Poes¨ªa y hachas enloquecidas
La fantas¨ªa ¨¦pica es un campo ampl¨ªsimo en el que caben excesos sexuales y moralina, po¨¦ticas descripciones y prosa salvaje (del tipo "los sesos eran aplastados y se coagulaban en las hachas que giraban enloquecidas"). Se configur¨® como g¨¦nero en los a?os treinta y cuarenta bajo la influencia de los tres mosqueteros de la c¨¦lebre publicaci¨®n Weird Tales -los norteamericanos Howard, Lovecraft y Clark Ashton Smith-, y el grupo anglo-irland¨¦s de los Inklings -Tolkien, C.S. Lewis y Charles Williams-. Hay que mencionar tambi¨¦n a Lord Dunsany, con su prosa po¨¦tica, sus prolijas cosmogon¨ªas.Howard y Tolkien son las dos grandes personalidades que marcaron el g¨¦nero. El primero contribuy¨® a la fantas¨ªa con su concepto de h¨¦roe- b¨¢rbaro -aunque no tanto como sus in¨²taciones posteriores- y algo amoral, y sus mundos fronterizos, j¨®venes y salvajes (todo muy americano). Tolkien, con su inagotable, moralista y asexuada Tierra Media, heredera de los mitos y leyendas europeos (anillos y espadas m¨¢gicos, enanos, dragones).
En todo caso, las deudas de la fantas¨ªa ¨¦pica son cuantiosas: el romanticismo, el fen¨®meno Ossian, la novela g¨®tica -recordemos al condenado e itinerante Melmoth-, los hombres salvajes (Mowgli y Tarz¨¢n), Poe...
Entre los autores decisivos en su desarrollo figuran Fritz Leiber con su serie de Fafhrd y el Ratonero Gris y Moorcok. L. Sprague de Camp y Lin Carter, adem¨¢s de sus producciones, ejecutaron la tarea de acabar guiones de Howard y dar continuidad -pol¨¦mica- a Conan. Un g¨¦nero demuestra su vitalidad cuando es capaz de emplear el humor y la autoparodia: eso aparece ya en un precursor como James Branch Cabell, autor en 1919 de Jurgen (Laertes). Y tambi¨¦n en Leiber, Alexander (con un h¨¦roe aprendiz de porquerizo) o Terry Pratchett (con sus brujos incompetentes y su Hrun el B¨¢rbaro).
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.