Las ventas parciales
Hasta aqu¨ª me he estado refiriendo fundamentalmente a la venta de la totalidad de empresas p¨²blicas, que es lo que se podr¨ªa llamar privatizaci¨®n stricto sensu. Sin embargo, hoy es m¨¢s frecuente el sistema de privatizaciones parciales o minoritarias, es decir, la venta solamente de una parte de la empresa, unas veces mayoritaria y otras minoritaria, bien a trav¨¦s de la bolsa, bien mediante colocaciones privadas de las acciones o a trav¨¦s de managements buyouts entre sus directivos y empleados, etc¨¦tera.En el caso de estas ventas minoritarias los objetivos condicionantes pueden ser diferentes, puesto que s¨®lo se pueden privatizar parcialmente empresas que ganen dinero o tengan grandes expectativas de ganarlo en el futuro, ya que los compradores privados, en este caso, no buscan su propiedad y su gesti¨®n, sino la participaci¨®n en el riesgo y en los beneficios de una empresa p¨²blica porque piensan que pueden ser menor y mayores, respectivamente, que invirtiendo alternativamente en otras empresas privadas.
Por tanto, las privatizaciones parciales, al continuar la gesti¨®n y el control en manos p¨²blicas o estar compartidos, tienen unos elementos diferenciales que hacen que los argumentos sobre los que se suelen sustentar estas privatizaciones sean tambi¨¦n diferentes, con ligeros matices, de los de las privatizaciones totales. Los argumentos son de tres tipos: presupuestarios, de gesti¨®n y pol¨ªticos.
Uno de los argumentos m¨¢s utilizados, al igual que en la privatizaci¨®n total, es de naturaleza presupuestaria. Los Gobiernos, dentro de una pol¨ªtica de reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico y de restricci¨®n del gasto, pueden permitir que sus empresas p¨²blicas m¨¢s saneadas, para poder seguir manteniendo sus programas de inversi¨®n sin afectar al d¨¦ficit p¨²blico actual, se endeuden, bien tomando pr¨¦stamos, bien emitiendo deuda o vendiendo parte de su capital a trav¨¦s de las bolsas.
La elecci¨®n por parte de las empresas de una u otra forma de obtener recursos depender¨¢ fundamentalmente de tres factores: el nivel de los tipos de inter¨¦s del mercado, la relaci¨®n entre sus recursos propios y sus recursos ajenos y la fiscalidad de los intereses, dividendos y plusval¨ªas del capital. A la vista de ese conjunto de par¨¢metros, los Gobiernos pueden optar por adelantar ingresos futuros mediante la venta parcial de empresas p¨²blicas.
D¨¦ficit coyuntural
Ahora bien, esta pol¨ªtica s¨®lo es econ¨®micamente racional en el caso de que las acuciantes necesidades financieras tengan su origen en problemas presupuestarios de naturaleza c¨ªclica y no de car¨¢cter estructural. Tienen un car¨¢cter c¨ªclico, por ejemplo, cuando las necesidades financieras han sido inducidas por el papel amortiguador de los sectores p¨²blicos en tiempos de crisis. Es evidente que la aton¨ªa de la actividad econ¨®mica tiende a reducir los ingresos fiscales, dados los menores beneficios de las empresas, el estancamiento de las rentas de las personas f¨ªsicas y las menores transacciones en los mercados, al tiempo que tiende a aumentar los gastos al exigir una mayor cobertura del desempleo y de las mayores p¨¦rdidas de las empresas p¨²blicas. S¨®lo en el caso de que se trate de episodios c¨ªclicos t¨ªpicos del sistema capitalista est¨¢ justificado adelantar futuros ingresos mediante la venta de empresas, ya que m¨¢s adelante, con una mejor coyuntura econ¨®mica, es Posible reemplazar los activos vendidos con unos mayores ingresos y unos menores gastos corrientes.
Si, por el contrario, los problemas presupuestarios son estructurales, es decir, no ligados a la actividad econ¨®mica, la ¨²nica recomendaci¨®n econ¨®micamente eficiente es recurrir a reducir gastos o a aumentar ingresos v¨ªa impuestos y en ning¨²n caso a financiar temporalmente el d¨¦ficit con privatizaciones de empresas p¨²blicas.
