"Onse g¨¹eno le ganan a onse peore"
"En furbo -me dijo hace pocos d¨ªas un taxista sevillano- onse g¨¹eno le ganan a onse peore". Si la complejidad del juego pudiera reducirse a la tajante frase del fil¨®sofo taxista, el partido de esta noche tendr¨ªa un candidato ¨ªndiscutible en el Real Madrid por muy lejos que juegue del amparo de su p¨²blico.Hay un dato alentador para oponer a los pron¨®sticos agoreros: hace dos semanas, en el primer cap¨ªtulo de estas semifinales, el mejor PSV Eindhoven no pudo con el peor Real Madrid. Soy de la idea de que el equipo holand¨¦.s mostr¨® una versi¨®n insuperable de s¨ª mismo y que el equipo espa?ol jug¨® alejado de sus verdaderas posibilidades. Es dif¨ªcil que esa coincidencia tenga un segundo acto. Como quien mejores conclusiones saca es aquel a quien peor le va, es de esperar que el Real Madrid no insista en los errores cometidos en el estadio Santiago Bernab¨¦u. En recinto ajeno y con resultado levemente desfavorable, se tendr¨¢ que respaldar con inteligencia y personalidad la superioridad que todos coincidimos en otorgarle. El Real Madrid no tiene costumbre de entregar f¨¢cilmente los grandes objetivos y la larga traves¨ªa europea de esta temporada (N¨¢poles, Oporto y Bayem de M¨²nich) es un aval que lo coloca en el mejor nivel de la historia blanca.
En el PSV Eindhoven, incluso Ronald Koeman, hombre libre y ap¨®stol de la violencia, habr¨¢ salido del primer enfrentamiento creyendo en la rentalibidad de la paz. El gran rubio holand¨¦s, hoy ausente, demostr¨® ese d¨ªa que es mucho m¨¢s capaz de defender el f¨²tbol con los pies que con las palabras y su equipo habr¨¢ entendido, seguramente, que tratando bien a la Pelota es innecesario maltratar al adversario. El equipo de la Phillips cuenta conjugadores que son dignos representantes de la mejor tradici¨®n futbol¨ªstica holandesa, pero la luz creativa la trajo de Dinamarca, pa¨ªs exportador de talentos que le aporta al PSV a Jan Heintze, Soren Lerby, Frank Arnesen e Ivan Nielsen. De B¨¦lgica import¨® a Eric Gerets: una buena dosis de car¨¢cter y veteran¨ªa imprescindible en un aspirante a campe¨®n, y Noruega tambi¨¦n est¨¢ representada con su internacional Halvar Thoresen.
Todos estos jugadores juntos se defienden cuidando la pelota. Ni se la regalan al advesario ni la rifan entre el p¨²blico. Juegan el bal¨®n, lo guardan y administran seg¨²n su conveniencia. Al Real Madrid, acostumbrado a ser due?o y seflor del objeto en disputa, le duele compartir su posesi¨®n, y en aquel primer partido pareci¨® desconcertado por el robo de un arma que cre¨ªa solamente suya.
El 1-1 con el que comienza el partido del Phillips Stadion no es resultado que invite a grandes inventos. El PSN tiene una peque?a ventaja para cuidar, por lo que su propuesta t¨¢ctica no variar¨¢ con respecto a la del primer enfrentamiento, y al Real no le hace falta tanto como para salir a exponerse suicidamente convirtiendo el juego en una loter¨ªa. Cuanto mejor es un equipo menos oportunidades debe darle al azar.
Si algo no merece el Real Madrid este a?o es ver la final de Copa de Europa por televisi¨®n. Pero no es su brillante trayectoria lo que le va a solucionar el problema de esta noche. Cada elimininator¨ªa tiene su propia justicia y hoy goza de un m¨ªnimo de 90 minutos para marcar las diferencias que lo lleven a Stuttgart.
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