacer a un pobre dem¨®crata es darle de comer, pero se conoce que al socialismo, la oposici¨®n y la ostraspedr¨ªn le sobran ya dem¨®cratas que votan bienestar. Un cura y un rojo coinciden en recordarnos, por los mismos d¨ªas, que la Espa?a influyente en Europa y paternal en Am¨¦rica tiene una quinta parte de su poblaci¨®n drogadicta del chicharro, la fruta podrida y otros para¨ªsos artificiales de la chabola con techo de uralita (March) y cartonajes industriales USA (nuestros aliados), chabolas que se ven, un suponer, bordeando el Gran San Blas, aquel barrio que inaugur¨® Franco y en cuanto le dabas al agua te quedabas con el grifo en la mano. Iniesta, monse?or, tronco, ya sabes que no me gusta hacer art¨ªculos de pobres, ni de muertos, ni de casta?eras, porque son los tres g¨¦neros f¨¢ciles del periodismo, pero es que lo que hemos visto t¨² y yo, o sea, es que nos cruje, oyes. As¨ª est¨¢ Madrid, as¨ª est¨¢ Espa?a, y esto no es econom¨ªa, sino pol¨ªtica, que los Bancos, si les dejan, lo arreglan (me llama Esc¨¢mez para un nuevo almuerzo c¨ªclico, que aprendo mucho con ¨¦l y como exquisito). Lo triste del socialismo es cuando hasta la batalla social se la gana el capitalismo. El PSOE ha hecho libres a 8 millones de pobres.
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