Por otro lado, los Gobiernos pueden pensar que la introducci¨®n de accionistas privados y de consejeros privados en los consejos de administraci¨®n, que suelen tener un inter¨¦s mucho m¨¢s inmediato en la obtenci¨®n de beneficios y dividendos, puede conducir a una gesti¨®n m¨¢s eficiente por parte de los directivos de las empresas p¨²blicas, ya que se ver¨¢n sometidos a una mayor presi¨®n para mejorar la rentabilidad.
Por ¨²ltimo, la privatizaci¨®n parcial de empresas p¨²blicas puede decidirse por otros motivos que no sean presupuestarios o de gesti¨®n. Los argumentos pol¨ªticos tambi¨¦n suelen ser importantes, y es aqu¨ª donde se encuentra la diferencia entre la que yo llamar¨ªa privatizaci¨®n pol¨ªtica y la privatizaci¨®n pragm¨¢tica, seg¨²n primen en mayor medida los objetivos pol¨ªticos o los econ¨®micos. Para algunos Gobiernos europeos de tendencia conservadora, la privatizaci¨®n ya estaba decidida de antemano y ya ten¨ªan incluidos en sus programas electorales la reducci¨®n deliberada del tama?o del sector p¨²blico y el desarrollo del llamado capitalismo popular.
Por el contrario, otros Gobiernos europeos, como el espa?ol, se han planteado la privatizaci¨®n, bien por los motivos presupuestarios se?alados anteriormente, o por otros financieros, como dar una mayor profundidad a las bolsas o incorporar un mayor n¨²mero de inversores a los mercados financieros para favorecer los procesos de creciente desintermediaci¨®n. Es decir, la privatizaci¨®n ha venido impuesta por motivos econ¨®micos m¨¢s que por la ideolog¨ªa o la pol¨ªtica.
Una de las caracter¨ªsticas fundamentales de la privatizaci¨®n pol¨ªtica es que la venta al p¨²blico de las acciones de las empresas p¨²blicas se ha hecho, en general, muy por debajo de su precio de mercado con el fin de que haya una mayor transferencia de riqueza al sector privado, bien por motivos puramente pol¨ªticos como la aceptaci¨®n del capitalismo por ciertas clases sociales, o tambi¨¦n, por qu¨¦ no, electorales, ya que se supone que aquellos nuevos propietarios que han adquirido las acciones tender¨¢n en mayor medida a votar conservador que socialista o socialdem¨®crata. Adem¨¢s, vendiendo muy por debajo de su valor real han reducido las posibilidades de una futura renacionalizaci¨®n por parte de un futuro Gobierno de signo contrario, al hacerla enormemente costosa.
Por el contrario, en los pa¨ªses en que la privatizaci¨®n ha sido pragm¨¢tica las acciones se han vendido a un precio muy pr¨®ximo al del mercado para conseguir un m¨¢ximo de ingresos, que era su fin primordial, dando, al mismo tiempo, un m¨ªnimo incentivo a los inversores y a los colocadores.
Conclusi¨®n
En resumen, el argumento en defensa de la privatizaci¨®n basado en que aumenta los ingresos del Estado debe de tratarse con extremo cuidado, ya que, en un contexto din¨¢mico, el resultado puede, en algunos casos, ser el contrario, es decir, un deterioro de las cuentas del Estado a largo plazo.
Deterioro que puede llegar a ser mayor si el Estado, olvidando que esos mayores ingresos de hoy son menores ingresos de ma?ana, utiliza el importe de la venta de la empresa para aumentar los gastos corrientes o para reducir los impuestos. ¨²nicamente el deterioro podr¨ªa ser menor si el importe de la venta es utilizado en otras inversiones productivas que compensen la p¨¦rdida del stock del capital que se deriva de la venta de la empresa. Igualmente, en el caso de privatizaci¨®n parcial el argumento de aumento de los ingresos del Estado es s¨®lo sostenible si dicha privatizaci¨®n se realiza para cubrir desfases presupuestarios c¨ªclicos y que en caso de desfases estructurales puede ser contraproducente.
Sin embargo, existen argumentos de otro tipo que no son estrictamente presupuestarios y que pueden justificar en ocasiones sobradamente, desde el punto de vista econ¨®mico y financiero, la privatizaci¨®n.
Por ¨²ltimo, se han realizado gran n¨²mero de privatizaciones en las que los motivos pol¨ªticos han primado sobre los econ¨®micos y presupuestarios, destacando entre ellos la voluntad deliberada de algunos Gobiernos de reducir el tama?o del sector p¨²blico o de desarrollar un capitalismo popular, independientemente de su coste para el erario p¨²blico.
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